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Señores y Señoras, Amigas y amigos:         

    Sean mis primeras palabras para agradecer muy cordialmente la invitación que se me ha hecho por parte de la Comisión  de Fiestas de San Juan para pronunciar este pregón. Mérito no pequeño en esta empresa tiene la firme, suave y respetuosa insistencia que ha tenido Dña. Luisa Lemes, año tras año, repitiéndome la invitación, a pesar de que tampoco por mi parte había sido posible aceptar tan justa demanda, pues justo es corresponder al afecto y cordialidad que inmerecidamente he recibido del pueblo que por disposición de Dios regí como pastor y párroco desde la ya lejana fecha de 1970. 

               Con mis 24 años cumplidos recibí  mi primer cargo pastoral en la localidad más al norte de la Diócesis Canariense, el pueblo de Haría. Pocas eran las cosas que yo conocía acerca de este singular y viejo núcleo poblacional. Pero fueron muchas “las suertes” que me iban a acompañar. Entre otras me veo obligado a referenciar la orientación y ayuda del erudito y virtuoso párroco Don Enrique Dorta Alfonso, a cuyo servicio vine como Coadjutor. Los primeros días no fueron fáciles. Esto es normal; ni me conocían ni los conocía. Pero hubo algo que me llamó muchísimo la atención y que yo adivinaba como algo singular de este pueblo: La apertura, la finura y la cultura de su gente. 

    Haría aunque era un núcleo rural tenía aires urbanos. En la hermosa plaza bordeada de laureles de indias no era raro encontrar grupos de personas que dialogaban sobre asuntos que iban más allá de lo cotidiano, sosteniendo su conversación en un admirable respeto y atención a las indicaciones de la otra persona. Jamás puedo olvidar la puerta abierta, la sonrisa franca, la formación y rico espíritu de las gentes de aquel hermoso valle de la isla lanzaroteña.

   Y empezó para mí una maravillosa aventura llena de amor y de entrega al descubrimiento y acrecentamiento de los valores tanto humanos como espirituales de este pueblo que jamás me dejó solo en la tarea. 

                Y empezó una obra común en la que los protagonistas fueron ustedes, muchos de los que ahora me escuchan y que no menciono sus nombres para no caer en el error del olvido de cualquiera de los que en aquellos lejanos años, mantenían conmigo la antorcha de la ilusión en la recuperación y robustecimiento de nuestro patrimonio humano y espiritual. Recordemos de manera breve: la realización del cortejo procesional de la noche de Reyes, la confección de alfombras y celebración del Corpus Christi , la recuperación del patrimonio histórico de la antigua iglesia, la apertura del museo de arte Sacro-popular, el arreglo del archivo y los fondos documentales de la parroquia, la restauración de algunas de sus imágenes, la colaboración en la tareas docentes del entonces Colegio Libre Adoptado de Haría, y sobre todo la para mí más importante de todas las facetas ; la tarea pastoral a través de la celebración de los Sacramentos , los ejercicios espirituales en Nazaret o el diálogo personal y gratificante con los feligreses. 

              En verdad es difícil la tarea de un pregonero. Entiendo que pregonar es cantar. Y los cantos son gestas. Es decir recordando el pasado se abren proyectos del futuro para el presente. Pobre del pueblo que olvida su historia porque está abocado a repetirla. Las nuevas generaciones han de recibir de sus mayores el legado cultural depositado en ellas, y que han conservado con toda fidelidad. Yo en aquellas épocas pasadas fui testigo de esa tradición y recogí su memoria de los ancianos del pueblo, a los cuales quiero hoy hacer homenaje haciendo algunas aportaciones a lo que me transmitieron. 

  Mucho me llamó la atención en aquel entonces la constante referencia que se me hacía por parte de las personas de más edad, a una serie de figuras singulares de sacerdotes que habían regentado la parroquia, o habían desarrollado su labor pastoral en ella. Hoy quiero colaborar en el conocimiento de esta brillante nómina pastoral, aportando datos sobre algunos de ellos, y mencionándolos por orden cronológico:

 

Don Domingo de la Cueva Zaldívar.

29-5-1800  : 16-10-1809. 

Natural de Teguise y nacido en 1759.[1] Recibió el presbiterado en la Villa de Teror el 21 de Septiembre de 1782 de manos del obispo de Canarias Don Joaquín Herrera.[2] 

“Estudió 3 años de filosofía y 2 de teología escolástica dogmática en el Convento dominico de San Pedro Mártir de las Palmas de Gran Canaria “Con mucha aplicación y aprovechamiento y dos años de teología moral en el Seminario Conciliar de la misma Ciudad. Empezó a predicar desde que era diácono. Defendió con lucimiento conclusiones públicas de materias morales en varias ocasiones. Desde que fue presbítero se dedicó a la cura animarum, ayudando a los párrocos en todas sus tareas sin otro interés que el producto de la capellanía que gozaba. 

Desde 1784 a 1792 fue teniente beneficiado de la parroquia de Teguise. El 21 de Agosto de 1794 fue nombrado teniente beneficiado servidor de la misma parroquia con todas las atribuciones del titular, ya que éste, Don Antonio Torres, estaba enfermo. 

En 6 de Abril fue nombrado beneficiado servidor de la misma Iglesia por muerte de su titular, Don Domingo Camacho. En 29 de Mayo de 1800 fue instituido  de Medio Beneficiado curado de Haría, habiéndolo obtenido previo concurso de oposición celebrado en 1799, y lo ejerció durante nueve años. 

        Desde 1782 a 1795 fue Vicario foráneo de Lanzarote por ausencias, y más tarde Vicario interino. Por orden del obispo Plaza recorrió todas las Iglesias y Ermitas de Lanzarote, explicando en ellas la doctrina cristiana. Promovió una salida más digna del Santo Viático cuando iba a los enfermos, ya que no hacía con la debida dignidad, lo cual sirvió de gran edificación a los fieles. 

Subdelegado de la Santa Cruzada. Durante la guerra declarada contra Francia entregó como donativo cada año de 450 reales y diez fanegas de trigo, y en la guerra contra Gran Bretaña en 1799, dio 600 reales como donativo a S. M. Secretario de Conferencias morales de la Junta de doctrina cristiana en Teguise. 

El 15 de Septiembre de 1786 fue socio del Hospital de San Carlos de Santa Cruz de Tenerife, bajo la dirección del Marqués de Braciforte. Ministro calificado de la Inquisición y notario de la misma en Lanzarote, y además Comisario interino de la misma. 

Según acreditación del Ayuntamiento de 24 de Marzo de 1809, predicó sin gratificaciones ni estipendio alguno en todos los novenarios, rogativas, etc., que el Ayuntamiento organizó por diversas necesidades. En 1808, y para la guerra de la Independencia dio a la Junta Suprema de Sevilla 200 pesos. A la Junta de esta provincia donó 300 pesos. Se le reconoció públicamente su patriotismo al desempeñar con todo éxito la comisión que se le confirió para la recolección del donativo voluntario y vestuario con que generosamente contribuyeron para la actual guerra los vecinos de la isla de Lanzarote. 

El 19 de Enero de 1811 fue nombrado por el Duque del Parque, Colector de anualidades eclesiásticas, cargo que desempeñó con competencia y mereció las gracias de la Junta Nacional del distrito público. Por nominación de la Junta Central gubernativa del Reino de 16 de Octubre de 1809, fue nombrado Racionero de la Santa Iglesia Catedral de Canarias, y también su secretario capitular. Eclesiástico de conducta y laborioso, y digno de la piedad de S.M.”[3] 

Director del Colegio de San Marcial en 1816. En 1823 cesó como Mayordomo de la Ermita de Santa Margarita, en Guatiza. Falleció en las Palmas el 10 de Diciembre de 1826.[4]

 

Don Rafael María Navarro Armas

Beneficiado

27-11-1809  : 2-8-1846 

Según datos de su partida de bautismo, nació en las Palmas de Gran Canaria el día 6 de Marzo de 1783, y fue bautizado el 12 del mismo mes. Hijo de Antonio de Armas y Francisca Navarro López. Abuelos paternos Simón de Armas y Josefa Suárez de Medina, naturales de Arucas. Abuelos maternos Don Luis Navarro y Doña Bernarda López, naturales de las Palmas. Fue bautizado por Don Simón de Armas y su padrino fue Don Vicente Antonio de Armas, cura del Sagrario y tío paterno del bautizado.[5]

Estudió en el Seminario Conciliar cuatro cursos de filosofía, a saber Lógica, Metafísica, Ética y Física, cinco de Teología, a saber, Lugares teológicos, Dogma, y tres de Teología Moral. Además fue catedrático interino de Teología. Allí defendió algunas conclusiones públicas, siendo Diácono, como las presentadas el día 6 de Junio de 1807: “Sobre los vinos en general; sus relaciones con el terreno, clima, estaciones y cultivo”. “Sobre la vendimia, fermentación y trasiega”. “Las enfermedades del vino; medio de cortarlas y corregirlas”.[6] 

Fue ordenado de presbítero con dispensa de edad, por el obispo de Arequipa, Don Luis de la Encina, el 19 de Septiembre de 1807 en la Iglesia de San Bernardino de Siena.[7] 

“Por acuerdo del Cabildo Catedral de 19 de Enero de 1808 fue nombrado Teniente de Cura del Sagrario de dicha Santa Iglesia, para ayudar al Cura propietario Don Miguel Machado, cuyo empleo desempeñó a satisfacción del citado Cabildo y del pueblo, por su celo sacerdotal y exactitud  en el cumplimiento de las graves cargas de su ministerio, desde dicho día hasta el 19 de Diciembre de mil ochocientos nueve, en que renunció con motivo de haber pasado a servidor del Beneficio curado de la Iglesia parroquial de Haría de la Isla de Lanzarote en esta Diócesis, por nombramiento que le expedimos en veinte y siete de Noviembre del referido año de mil ochocientos nueve, cuyo destino desempeña actualmente desde entonces con esmero y con celo parroquial. Firmado y sellado. Ciudad de Canaria a diez y siete de Octubre de mil ochocientos catorce. Manuel, Obispo de Canarias”[8] 

Se presentó al Concurso de Beneficios vacantes convocado por el Iltrmo. Sr. Obispo Don Manuel Verdugo el año 1815, aprobando el examen con la máxima nota y obteniendo la plaza de propietario.[9] 

Era de ideas liberales y se le formó causa en la audiencia por haberse declarado antiborbónico y antirey y haber manifestado que la abolida y nula Constitución había de volver muy pronto, que el Rey Nuestro Señor estaba más oprimido que antes, y que la casa o familia de Borbón debía ser quemada y destrozada. Estuvo preso en 1824. Sin embargo la Causa formada contra el presbítero Don Rafael María Navarro por la Comisión Militar y remitida al Supremo Consejo de Castilla por la Real Audiencia, fue favorable al mismo. Según certificado presentado por el escribano de Cámara más antiguo y de la Real Audiencia, se recibe escrito del Supremo Consejo en el que entre otras cosas se dice: “ Y conformándose S. M. con el parecer de V. I. se ha servido mandar se sobresea en dicha causa y se archive, declarando inocente al expresado presbítero Don Rafael María Navarro, Beneficiado del lugar de Haría, a quien se le desembargarán sus bienes y se le reintegrará de todos sus frutos, rentas y emolumentos que le correspondan, y se hallen retenido con reserva de su derecho, para que en razón de daños y perjuicios use de él contra quien viere convenirle..” El delator y los testigos, personajes conocidos en Lanzarote, fueron condenados con diversas penas, entre ellas las costas devengadas del pleito. La Real solución tiene fecha de 22 de Diciembre de 1828, en Madrid.[10]

      Muchos fueron los ratos de conversación que mantuve con unos de los ilustres vecinos de Haría; Don Juan Valenciano Curbelo, maestro y padre de generaciones de maestros. Me hablaba de otra de las figuras pioneras de Haría; el párroco o beneficiado Don Rafael María Navarro. Incluso me señalaba la casa todavía existente en “las Quemadas” y en la que se celebraban tertulias político-culturales entre Don Rafael y la elite del pueblo de Haría. Curiosa figura la de este párroco en el Lanzarote de la primera mitad del siglo XIX. Murió en su Beneficio el 2 de Agosto de 1846.

 

Don Rafael Romero

Auxiliar

1836 

Cura en 1836. Debió ejercer como cura auxiliar, por Don Rafael María Navarro, sólo este año. Consta que en 1805 fue vicerrector del Colegio de San Marcial en la Catedral de Canarias. 
 

Don Sebastián Robaina Berriel.

Cura Ecónomo desde 1846  hasta 1851. A partir de esta fecha Beneficiado        hasta su fallecimiento el 10-10-1860 

Nació en Teguise el 19 de Noviembre de 1791 y fue bautizado en la misma parroquia el 22 del mismo mes. Lo bautizó fray Juan Pérez, franciscano y se le llamó Sebastián José Antonio. Sus padres fueron Domingo Robaina y Ana María Berriel, vecinos de Teseguite. Abuelos paternos: Sebastián Robaina y Sebastiana García. Abuelos maternos: José Berriel y María Cabrera. Fue su padrino Sebastián Robaina. Su partida estaba en el libro que comenzaba en 1790 al folio 102 (perdido en el incendio de 1904).[11] 

Estudió en el Seminario Conciliar de las Palmas con especial aplicación, latinidad, tres años de filosofía y cuatro de Teología con nota de sobresaliente. Defendió conclusiones privadas de lógica y Teología. Se ordenó de presbítero el 24 de Septiembre de 1828. Por el expediente de Ordenes de presbiterado citado anteriormente, y según manifiesta el, entró en el Seminario el año 1914, fue examinado y aprobado. Es ahora, el año 1828, cuando solicita el presbiterado ya que anteriormente no lo pudo efectuar por el contagio que había en Tenerife. Manifiesta que le es necesario ordenarse dada su suma pobreza. Su párroco del momento, Don Feliciano de Lara, que lo es de Santo Domingo, manifiesta que ha residido en la Ciudad desde 1814 a 1823, y que últimamente lo está desde Noviembre del año 1827 hasta el presente. Fechado en 20 de Agosto de 1828. 

Don Sebastián fue nombrado mampostor del hospital de San Lázaro en las Palmas. En 1830 ecónomo de San Miguel de Tuineje. Tras la muerte de Don Rafael María Navarro fue nombrado Cura Ecónomo de Haría, en 1846. El 8 de Abril de 1846 párroco de la misma, hasta el 10 de Octubre de 1860, en que fallece en su parroquia. 

Poseyó la capellanía que fundó Don Agustín Rodríguez Ferrer, y en 1825 fue elegido sexto regidor de la Villa de Teguise, habiendo precedido expediente de información en la Audiencia.

 

Don Emiliano Martínez de Escobar y Luján.

Cura Ecónomo

17-11-1860 : 1863 

Siguiendo la relación de méritos que presenta al concurso parroquial de 1862  obtenemos la siguiente información: 

“Hijo legítimo del licenciado Don Bartolomé Martínez de Escobar y de Francisca Luján Pérez, natural de esta Ciudad, de treinta y ocho años de edad ya cumplidos. Ha cursado tres años de matemáticas en la Sociedad Económica de Amigos del País de Sevilla, y dos más de Geografía en el mismo establecimiento; habiendo obtenido en los dos primeros años de dichas asignaturas, y en el tercero de aquella, la nota de sobresaliente, y en el segundo de las mismas la de notablemente aprovechado, habiendo sido además premiado en las sesiones públicas celebradas por aquella corporación con tres cartas de aprecio, una medalla de bronce, un mapa general de España, y un ejemplar de la obra de Henri. Asimismo sustituyó en varias ocasiones al profesor de matemáticas en sus ausencias y enfermedades. 

Ha cursado seis años de filosofía. El primero en la Universidad de Sevilla, cuyo certificado se conserva original en el Instituto Provincial de la Laguna en la isla de Tenerife; así el que estudió el segundo año de la propia facultad cuya certificación exhibió al matricularse para continuar sus estudios en el Seminario Conciliar de esta Ciudad, en el que terminó el sexto año, mereciendo en todos ellos la nota de sobresaliente.

Desde 1858 a 1860 cursó Teología Dogmática en este Seminario, y obtuvo en ellas las notas respectivamente de meritissimus y benemeritus. Matriculado en el curso académico de 1860 a 1861, lo suspendió el 17 de Noviembre para desempeñar el curato de Haría en la isla de Lanzarote, para el que fue nombrado en calidad de Ecónomo en 27 de Octubre de aquel año, y que ha venido ejerciendo hasta la fecha.  

En 1856 fue encargado de regir la cátedra de primer año de latín y castellano en el colegio privado de segunda enseñanza de esta Ciudad, y al año siguiente entró a desempeñar la de latín y griego en el mismo establecimiento, con autorización del Director del Instituto provincial, añadiendo a este cargo el de Vicerrector del indicado colegio, que renunció en 1859, conservando solamente la mencionada cátedra, que abandonó para desempeñar su Economato. 

Desde su ordenación en 1857 obtuvo licencia verbal para predicar y en los de 58,59 y 60 fue encargado por el dignísimo Prelado de hacer la Cuaresma en el Monasterio de San Ildefonso y parroquia de San Bernardo esta Ciudad. En 1859 se presentó en Sínodo para ser examinado de confesar, y aprobado se le habilitó para oír a los hombres en penitencia, sin que se le hiciera nuevo examen al nombrársele curo Ecónomo de Haría.” [12]

Don Emiliano fue cura de San Agustín, y al parecer canónigo honorario. Director de varios periódicos locales, entre ellos el Omnibus y el País. Poeta perteneciente a una selecta y erudita familia de juristas, sacerdotes y poetas. En 12 de Junio de 1863 se le nombró Cura de Ecónomo de Tafira.[13]

 

Don Juan González Ríos

Cura Ecónomo

16-2-1863 : 5-11-1869 

Natural de Gáldar. Ecónomo de Tetir desde 1856 a 1863.  Existe su nombramiento como Cura Ecónomo de Haría, dado por la Reina el 16 de Febrero de 1863. Consta que en su toma de posesión como tal estuvieron presentes Don Juan Nepomuceno Montesdeoca, beneficiado de Arrecife y arcipreste de la Isla, Don Enrique Luzardo, alcalde constitucional del pueblo, Don Juan Ibáñez y Pavía, gobernador militar de la Isla, Don Cristóbal Bethencourt, comandante militar del pueblo, Don Juan Melián Armas, beneficiado rector de la parroquia de Teguise, y Don Juan Guerra, Ecónomo de Tinajo. Murió en su parroquia el 5 de Noviembre de 1869
 

Don Manuel Hernández Ajeno

Auxiliar

1868 

Nació en Pájara en 1844.[14] 

Coadjutor de Santa Brígida en 1868. Servidor de Haría a finales de este mismo año. Cura Ecónomo de San Gregorio de Telde desde 1869 a 1872. Cura regente de Pájara en 1878. Capellán de Bañaderos en 1882. Cura regente de Valsequillo en 1889. Coadjutor de San Gregorio desde 1889 a 1890. Cura Ecónomo de Tuineje desde 1891 a 1898. Cura Ecónomo de San Lorenzo desde 1892 a 1895. Capellán de las Cistercienses de Teror en 1908. Falleció el 25 de Enero de 1911.

 

Don José Hernández García.

Auxiliar

1868-1869. 

Nació en 1825. Posiblemente en Teguise. En 1853 aparece haciendo algunas asignaturas sueltas en el Seminario Conciliar de las Palmas, con treinta años.[15] 

Cura Ecónomo de Tinajo desde 1864 a 1868. Cura de Femés en 1856.Auxliar de Haría en 1868-69. Coadjutor de Teguise en 1881. Capellán de Teseguite, los Valles y el Mojón en 1897. Falleció repentinamente en Teguise el 28 de Marzo de 1905.

 

Don José Peraza Barrios

Cura Ecónomo

20-11-1869 : 1877. 

Nació en Haría el 18 de Marzo de 1841 y se bautizó al día siguiente poniéndosele el nombre de José María. Lo bautizó el beneficiado de la parroquia Don Rafael María Navarro. Hijo legítimo de Antonio Peraza y Antonia Barrios, vecinos del pueblo. Abuelos paternos Pedro Peraza y Rita Betancort. Abuelos maternos Rafael Barrios y Clara Bello. Fue su padrino Matías Brito. Lo bautizó Don Rafael María Navarro.[16]  

En el libro 3 de estudios del Seminario Conciliar constan los siguientes datos: 

Hizo la carrera abreviada de filosofía con 25 años. Se tonsuró el 19 de Diciembre de 1862 y se ordenó de presbítero el 5 de Abril de 1867. Consta que hizo estudios de gramática. Fue confirmado el 11 de Julio de 1845 por Don Judas José Romo y Gamboa y fue su padrino José Peraza Clemente de Barrios.[17] El 19 de Noviembre de 1862 el Rector del Seminario Don Bartolomé Gilabert expide el siguiente certificado:  

“Don José Peraza Barrios, alumno interno y cursante  del primero de latinidad desempeña de una manera excelente todos los deberes de buen seminarista, así en la parte literaria como en la religiosa y doméstica, mostrándose amante del estudio y del perfecto cumplimiento de sus funciones literarias, obediente y respetuoso con sus superiores, exacto observador del reglamento, e inclinado a las prácticas piadosas propias de su estado". 

Con motivo de la petición de la tonsura el párroco de Haría dice de él “ha sido la [18]edificación de su pueblo, el gozo y corona de su Cura, todo elogio y reconocimiento no iguala al mérito, diligencia, exactitud y religiosidad del suplicante”. El Cura que así escribe era Don Sebastián Robaina Berriel.

Según certificado del Secretario de estudios del Seminario, Don Domingo Landa, emitido el 2 de Diciembre de 1865, aprobó en los curos de 1862 a 1865 tres años de latinidad y humanidades con nota de Benemeritus. [19] 

En 1866 al pedir Ordenes Sagradas manifiesta que es pobre y si congrua. El Obispo, para subsanar este defecto, lo nombra Sacristán mayor de Haría, con la pensión de 100 ducados o cinco mil reales vellones. [20] 

Según certificado del Secretario del Ayuntamiento de Haría con fecha 28 de Febrero de 1865 consta que fue rechazado del servicio militar por falta de talla. Y en otro certificado el Rector del Seminario manifiesta “...Las dotes de bondad y virtudes que han adornado siempre al suplicante…cursa al presente primero de Teología moral, con una clase de lógica y metafísica compendiada, ha cantado epístolas solemnemente en Haría y en las nieves”[21]. En informe que hace el párroco de él dice: “...Añadiendo mi parecer, el cual es en todo conforme a las declaraciones dadas, pues en el tiempo que he residido en Haría no he visto ni oído de Don José Peraza sino mucho que le honra, acreditando su vocación y sus virtudes, y en su trato yo no he podido menos que conocer y acreditar su religiosidad, amor al culto, alejamiento del mundo y de más bellas prendas que harán de él un virtuoso y excelente sacerdote”[22] 

Don José Peraza Barrios fue sustituyó a muchos párrocos impedidos por enfermedades o ausencias obligadas. Así fue Cura Regente de Tejeda mes y medio, Coadjutor de Guía desde el 13 de Agosto de 1863 al 31 de Diciembre de 1868. Coadjutor de Mogán. Coadjutor de Gáldar, 25 días y Coadjutor de Haría por enfermedad del párroco Don Juan Maria González, hasta que éste murió en Noviembre de 1869 y fue entonces nombrado Cura Ecónomo y Mayordomo de Fábrica de Haría. Coadjutor de Haría. Desde el 20 de Noviembre de 1869 hasta 1877. [23] Don José Peraza fue sustituido por Don Rafael Cortes Espínola que ganó las oposiciones a esta parroquia. A partir de ahora estuvo un año como Coadjutor de Haría y luego, Coadjutor de San Mateo desde 1877 a 1882. Cura Ecónomo de Betancuria desde el 13 de Agosto de 1883 al 2 de Diciembre de 1884.Falleció en Haría el 21 de Junio de 1898.

 

Don Rafael Cortés Espínola

Párroco

27-9-1877 : 13-11-1917

          El párroco Don Rafael Cortés Espínola. Se me señalaba la casa donde vivió y su pintoresco balcón situada hacia la mitad de la plaza y hoy ya derruida. Se me decía de su cultura, señorío y pertenencia a una distinguida familia de la isla, Los Espínola; saga de poetas, pintores y profesionales altruistas. 

         Efectivamente, y según los datos del Archivo Histórico Diocesano Don Rafael nació en la Villa capital de Teguise el 27 de noviembre de 1844 a las 11 de la mañana. Fue bautizado por el párroco beneficiado Don Juan Manuel del País el 3 de diciembre del mismo año. Era hijo del licenciado Don Rafael Cortés Tortosa, natural de la ciudad de Palma de Mallorca, abogado de los tribunales nacionales, y de Doña Francisca Espínola Bethencourt nacida en Teguise. Abuelos paternos Don Enrique Cortés y Doña Isabel Tortosa naturales y vecinos de Palma. Abuelos maternos Don Manuel Espínola y Doña Ángela Bethencourt, el primero de la Villa de Sta. Cruz de Tenerife y la segunda del pago de Tiagua. Se le puso por nombre Rafael José y fue su padrino el capitán de milicias provinciales Don Rafael Vega, hacendado y del comercio de esta villa. Fue confirmado por el obispo Romo el 27 de junio de 1845 cuando aún no tenía un año de edad. [24] 

          Don Rafael ingresó en estado eclesiástico el 17 de noviembre de 1856. A petición del obispo informó el rector del seminario Don Francisco Fernández que dijo de él: “hace concebir esperanzas muy halagüeñas para el bien de la Diócesis… será el suplicante ejemplar de decoro y fina educación donde quiera que se presente.” [25] 

         Cuando solicita órdenes menores y subdiaconado el 30 de agosto de 1869, se emite acerca de él el siguiente informe: “es de una conducta irreprensible y de una piedad verdaderamente edificante sirviendo de verdadero ejemplo a los seminaristas”. Los estudios que tiene hechos y aprobados en este seminario consisten en tres años de latín y Humanidades y uno de Lógica y Metafísica. Sería conveniente si el ilustrísimo prelado en su deseo constante de premiar la virtud le confiriese a este alumno las órdenes que solicita, le obligase a seguir los estudios teológicos indispensables para el sacerdocio; pues tiene excelentes disposiciones habiendo obtenido siempre la nota de sobresaliente. [26]     

Al final de sus estudios eclesiásticos de Teología Dogmática y Moral, debido a su extraordinario talento ejerció de profesor de latín y Humanidades. El obispo Don José María Urquinaona le ordenó de presbítero el sábado 8 de abril de 1871. Durante el curso anterior había ejercido el oficio de celador de la catedral. Fue nombrado cura de Femés cargo que ejerció hasta el 23 de abril de 1877. Fue uno de los sacerdotes que se presentó a las oposiciones a curatos convocada por el Señor Urquinaona en 1876. Ganó una plaza con las notas más brillantes; 5 meritissimus, 4 meritissimus y dos benemeritus. El 27 de septiembre de 1877 tomó posesión de la parroquia de Haría[27] que regentó hasta el 13 de noviembre de 1917 cuando falleció en su propia iglesia. 

          Don Rafael fue declarado exento de servicio militar por ser hijo único y de padres sexagenarios. En su niñez pasó algún tiempo en las islas Baleares sin que podemos precisar más detalles. Fue gran benefactor de la parroquia y todavía se conservan algunas tablas pintadas por su familia y  hoy guardadas en el Museo de Arte Sacro de Haría. Tenemos la fortuna, además de contar con algunos relatos de la pasada centuria que nos ofrecen una idea bastante aproximada de las costumbres y vivencias de la Haría de aquellos tiempos. 

         El primero de ellos está recogido en el libro de viajes del antropólogo y sabia francés, Doctor Verneau y se corresponde con el viaje científico que realizó a las islas de Fuerteventura y Lanzarote hacia 1884: “Haría es un verdadero oasis perdido en medio de estas montañas. Situado al fondo de un valle profundo, rodeado de alturas al Este, Sur y Oeste, esta abrigado de casi todos los vientos. Además su situación le permite hacer una abundante provisión de agua que desciende de todas las montañas de los alrededores. Allí se pueden enterrar árboles sin tener que enterrarlos en el fondo de un agujero. La naturaleza del terreno permite cultivos variados, y en los años buenos, quiero decir cuando llueve, se hacen cosechas abundantes. También esta localidad, de la que depende el caserío de Máguez, se ha convertido en la más importante de la isla, después de Arrecife, a pesar de las dificultades que se tienen para llegar allí”[28]. VERNEAU R. Cinco años de estancia en las Islas Canarias.Pgna., 119. La Orotava. 1981 

          Muy interesante es la descripción que hace de la personalidad del párroco del momento, que no es otro sino Don Rafael Cortes Espínola “...El cura de Haría es un hombre excelente. Tuve que tomar un vaso de cerveza para poder salir de esta casa, pues el cura había cerrado la puerta diciendo que nadie salía de su casa sin haber tomado algo. En estas islas se encuentran algunos curas hospitalarios como el de Haría, pero lo que no se encuentran frecuentemente es la inteligencia, la instrucción y la reserva de éste. No podré olvidar los esfuerzos que hizo para procurarme documentos...”[29]

         La famosa viajera inglesa Olivia Stone también realizo un periplo de viajes por las islas en 1885, y recogió diminutas observaciones y visiones sobe el mundo actual y pasado de sus habitantes. La riqueza que proporciona sus relatos podemos admirarla en lo que aporta de su viaje a Haría. De ella son estos párrafos “Haría es un pueblo situado en un emplazamiento muy bonito, rodeado de montes cultivados. Tiene muchas palmeras e higueras que se elevan entre casas de aspecto próspero..Haría ha sido siempre un lugar notable. En la época de los antiguos habitantes fue la residencia de uno de los reyes o jefes, y la vecina Cueva de los Verdes fue la residencia real, según dicen.”.[30] STONE OLIVIA. Tenerife y sus satélites.Pgna., 305. Las Palmas 1995. Y el relato de esta infatigable viajera se extiende largamente con prolijas descripciones de su trato con los habitantes del lugar y sus excursiones a lugares de interés cercanos, como la Cueva de los Verdes o la vista de la Graciosa. 

          Esta noche, ¡hermosa noche! , las colinas, los montes y el valle entero de Haría se iluminan y llenan de un bello resplandor que viene a confundirse y a morir con el nacimiento de la aurora. No es de extrañar y así se ha mantenido a través de tiempos pasados en los que los padres dicen a los hijos; es el fuego, son las hogueras de San Juan. Y los pies del profeta, de aquel que fue el primero en señalar la más importante “luz del mundo” yo evoco para este pueblo de que la luz de los valores humanos y espirituales del pueblo de Haría se acrecienten por las generaciones presentes y futuras. 

           Decíamos que pregonar es cantar y cuando el numen no nos asiste es mejor dejar que canten los poetas… como lo hace en bella y elegante rima Santiago Pineda:

 

“Haría pensil florido,
Con cimbradoras palmeras,
Con deliciosas praderas,
Vergel de amor escondido.
A tu regazo he venido
a ensanchar tu corazón,
Ávido de la emoción
Que causa todo lo hermoso,
Mi rebelde inspiración.
Bella sultana dormida
En lindo valle de amores,
Luciendo ricos primores
Y exuberante de vida.
Por suave arrullo mecida,
Con aromas perfumada,
Por extraños visitada,
Por tu fama y nombradía
Eres, pues, gentil Haría,
Cada vez más admirada.
Es tu suelo hospitalario
Y tus hijos cariñosos,
Consecuentes, generosos,
Honra del país canario;
No adulo, no es necesario;
Es la verdad al desnudo,
Y como en ella me escudo,
Puedo decir francamente:
¡Salve , Haría sonriente,
De rodillas te saludo!

  

                                   José Lavandera López

                       

Canónigo-Arcediano de Fuerteventura en la Catedral de Canarias.

                        Delegado del Patrimonio Histórico Diocesano.

                         Expárroco de Haría y Premio de Haría 2010.

 


 

[1] Fichero de Ordenados. Antonio Hernández. En adelante AH. Archivo Histórico Diocesano de las Palmas de Gran Canaria. En adelante AHD

[2] Libro de Ordenes del Obispo D. Joaquín Herrera. Sig. 15,4 (9). AHD.

[3] De Statu Clericorum. Testimoniales y dimisorias. Nº 1. AHD

[4] Libro 7 de Entierros del Sagrario Catedral. Fol. 371 vlto. AHD.

[5] Libro 28 de Bautismos del Sagrario Catedral. Fol. 126 vlto. AHD.

[6] Legajo de varios. Testimoniales y dimisorias .Archivo de la Catedral de Canarias. En adelante ACC.

[7] Libro de Ordenes del Obispo D. Manuel Verdugo. 15.4/12. AHD.

[8] Legajo de varios. Testimoniales y dimisorias .Archivo de la Catedral de Canarias. En adelante ACC.

9. Oposiciones a Beneficios Vacantes. Secretaría de Cámara. Año 1815. Folios 27-28,45,64 vlto.-65. AHD.

10. Auto del escribano de la Audiencia de Canarias, Sr. Martínez de Escobar. Legajo de varios. ACC

 

[11] Expedientes de Ordenes Sagradas. Año 1828. AHD.

[12] Concurso a parroquias. 1862. AHD.

[13] Ibidem

[14] Expedientes de ingreso al Seminario. Nº 639 caja 12. AHD.

[15] Libro 3º de Estudios del Seminario. Folio 22 vlto. AHD.

[16] Libro 6º de Bautismos. Parroquia de Ntra. Sra. de la Encarnación. Haría. Lanzarote.

[17] Libro 3º de Confirmaciones. Parroquia de Ntra. Sra. de la Encarnación. Haría. Lanzarote.

18 Expedientes de Órdenes Sagradas. Año 1865. AHD

19. Ibidem

20  Expedientes de Órdenes Sagradas. Año 1866. AHD.

 

[21] Expedientes de Órdenes Sagradas. Año 1866. AHD.

[22] Ibidem

[23] Expedientes sobre Concurso de parroquias. Don José Peraza Barios..Año 1877. AHD.

[24] Expedientes de ingreso al Seminario Conciliar. Año 1856. AHD.

[25] Ibidem

[26] Expedientes de Órdenes Sagradas. Año 1869. AHD.

[27] Concurso de Parroquias. Año 1877. AHD.

[28]  VERNEAU R. Cinco años de estancia en las Islas Canarias. Pgna., 119. La Orotava. 1981

[29]  Ibidem, pgns., 119-120

[30] STONE OLIVIA. Tenerife y sus satélites. Pgna., 305. Las Palmas 1995.