Historia / Referencias históricas


 

Fuente: La Hoja del Municipio de Haría
Edición número 79, año II, del 14 de junio al 21 de junio de 2002
 

La sociedad ha evolucionado con rapidez en todo los aspectos y no podía quedar fuera el correo y esas formas de cartas de antes y hasta los años 60, pues con la llegada del teléfono, los móviles, la radio y la televisión y la prensa escrita, y ahora el correo electrónico y demás avances, ya que esas cartas antiguas se pierden en la nostalgia.

Hay que partir de la base de que en el siglo XVII eran muy poca gente que sabía escribir, e incluso hasta mediados del XX, una gran parte de la gente no sabía leer ni escribir.

Esas cartas muy antiguas entre novios eran una gran misiva de amor, pues era lo normal que los novios se vieran de domingos a domingo en los bailes y más tarde, algunos que podían, procuraban verse los jueves, pero trabajando no podía. Para comunicarse entre semana los novios, se comunicaban por medio de cartas que se mandaban de mano con un niño o niña que ya tenían habilitado para este menester y era normal que el novio diera de regalo al portador o portadora, una perra y la novia una perrachica. Normalmente había una carta y una contestación entre la semana y eso ayudaba a sobrellevar la falta de contacto personal y hacían más pasajera la soledad.

Para los casos en los que los novios no sabían escribir o al menos en que algunos de los dos no sabía hacerlo, tenían que valerse de otros y así se valía de algún amigo, amiga, amo o ama, y eso a veces traía consecuencias negativas, ya que hubieron casos en que el amigo escribía la carta engañando, de forma que se presentaba por sí y a veces le quitaba la novia al amigo y también hubieron casos de amas que escribían cartas a sus criadas y al fin se presentaban ella y hasta llegaron a quedarse con el novio, desplazando a la criada, igual en amos.

También hay referencias de cartas escritas desde las Américas, en que los que no sabían escribir tenían que valerse de amigos y éstos a veces les hacían buenas jugarretas, quedándose con la novia en casos, o también con la finca que pretendían comprar, escribiendo una contra carta a su familia. Hay referentes de personas que ante estos sablazos aprendieron allá a escribir hasta el punto de llegar a ser contables.

También algunas mujeres solían valerse de un hombre del pueblo que sabía leer, para ver las cartas que sus maridos ausentes en América, y éste a veces leía su idea, engañándolas. Es raro entenderlo, pero había personas que sabían escribir y no leer, pero más que sabían leer y no escribir.

Todas las cartas eran bonitas, pero especial en la de soldados a su novia o familia, a veces con una foto dentro.

Las cartas se solían repartir a principios del siglo XX una vez por semana, y ya por los años 20 empezó a repartirse los martes y viernes era un mozo de traje Dios, que eran los días que llegaban los famosos "corrillos" y aunque el cartero iba a repartir a domicilio, mucha gente ansiosa iba a la cartería a ver si habían recibido carta, siendo una época crucial la de la Guerra Civil, por la incertidumbre de recibir carta o malas noticias.