Historia / Referencias históricas


 

Fuente: La Hoja del Municipio de Haría nº  400

Antes eran muy pocos los viajes y salidas que se realizaban, pues la verdad es que en primer los medios económicos no permitían el salir de viaje o excursión, y si había que salir fuera de la isla, lo era en especial por motivos de enfermedad, para ir al médico a Las Palmas o Tenerife especialmente, y para eso se procuraba conectar por carta con algún familiar que se tuviera en dichos lugares, porque la cosa no daba para gastos distintos a los del pago del médico, ya que no había seguro como ahora.

Se hacía necesario el ir al médico a otras islas más dotadas de médicos y de medios tecnológicos, porque en la isla de Lanzarote era muy poco lo que había, y a nivel de pueblos, porque la cosa estaba muy mal, y si acaso había un médico de pago, sin practicante, lo que era suplido por los muchos curanderos que proliferaban en los pueblos para atender o remediar en parte los males de salud de la población.

Pero como los que iban a otra isla al médico, ya es porque estaban bastante mal, muchos de los enfermos morían por el viaje o quedaban allá, porque algunos se acercaban al período terminal. Eso incluso continuó hasta no hace muchos años, pues habiendo ya aviones, fallecían algunos por el viaje o en el propio aeropuerto si se retrasaba el avión, y eso se vió bastante en casos de hemodiálisis y otros.

Pero la cosa no estaba para prisas, porque solamente había comunicación por barco, hasta que llegara mas tarde el avión, y llegaban y salían sólo los martes y viernes, y si había alguna urgencia, había que esperar, y con doce horas del recorrido del barco.

Sólo había comunicación por carta, aprovechando los martes y los viernes, porque los medios telefónicos eran muy escasos y sólo era privilegio de muy pocos.

Los viajes y excursiones que se organizan y realizan ahora, hasta los años de 1.970, ni siquiera se soñaban, porque era algo inalcanzable, y es a partir de ahí, con la llegada e influencia del turismo, cuando comenzó la fiebre de viajar que tenemos ahora, y que cada vez se quiere ir más lejos, sin que sea un gran problema económico.

Antes los viajes, excursiones y salidas que se hacían, se realizaban dentro de la isla, y así la gente se iba a las fiestas de otros pueblos, invitados por familiares o amigos y allí se estaban dos o tres días para gozarse toda la fiesta, y para eso se iban en burro, algunos a caballo o yegua y otros en camello, y eso se hacía de forma recíproca, pues los que iban, ya quedaban obligados a acoger a los ocupados, en las fiestas de su pueblo.

Algunas personas hacían el recorrido de ir y venir a Arrecife, con bastante frecuencia por el medio de a pié, y aunque parezca mentira muchos lo hacían por necesidades de trabajo u otras obligaciones y algunos cuando les daban permiso del cuartel, y de Haría a Arrecife, unos 30 kilómetros, necesitaba al menos unas cinco horas, pero con juventud y voluntad todo se hacía posible. Pero hay que darse cuenta que los caminos de antes eran mucho peores que los de ahora, y algunos se las buscaban para ir cortando camino, o sea, buscando la línea más recta, que es la más corta al fin.

Algunas personas también se iban a los lugares de baño durante una semana o dos en el verano, a pasar unos días en la choza propia o del amigo, llevando sus jatos en el burro, o también por San Juan y Semana Santa, pero sólo era privilegio de pocos.