PREGONES DE HARÍA  >  Índice

 

 

   Sr. Alcalde, Señores Concejales, vecinas, vecinos, visitantes: a todos, muchas gracias, a los primeros por darme la oportunidad de cerrar mi vida activa con este pregón que para , como hariano, es un orgullo, y a los segundos por tener la paciencia de escucharlo. 

Cuando Carmen Gloria, representando a la corporación, me propuso ser el pregonero de las Fiestas, para mí, las de San Juan son muy especiales, y aparte de que representa un gran honor, tienen el añadido de que pasé mi niñez y juventud en la Calle San Juan, junto a la ermita, y, por lo tanto, fui su "vecino"

Inicialmente tuve la idea de hacer un pregón aplicando las nuevas tecnologías, que ha sido una parte de mi última actividad como docente, y buscar en Internet sobre la Festividad de San Juan, pero luego pensé que para hablar de "un vecino", vivíamos casi puerta con puerta, lo mejor era exponer los recuerdos que tengo de su día, y de lo que sucedía en su casa. 

Mis primeros recuerdos son de una algarabía de muchachos, de diversas edades, que hacían una hoguera frente a la ermita de San Juan. Pasado el tiempo, yo fui uno de esos muchachos, y recuerdo que en esa época la leña era dificilísima de conseguir, era un artículo de lujo, ya que, se quemaba entre los famosos "teniques" para conseguir los ricos guisos caseros, más sabrosos los hechos con leña. 

También recuerdo que una vez finalizadas las llamas saltábamos sobre la hoguera, e incluso pasábamos por encima corriendo descalzos. Hoy creo que por Soria, se sigue haciendo en algunos lugares, incluso llevando una persona cargada a la espalda. 

Pocos o ninguno de los que estábamos allí, sabíamos que estábamos repitiendo una tradición pagana antiquísima, que se hacía mucho antes que el cristianismo, pero que, según algunos autores versados en la materia, su finalidad era, entre otras cosas, para purificar con el fuego y pedir fertilidad para el futuro. 

De pedir fertilidad sí que sabían todos los habitantes de este pueblo, porque Haría era eminentemente agrícola, que vivía de las ventas de los productos de la agricultura: granos, queso, leche, higos, alfalfa, etc. que eran trasportados a Arrecife en la llamada "exclusiva", una guagua conducida por Nicolás Curbelo de chófer y Juan Sosa, vecino de la Calle San Juan, de cobrador, pero la mayoría de los productos los llevaban los camiones de Juan Rosa, de Antonio Matías, luego de Pedro Caraballo, y otros. 

Los dineros obtenidos servían para comprar productos de consumo cotidiano, aceite, azúcar, arroz, etc., y también, las telas para las ropas y los zapatos, que se estrenaban siempre en las fiestas de San Juan, trajes hechos por las costureras, recuerdo, entre otras, a Porfiria y Eduvigis, hijas de Pepe Luis, todos vecinos de la calle San Juan. Entre las chicas fue moda hacer corte y confección y en los comienzos de la radio existió una sesión de discos dedicados, felicitando los familiares y amigas a las que obtenían este Diploma. 

Para la ropa de hombres, aunque también la hacían las costureras existían los sastres, concretamente en Haría tuvimos a Eligio Perdomo, que aunque su taller lo tenía en Arrecife, nos hizo muchos trajes a los de mi generación, entre ellos mi traje de boda. 

Tengo un especial recuerdo para los Sanjuanes del 55 o 56, ya que estrené mis primeros pantalones bajos, algo así como de "niño a hombre" rito que hoy, ya se ha perdido. 

Recuerdo que por las fiestas se llevaba el Santo en procesión para la Iglesia de arriba, creo recordar que para una estadía de una semana, y en la vieja plaza, en aquella época con piso de tierra, sus antiguos bancos, hoy desaparecidos, mudos, cómplices de algunas borracheras, y los mismos árboles, aunque más jóvenes, que nos servían de eficaz parapeto o engaño en el juego del "quemao" o de "calambre", a los más pequeños. 

Recuerdo recorrer esta plaza a diario, ya que mi madre visitaba todos los días a su madre y hermanas en la Tegala, y siempre el regreso a la misma hora, al toque de la oración, que marcaba inexorablemente al pueblo la hora de la cena, había que acostarse temprano para madrugar, ya que las tareas agrícolas se realizaban mejor a hora muy temprana. 

Retomando los festejos, normalmente, comenzaban para los más jóvenes con la algarabía que se generaba alrededor de los Gigantes y Cabezudos o papagüevos, y más de una vez, quiero recordar, anunciaba las fiestas "Pepito Cañadulce" con su tambor y trompeta, que venía de Las Palmas para hacer de pregonero, a la vieja usanza, o sea, de viva voz. 

Recuerdo los diversos actos religiosos en honor de San Juan, principalmente la procesión, donde todo el pueblo acompañaba al Santo con mucho recogimiento y devoción mariana, la plaza, solo por las fiestas, se llenaba de ventorrillos, de ruletas, puestos de rifas, etc.; a los más pequeños nos atraía Arturo el fotógrafo (por ver la mona que usaba en las fotos), también recuerdo a su hermana Doña Luz que solía traer chicas para cantar. Y por las noches, las "verbenas" de San Juan, famosas en toda Lanzarote. Por ese motivo, acudían muchos forasteros para bailar.

Pero con frecuencia sucedía que, por la euforia de las fiestas, algún vecino se tomaba unas copas de más, cuyo exceso lo solían pagar, barriendo esta plaza con una hoja de palmera procedente de nuestro incomparable palmeral.

También recuerdo comprar golosinas, especialmente los ricos "pirulines" de María Núñez, que endulzaron la vida de muchas generaciones. 

Recuerdo las Escuelas de D Santiago Calle, de D. Juan Valenciano ( con D. Juan he pagado la deuda: le he dado clase a algunos nietos y a un biznieto), de D. Guillermo Cabrera, de D. Domingo Valenciano y de D. Domingo Barreto ( tío de mi esposa), y rememoro que en los recreos jugábamos al trompo, a los boliches, al calambre, a la piola y llevando a otro a la espalda al (fincho - güevo-araña o caña), y también a otros juegos, hoy desaparecidos.

 Como Profesor recién retirado, quiero tener un especial recuerdo para aquel Grado Medio, único libro que teníamos, pero valiosísimo medio docente, ya que conociendo sus contenidos, creo que hoy, se aprobaría con nota el actual Bachillerato. 

Guardo un recuerdo muy especial de aquellas Fiestas de San Juan, que por estar mis padres y hermanos en Venezuela, tuve que ir a vivir a Máguez en casa de mis tíos Juana y Lorenzo, allí conviví con Pancho El Cubano, que es mi padrino de confirmación, y que hoy recibe un merecido reconocimiento. Por Pancho soy del Madrid, que, casualmente, viste con camisa "blanca"

A pesar de que estaba muy contento en Máguez, por las Fiestas venía hasta dos veces a Haría, primero a casa de mis tías en la Tegala y a Faja para conseguir unas "perrillas", y luego a la plaza a disfrutarlas en las atracciones.

Recuerdo mi regreso a Haría en la década 1950-60, previa a mis estudios fuera de la Isla, y la tengo presente por la gran cantidad de vivencias que tuvimos los jóvenes de mi generación. Empezamos los estudios de ingreso de Bachiller en la casa particular de D. Enrique (Cristín Rodríguez, Andrés Acosta, Tita y Mary Carmen, Cilita Barreto, Mari Nina y otros); a la vez que colaboraba en las duras faenas agrícolas con mi padre, no me son ajenos el plantón y la escardilla, y en mi mente siguen frescos los madrugones para arrancar la sementara antes de que se pusieran broncas. (Hoy broncas son otra cosa, especialmente las del dominó). Luego la era, la cobra, aventar, recoger el grano y su venta, para obtener el dinero, nunca suficiente, para el sustento de la familia, y en muchas familias de aquel Haría haciendo una economía - que no superaría el mejor Master en economía doméstica- todo, para que los hijos pudieran estudiar y tuviesen mejor futuro lejos de la labranza.

Recuerdo que en los años 50 al 55, el fútbol nos llenaba los ratos de ocio, los más jóvenes teníamos como referencia, los enfrentamientos en la Fiestas de San Juan entre el Juvenil, equipo del cura D. Juan Arrocha, con Antonio Páez-Tuta-Humberto-Paco Reyes, etc.), contra la Escoria, equipo de vecinos de la ermita de San Juan, casi todos, comandados por Adolfo Acuña (con Pepe Cerpa, Pacheco, Socas, etc.). En esa época yo jugaba de portero y Antonio Páez, excelente portero que jugaba en el Juvenil, era mi ídolo y mi vecino, por lo cual, me tenían el corazón "partío"

Recuerdo también por esos años la consolidación de la Academia de Haría en la trasera del Ayuntamiento (tengo gratos recuerdos de D.Domingo Barreto, Doña Quina Borges, Dña Aida Reyes y muy buenos de Dña Josefina Calvo, que daría paso al hoy Instituto. 

Solo tengo un pero o recuerdo agridulce, por las Fiestas de San Juan teníamos vetado ir al baile, y con la edad del "pavo", como se dice hoy, era muy fuerte resistirse, por lo cual, a Cristín Rodríguez y a mí nos tocó alguna expulsión temporal. 

Estoy obligado a contar una anécdota personal, ya que fui el único alumno de la academia de D. Enrique que no hizo Magisterio. Aconsejado (hoy puedo decir que bien, lo volvería a elegir), por Juan María Perdomo me comentó que dar clase era lo último, que se pasaba mal, (desde aquella época, yo diría que hoy mucho más), que si me gustaba el dibujo y la mecánica podría Estudiar Perito. La anécdota es que le hice caso, pero: me acabo de jubilar con casi 41 años como docente, dando clase. 

Recuerdo los años desde el 55 al 60, el devenir en el pueblo seguía siendo el mismo, pero la fiebre del fútbol pasó a fiebre por la lucha, y liderados por mi hermano Evaristo (luego conocido como Pollo de Haría) Eduardo, Paco Reyes, Jesús Armas y muchos mozalbetes: mi primo Juanín (buen luchador pero con "mala suerte"), Marcial Armas, mi compadre Tomasín, que fue un fino estilista, Nono Rodríguez, Olegario, otros y yo, se formó el equipo de Haría. También se formó equipo en Máguez (emocionado recuerdo para Rafael el Pintao, (buen amigo), Nono El Artista, Suso y Ángel Viñoly, Pancho, Pepe Camurria, Gregorio Barreto (hoy cronista oficial de Haría), mi primo Crisóstomo y un largo etc.), con grandes luchadas de rivalidad por San Juan, en casa de María Núñez, y luego devolución de visita por San Pedro en Máguez. 

También acuden a mi mente, que por las Fiestas de esos años, se hacían juegos para los jóvenes, concretamente en esta misma plaza, que por esa época tenía dos carriles en los laterales y el paseo en el centro, recuerdo participar en varias gymkhanas ciclistas, carreras de cintas, y algún partido de baloncesto donde Uds. están sentados ahora, también habían carreras de sacos, cucañas frente al Billar, carreras de burras, etc.

A partir de febrero del 56 la ermita de San Juan tuvo todo el protagonismo religioso, ya que a la Iglesia se le cayó el techo y todos las servicios religiosos se hacían en la ermita de San Juan, por lo cual, los fieles asistían todas las noches a celebrar el rosario, las novenas y otros actos religiosos. 

También recuerdo que cumpliendo los deberes militares, pasé dos Fiestas de San Juan en Tenerife, con algunos paisanos: Artemio, Guillermo Carretilla, Lino García, Juan Papito, Elías El Celaje, Juan el Cojo, etc., nos reuníamos y con muchísima nostalgia, recordábamos anécdotas vividas en pasadas Fiestas, degustando, eso sí, el buen vino "chicharrero", y aunque los cuerpos estaban en Tenerife, nuestras mentes estaban en Haría. 

También recuerdo que por el año 67, volvió a renacer la fiebre del fútbol y, con Tino García, el cura D. José Lavandera, Gilabert y otros iniciarnos el hoy Haría C. de Fútbol. El campo estaba situado donde está, hoy el Instituto y jugábamos, por las Fiestas de San Juan contra equipos de Arrecife y nuestras primeras camisas nos la mandó Antonio Betancort, excelente portero y mejor amigo, tenía los colores de Inglaterra campeona del Mundo el año 1966,  aún existen fotos del equipo que recuerdan esa equipación, y uno de aquellos jugadores, es Pepe Torres (nuestro alcalde). 

Tengo inolvidables recuerdos de la barbería de Ladislao Rodríguez "el mudito", íntimo amigo, que durante muchos años, me ha informado, con detalle, de todos los acontecimientos del pueblo. Allí quedábamos Domingo Pérez, Cristín y yo para hablar de todo: estudios, deportes, juego de cartas, y como no, de chicas. También fuimos cómplices en organizar muchas perrerías maquiavélicas  y travesuras, algunas de ellas inconfesables.

Recuerdo también los apuros que pasamos los compañeros de la Junta directiva que yo presidí, quiero agradecer públicamente a Celino Perdomo (que en paz descanse), a Eulogio Concepción y a mi compadre Tomasín -en Arrecife: Tomás Rodríguez Barrios, ya que, gracias a su empuje y apoyo, con el antiguo "canuto" sin techo y con la Fiesta a la vista. Salimos adelante recurriendo a hacer una verbena en la plaza, con hojas de palmera para separar los que paseaban de los que entraban a bailar y fue tal el éxito, que se repitió varios años.

Aquella directiva que yo presidía comenzó las obras del actual salón en precario, con muy pocos medios, y menos dinero, pero afortunadamente el esfuerzo y tesón de las directivas posteriores, quiero recordar con nostalgia a Pedro García, que dio paso a la presidida por Domingo Pérez, la cual, tuvo gran protagonismo, ya que el 8 de Enero de 1.979, realizó la fusión para crear el hoy Centro Socio Cultural "La Tegala". 

Tengo un recuerdo muy especial, agradable e inolvidable de las Fiestas de San Juan del año 1970, últimas que pasé soltero, pero en compañía de mi novia, hoy mi esposa, ya que me casaba un mes después, por lo cual, sobran los comentarios. 

Sigo siendo fiel a las Fiestas de San Juan, y he revivido con los pregoneros que me han precedido, sus vivencias, que también fueron las mías, en este bello Oasis de Lanzarote, nuestro Haría, con el que nunca he perdido la vinculación, ya que, desde hace más de 20 años, nos reunimos todos los domingos, un grupo de amigos para degustar los guisos de Julián (cariñosamente Dña Paca), en la "casa-bodega" de "mis primos" los hermanos Perdomo Ramírez. 

Finalmente y como reflexión particular, pienso que la calidad de vida de Lanzarote está en el Norte, por ese motivo, actualmente soy vecino de Haría, mi habitat transcurre entre Haría, Punta Mujeres -con los amigos en el Bar de Juan Carlos (El Pichón)- y en Máguez- donde suelo pernoctar. Entre todos debemos "arrimar el hombro" para seguir disfrutando ese privilegio e incluso intentar mejorarlo.

Y para terminar felicitar a los Juanes y Juanas, por su onomástica y a todos Vds. desearles que se diviertan en las fiestas

 ¡VIVA SAN JUAN! 2008.