Historia de Haría

De los noviazgos en la antigüedad, en el entorno de Haría

Por Gregorio Barreto Viñoly

Los antiguos jóvenes de ambos sexos, tenían unas formas de proceder muy distintas a las que se tienen actualmente, y hay que valorar que la sociedad es muy cambiante, y muchas de las maneras que ahora son muy corrientes, antes eran consideradas como un libertinaje, una locura, una falta de fundamento, una falta a la moral y buenas costumbres, y al fin se consideraba un pecado.

Pero hay que considerar que los tiempos pasados nunca fueron ni mejores ni peores para la juventud, de lo que son los actuales, y simplemente fueron distintos, aunque si valoramos la libertad motivada, sí que se ha dado un gran paso en positivo.

Las jóvenes de antes no se podían manifestar con la libertad de ahora, porque eran muy criticadas, y tenían que tener muchísimo cuidado con sus comportamientos.

Normalmente las chicas ya se consideraban casaderas o casamenteras desde que tenían quince años, y como antes normalmente no se estudiaba, la mujer al casarse se cerraba en su casa a hacer las labores hogareñas y a criar los hijos, los que vinieran, siendo la media antes de 5 a 8, pero hasta diez y hasta doce y más llegaban a venir.

Los jóvenes varones, en una buena parte se casaban antes de ir al cuartel, antes de los 21 años, para eludir o soslayar en parte, un período de cuartel de hasta tres años.

Antes, la única manera de encontrarse los jóvenes de ambos sexos, eran los bailes de timple y guitarra, luego conocidos por Bailes de Candil, que es lo único que había entonces, hasta los años de 1920, cuando aún no habían sociedades de recreo.

Estos bailes se celebraban normalmente en casas particulares, en la habitación más grande de la casa o almacén, o también se hacían en verano en algunas eras.

Antes y ahora y siempre ha habido mujeres y hombres guapos y guapas, pero de todas formas la belleza se valoraba de otro modo distinto al de ahora, pues se decía mucho "La Gordura es Hermosura", y por eso se apetecían más las chicas que estuvieren gorditas

Una cosa que también se valoraba mucho al momento de elegir una novia, era la cantidad de pajeros que tuvieran los padres detrás de la casa, y eso como lo primero a estimar, lo que se consideraba como de un buen partido.

Aparte de los bailes que habían normalmente los domingos por la noche, y luego los sábados, donde las parejas se hablaban y tenían ocasión de enamorarse, donde no faltaba la madre o una persona mayor para cuidarla, también estaba establecido el verse las parejas ya medio comprometidas, los domingos por la tarde, pero algunas parejas también tenían ocasión de verse los jueves por la tarde, si el trabajo lo permitía al novio.

A las visitas del novio a la casa de la novia a enamorar, se les llamaba mocear o mociar, y el novio se metía medio cuerpo desde la calle por un ventanillo de la ventana de la Calle y la novia por dentro, pero por allí estaba la madre de la novia, que vigilaba al máximo sus movimientos, y sin embargo así y todo surgían algunos pocos embarazos

Lo peor que le podía pasar a una chica, era el tener la mala suerte de quedar embarazada antes de casarse, pues si ello sucedía, la familia quería obligar al novio a casarse con ella, pero algunas veces el novio se negaba, y se planteaba un gran problema, y la chica ya quedaba marcada y relegada por la sociedad, por mala conducta.

Antes, lo más normal era que las parejas se casaran en especial en los pueblos, y se llegaban a casar hasta primos hermanos, e incluso se veían casos de casarse un tío con una sobrina, y eso viene mas bien dentro de los denominados matrimonios de conveniencia, con el fin de no dividir las fincas, y mantenerlas más enteras; pero también se daban algunos casos en que algunos chicos venían en burro a los bailes, desde otros lugares de la isla, buscando novia, que eran conocidos por forasteros, y si el plan les interesaba, se solían quedar un día más, para ver los pajeros del padre de la novia, y así sacar consecuencias y valorar la conveniencia o no de llegar al matrimonio.