HISTORIA / Alcohol metílico

 

 

LA PROVINCIA / DIARIO DE LAS PALMAS 
Domingo, 3 de marzo de 2013  Pág  43

 

С. Morote

 

Elisa Álvarez, una joven farmacéutica asturiana, inspectora de  Sanidad en Haría, Lanzarote, descubrió que el alcohol metí­lico estaba en la raíz del problema que causó miles de muertos en toda España en 1963, aunque el franquismo sólo reconoció 51. "Tenía curiosidad natural y un tesón fuera de lo común. Adoraba la investigación y no paraba hasta que daba con la solución", explicaba en enero de 2011 su sobrino, el también farmacéutico Aldo Iess, con motivo del homenaje que brindó a la investigadora el Colegio de Farmacéuticos de Las Palmas. Elisa Álvarez nació en Villaviciosa en enero de 1934. Estudió en varias universidades y sacó las oposiciones. Fue en ese mo­mento, en 1961, cuando fue destinada a Lanzarote.

Dos años después de su llegada comenzaron a producirse en el pueblo una serie de muertes misteriosas. Jesús Barreto Barreto, Santiago Betancor Méndez y María Zerpa Alvarez ha­bían sido inhumados con el parte de defunción de muerte na­tural, pero Elisa observó una pauta común que la hizo sospechar: tanto los muertos como los dos que se quedaron ciegos, tenían la costumbre de tomar una copa de ron por la mañana. A partir de aquí, analizó muestras de la bebida y descubrió la pre­sencia de metanol, un tipo de alcohol extraído de la madera que en las dosis halladas podía provocar la muerte con sólo una copa. Una vez sobre la pista, se incautaron las partidas del brebaje, fabricado por una bodega gallega, y se exhumaron los cadáveres para hacerles la autopsia. El descubrimiento hizo atar cabos a las autoridades en la Península. Pero todo aquello sig­nificó un trauma para la farmacéutica, ya que se abrió un pro­ceso judicial que la obligaba a acudir escoltada a la sala debido a las amenazas de muerte recibidas. Elisa Álvarez falleció en Las Palmas de Gran Canaria, en febrero de 2010, a los 76 años.