HISTORIA / Datos históricos


 

El municipio de Haría, como todos los de la isla de Lanzarote, ha tenido un triste pasado, basado en la miseria, la esclavitud y, más tarde, la emigración en busca del sustento familiar.

Por desdicha se desconoce hasta el nombre con que los nativos denominaban a nuestros poblados más antiguos en la época prehispana; fueron los conquistadores quienes dieron a cada pueblo o paraje los nombres que les resultaban más significativos; actualmente sólo se conservan unos pocos de los primitivos.

Se considera que el nombre de la capital municipal, Haría, fue en tiempos de la conquista Faría, que luego fue degenerando hasta el punto que en el diccionario Teberitese le adjudica seis denominaciones: Haría, Aria, Faria, Haria, Hária y Harya.
 

Existe en el pueblo de Haria un valle denominado "el valle de las mil palmeras". Se deduce que fue mucho mas denso de lo que es actualmente, ya que existió un incendio provocado por Morato Arráez, durante su bárbara y sanguinaria incursión en la isla. Este palmeral sigue siendo el más importante de las Islas Canarias.

La mejor biblioteca de Lanzarote estaba en Haría, porque don Enrique Luzardo Bethencourt, jefe del partido liberal, tuvo la clarividencia sufuciente para reunir, tomo a tomo, la más completa concitación de obras que haya conocido la isla.

En 1904 se produce un incendio en el Ayuntamiento y Juzgado (al parecer provocado), cuando por aquel año era alcalde de Haría don Domingo López Fontes, que fue uno de los mas grandes impulsores del porvenir que hoy disfruta el pueblo de Haria. A él debe la umbría y dulce plaza, cuyos árboles plantó con sobrada visión de futuro, tambien puso muros a los barrancos sinuosos, e hizo cercos a los pozos, que el consideraba peligrosos para el pueblo. En octubre de 1914 don Antonio Ramírez del Castillo contribuyo con sus dinero para la adquisición del reloj y construcción de la todavía vigente torrecilla de la iglesia parroquial. Este benefactor de Haría fue a morir en una cama de pago del Hospital Insular de Arrecife.

La noche del 22 de febrero de 1956 un fuerte viento arrasó la citada iglesia parroquial (Iglesia de la Encarnación levantada en "El lugar de Haría en 1619" de manos del pueblo). Según la memoria de nuestros mayores, al reparar la iglesia después del temporal del 56, no siguieron las peticiones del pueblo y en vez de arreglarla, hicieron una nueva que no se parecía a la antigua iglesia.

A principios del siglo XX en Haría se representaban obras de teatro y al parecer durante varias decadas. Existían dos sociedades que eran el Casino de Arriba (que era el de los ricos) y el Casino de Abajo (que era el de los pobres). Había un personaje, Teofilo que vendía loteria, que en la época del franquismo (cuando estaban prohibidos los carnavales y el que se disfrazaba era multado con 25 pesetas), se presentaba a la guardia civil con 100 pesetas y decía: "esto por el domingo, el lunes, el martes y el miercoles..." y se disfrazaba los cuatro días.

Sobre 1915-16 se encedió en Haría la primera bombilla y tenía luz eléctrica sobre el año 1928.

Existía lo que se llamaba el baile de San Pascual, en el que las mujeres sacaban a bailar a los hombres. En algunos casos se ponía una vela y un lazo, las mujeres invitaban a bailar hasta que se quemaba el lazo entonces eran los hombres los que sacaban a las mujeres.

También como los restantes municipios lanzaroteños, fue víctima de muchos ataques y piraterías, destacando el de 1618, cuando habitantes de Teguise vinieron a refugiarse en la Cueva de los Verdes, siendo traicionados; o el que, según Leoncio Rodríguez, destruyó gran parte del hermoso palmeral que enorgullece a la localidad.