Geografía/ Macizo de Famara

 

 

Fuente: Atlas cartográfico de los pinares canarios
 

Aunque las plantaciones permanecen, las especies malviven en estas condiciones poco aptas para el desarrollo de árboles, que van limitando su crecimiento por la escasez y mala calidad del suelo, la baja pluviometría y el fuerte viento imperante la mayor parte del año.

Comprendemos la necesidad ecológica y hasta psicológica de reforestar las zonas menos des­favorables de la isla, pero una tarea de esta envergadura debe afrontarse más con la razón que con el corazón. Debe aceptarse con resignación el que es muy difícil, por no decir imposible, sacarle a la naturaleza lo que ésta por vocación nos niega. Determinadas áreas de Lanzarote y Fuerteventura deben tomarse como ejemplo de cómo la desertificación en estas islas puede convertirse en un mal irreversible, hasta el extremo de frustrar cualquier esfuerzo humano de regeneración de la primitiva masa arbórea.

A la vista de los resultados obtenidos hasta ahora no se puede ser optimista, al margen de con­siderar el si las especies elegidas en las plantaciones son las más adecuadas. Ante un problema tan difícil, en el que se han invertido muchas ilusiones, tanto humanas como materiales, resulta difícil ser crítico, pero si parece necesario advertir que las plantaciones de pinos en las localidades descritas son ecológicamente inadecuadas y, en las actuales condiciones del terreno, inviables dentro de unos parámetros económicos razonables.

 

 

 

 

 

 

 
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