Historia / Referencias históricas


 

Todas las cosas evolucionan lo suyo y vaya que la evolución del agua en Lanzarote ha sido revolucionaria, y gracias a ello, se ha propiciado la progresividad del turismo y al fin el bienestar general de la isla y del entorno lanzaroteño y de su vecina la isla de Fuerteventura especialmente, ya que las otras han ofrecido menos problemas.

Si nos situamos en la antigüedad más remota pensemos que los guanches procuraban situarse o fijar sus asentamientos, en la inmediatez a los barrancos, porque eran la única agua dulce con que contaban en las islas orientales, y así preparaban sus charcas o maretas para sostener las aguas de lluvia.

No obstante, Lanzarote, y en especial el municipio de Haría, ha contado con otros medios de provisión de agua, como han sido los pozos de Haría, que aunque salobres remediaban mucho la escasez de agua hasta los años 1970, y unos pocos en la zona de Arrieta - Tabayesco, como también ha contado el municipio de Haría con la fuente de " El Chafariz", y otras más en el " Valle de Temisa", como también tenía muchas fuentes en la zona de "Debajo del Risco", especialmente en la zona cercana a Guza, ya abandonadas y secas en su mayor parte como también la " Fuente de las Ovejas", jugando también un renglón importante la "Fuente de Gallo", que se ha secado casi por abandono y malas manipulaciones del suelo inmediato.

Igualmente, después de la conquista, las aguas de los barrancos se aprovechaban en maretas o charcas y charcos siendo la mejor muestra la de la " Mareta de la Villa", que fue atendida por toda la isla y toda la isla tenía sus derechos en ella, como cosa común o pública, pero a nivel particular también se construían o adecuaban algunas más pequeñas, llegándose más tarde a los estanquass o presas descubiertas, consideradas muy peligrosas, que eran al fin aljibes descubierto, destacando la gran Presa de Mala en los años 1970.

Fue a mediados del siglo XIX cuando proliferaron los aljibes tapados o cubiertos, y así se llenaron las casas de aljibes, hasta el punto de que cuando se pensaba construir una casa, lo primero que se hacía era el aljibe, que quedaba en el patio descubierto normalmente, también debajo de habitaciones, y era también común el hacer un aljibe en la zona de la era, porque ésta producía como acogida bastante agua. Se aprovechaba el agua de las azoteas, caminos y calles al máximo posible.

Fue en los años de 1960 cuando se implantó en Lanzarote la primera potabilizadora traída de la mano del ingeniero lanzaroteño Don Manuel Díaz Rijo y su hermano, a través de la empresa " Termolanza" y poco más tarde, al necesitarse ya más agua, se traían buques- aljibes desde la Península hasta que ya empezaron a proliferar unas potabilizadoras de carácter oficial y también a nivel particular de urbanizaciones, afloraron varias potabilizadoras o desaladoras, hasta que actualmente ya el agua no es problema insular a nivel de consumo domiciliario y hasta se está cubriendo redes agrícolas.