PREGONES DE HARÍA  >  Índice

 

 

 Señor Alcalde, autoridades, familiares, amistades y público en general reunidos aquí  en  este entrañable acto. ¡Muy buenas noches! Sean bienvenidos  todos. 

    En primer lugar mi agradecimiento a los miembros de la corporación municipal que tomaron la decisión de proponerme como la pregonera de nuestras fiestas patronales. Es un honor del que espero estar a la altura que se merecen. 

   Pensé durante varios días si aceptar o no este reto. Tenía una  lucha interna entre mi cabeza que decía “no” y mi corazón que decía “sí”; al final opté por darle la razón al corazón y me dije: “es una oportunidad que se te brinda para ser la protagonista de este acto”, aunque mi  único mérito sea ser hija de Haría. 

    He de confesar que al principio no fui consciente del compromiso y la responsabilidad que asumí.

Ya no había  vuelta atrás, había dicho que sí y tenía que cumplir mi palabra…

 

   Cuando me puse a redactar, las ideas se me agolparon, empecé a recordar muchas anécdotas, vivencias de infancia y juventud  que tuvieron lugar en Haría, por  mi mente desfilaron nombres de personas que han influido mucho en mi vida: Encarnación Rodríguez, Don Enrique Dorta, Mª Luisa Perdomo (la directora), mis primeras maestras, profesores de instituto, de universidad, y así una larga lista de ellas y de manera  especial mis padres: Manuel Bailón y Carmen Medina, personas humildes, que como muchas otras,  con esfuerzo y trabajo sacaron a su familia adelante, transmitiéndole  valores tales  como el respeto, la  honradez y el esfuerzo. 

   Mi infancia en Haría la recuerdo -como la mayoría de los niños y niñas de mi época- feliz y alegre. Los domingos jugando y correteando con mis amigas por la plaza, con  el olor a las golosinas y a “ los  pirulines “ de Antonia la del puente. 

  Inicié la escuela a la edad de seis años, pues en aquella época no había Educación Infantil como ahora. Recuerdo  con nitidez mi primer día de escuela con Doña Chana de maestra. Mi madre me había puesto un trozo de bocadillo  en la maleta y me dijo:

- Te lo comes en el recreo.

 Al rato de estar en clase me dio hambre y salí corriendo a comerme el bocadillo y la maestra detrás de mí. Nadie me había explicado lo que era el recreo … 

   Jugábamos en la calle, eran otros tiempos, no hacían falta móviles para saber a que  hora había que regresar a casa, en caso contrario sabías lo que te esperaba… 

   Mi adolescencia la recuerdo marcada por el grupo de Teatro “Guatifay” donde viví una de las mejores  épocas de mi vida, fue mi universidad anticipada.

 El Teatro nos ayudó a los miembros del grupo a vencer la timidez, a ganar autoestima,  también al gusto y disfrute  por las artes escénicas y la cultura en general. En mi mente se acumulan muchas anécdotas y acontecimientos de emociones vividas. Estamos celebrando el centenario del nacimiento de  César Manrique y me viene a la memoria su asistencia a dos de nuestras representaciones, se quedó fascinado con el grupo y con el entusiasmo que le caracterizaba, nos animó a seguir trabajando por la cultura y la educación.     

   Como grupo, vivimos muy de cerca la transición a la democracia, estábamos muy implicados en el pueblo, éramos protagonistas directos de nuestra historia, llevamos el nombre de Haría  por los distintos lugares de la islas de Lanzarote, Fuerteventura y Gran Canaria. Participábamos en la organización de distintas  actividades que se hacían en el pueblo, de forma especial en las fiestas y acontecimientos culturales  que ocurrían en él, entre ellos la puesta en marcha  del Museo Sacro popular y , por supuesto, en las fiestas de San Juan. 

         El Ayuntamiento, en aquella época, colaboraba en  los festejos de  San Juan con pequeñas ayudas económicas y la Comisión de fiestas, se las arreglaba para conseguir patrocinadores.

Hoy es el Ayuntamiento el se ocupa de los contenidos y organización de las mismas. Quizá valdría la pena recuperar mayor implicación del pueblo en nuestras fiestas. 

   Mi juventud la marcaron el  estudio  y el trabajo, fuera de mi isla.

 Me fui a hacer COU a Las Palmas en el años 75, -en aquel momento no se podía hacer en Haría- teníamos que hacerlo en Arrecife o fuera de la isla, porque el  Colegio Libre Adoptado solo cubría hasta sexto de bachiller, colegio que nos aportó tantos valores a los que tuvimos la suerte de estudiar en él.

  En aquella época, gracias a las  becas y el trabajo combinado con el estudio, pude  acabar mis carreras.

Los jóvenes de ahora tienen, afortunadamente, muchos medios a su alcance, ha cambiado la situación económica de las familias y  las nuevas tecnologías, que bien usadas, aportan mucha información de la que antes carecíamos. 

   Cuando regresé  a Lanzarote en el año 97 venía un poco desconectada del pueblo  y en el 99 comencé a trabajar en Haría en el Colegio San Juan, eso me  facilitó conectar de nuevo con mis raíces.

Para mí fue una suerte terminar mi vida profesional en mi pueblo, siento orgullo y satisfacción cuando veo antiguos alumnos y alumnas que ya adultos desarrollan sus profesiones y  tienen sus vidas encaminadas, en las que el esfuerzo y el trabajo han dado sus frutos. 

 Hoy estoy aquí, para anunciar que iniciamos  la  celebración  de las fiestas en honor a  nuestro patrono  San Juan Bautista. 

   La devoción de los habitantes de Haría a este santo datan del siglo XVI, aunque hasta el XVII no fuera reconocida la festividad de forma oficial.

  Las raíces de la celebración de la Noche de San Juan se pierden en el tiempo, siendo en su origen una fiesta pagana. 

   El inicio del año  para los aborígenes, en todas las islas era en el mes de junio, momento en el que se recogía la cosecha y se celebraban grandes fiestas.

 Nuestros antepasados creían que el Sol estaba enamorado de la Tierra y se resistía a abandonarla. Y por ello comenzó a festejarse en la última noche de primavera, alrededor del 24 de junio, que es la noche más corta del año. A esto se unía la superstición de que ese día era el ideal para ahuyentar a los malos espíritus y atraer a los buenos, así como para librar encantamientos de amor y fertilidad. 

   Con la llegada del cristianismo, la Noche de San Juan se mantuvo, pero perdió su carácter mágico y adoptó un nuevo significado. Según los textos sagrados, Zacarías mandó encender una hoguera para anunciar a sus parientes el nacimiento de su hijo, Juan Bautista, que coincidía con la noche de solsticio de verano. 

   Para conmemorar esa fecha, los cristianos del medievo encendían grandes hogueras y celebraban diversos ritos a su alrededor. En ellos siempre estaba presente la señal de la Cruz. 

  Desde el siglo XVII  hasta nuestro días las festividad de San Juan en Haría se ha celebrado de manera muy variada. 

   Hasta avanzado el siglo XX las condiciones laborales eran muy duras, sobretodo en el campo; la jornada laboral era de sol a sol (de 12 a 14 horas diarias), trabajo incontrolado de mujeres y niños. Las clases trabajadoras, estaban sometidas a una intensa explotación, había un alto índice de analfabetismo (alrededor de un 80% no sabía ni leer ni escribir) las viviendas carecían de higiene y salubridad, morían mucha población infantil. 

   La situación era muy difícil, unido todo ello a grandes épocas de sequía que traían hambre y miseria, sin embargo no había aparentemente conflictividad social probablemente los motivos fueron: la emigración, el paternalismo que ejercían los señores de las tierras y la sumisión de sus habitantes producto de la ignorancia, jugó también un importante papel en ello la religión.  

  En la década de los años 50 del pasado siglo, en Haría se crea por parte de Don Enrique Dorta” La Academia ” que supuso un gran avance en cuanto a la educación en nuestro pueblo; hecho éste que permitió que muchos jóvenes pudieran iniciar su formación para acceder a un futuro mejor. Algunos utilizaron el seminario como trampolín para poder estudiar.

Más tarde, en 1967 el colegio Libre Adoptado de Haría toma el relevo de la educación, y en esta época nuestro pueblo un referente en  este terreno.   

   Nuestra fiestas patronales, si nos centramos en el siglo XX, hasta  casi el último tercio del mismo, duraban dos días 23 y 24 de junio, no  como ahora que duran casi un mes. Las vísperas se dedicaba al engalanamiento  del pueblo, los vecinos en esas fechas aprovechaban  para albear  y adecentar sus casas. 

    Venían personas desde otros  pueblos de la isla, en burro o caminando, muchos de ellos descalzos con los zapatos al hombro, porque solo tenían un par  y era para las fiestas. Los familiares y amigos  acogían a sus huéspedes, ponían a su disposición cama y comida para esos días. 

    El día 23, víspera de San Juan, grandes hogueras ardían en las cumbres de las montañas del valle, la hoguera mayor, se prendía en el centro del pueblo, era tradición que los jóvenes saltaran por encima de ellas; recuerdo como me impactaba ver a Antonio Rodríguez Barrio “el relojero “con su silla de ruedas atravesarla sin quemarse. 

  El 24 día de San Juan, misa y procesión en honor al santo, orquestas,  bailes y  deportes como el  fútbol, juego de bolas  y las luchadas eran los actos más importante de las fiestas. 

   En los años 60 se creó  el  “Club de Cultura y Recreo de Amigos de Haría” fundado por Don Juan Pablo de León. Como  el Ayuntamiento no tenía medios económicos para afrontar los gastos de las fiestas, ese Club buscaba la manera de hacer recolectas para poder llevar a cabo las distintas actividades.

   En estos años se produce un vuelco en la estructura social, con una fuerte demanda del sector servicio en detrimento de la agricultura. El aumento de actividades en el sector terciario está ligado al crecimiento global de la economía. En nuestro pueblo hay una emigración masiva para otras partes de la isla, especialmente para la capital.  

   A finales de los 60 en la fiestas de San Juan, se añaden a las actividades anteriormente mencionadas, los ventorrillos con las típicas  hojas de palmeras, las yincanas y la quema de Facundo (personaje que simboliza todo lo malo que tiene que desaparecer consumido por el fuego). 

   En el año 1974  se leyó por primera vez el pregón en las fiestas, estuvo a cargo de Don Agustín Acosta Cruz. Anteriormente a estas fechas no hay nada escrito  al respecto. En honor a la verdad creo  que Doña María Lasso fue la primera pregonera del pueblo, daba las noticias de defunciones, nacimientos, bodas, vacaciones de los que volvían de América, etc. todo ello lo pregonaba  tocando de  puerta en puerta. 

    En 1994 surgió por primera vez “La Danza del Fuego” con los diablos, lo que se inició con la idea de hacer algo distinto ese año, con el tiempo es una seña de identidad para Haría convirtiendo la noche del 23 de junio, como una noche mágica, en la que la danza y el fuego son los protagonistas.

Ese mismo año se instauró La Romería en Honor al Santo.   

  En 1996 se instituyó el” Premio Haría” que es el máximo galardón que concede el Ayuntamiento a las personas, instituciones o colectivos del municipio, que han contribuido de una manera especial a su desarrollo. 

   Hace dieciséis años que se celebra   el  Festival que organiza  Malpaís de la Corona. 

   Así poco a poco se han ido configurando los distintos actos que hoy forman parte del programa  de las fiestas de San Juan. 

   Estas fiestas han sido siempre un motivo para el encuentro, la diversión y el esparcimiento, no solo de las personas del municipio , también de otros lugares; recuerdo de forma especial a las  de la Graciosa que venían y se quedaban en casas compartidas que tenían por los distintos rincones del pueblo. 

   En definitiva, hablar de San Juan en Lanzarote, es hablar de Haría, este lugar que no se sabe con certeza de donde le viene el nombre.    

  Nuestros ancestros eligieron ubicar Haría donde está, por varias razones entre ellas, su suelo fértil, proveniente de la erosión de millones de años del Macizo de Famara, por sus aguas subterráneas, donde los pozos y galerías formaban una red bajo él y, por último, por ser un lugar estratégico para evitar en lo posible ser visto por los piratas. 

   Tras la conquista en 1492 por Juan de Bethencourt y Gadifer de la Salle “en el valle de Haría se sigue manteniendo un asentamiento poblacional por las particularidades geográficas y climáticas de la zona, que la convierten en uno de los lugares más fértiles de la isla”. 

 Las continuas incursiones durante los siglos XVI y XVII y los años de sequía provocaron fuertes oscilaciones en la población del municipio, pero -a pesar de ello- seguía siendo el segundo núcleo de población más habitado de la isla después de Teguise (que era la capital). 

    Haría está escondido al abrigo de  las montañas que lo rodean, La Atalaya, Aganada, Malpaso, Faja, Los Castillos… desde cada rincón que lo mires, Haría ofrece una panorámica especial que inspira -entre otras cosas- a la reflexión, a la serenidad, a la poesía… , recordaré algunos versos. 

 A MI PUEBLO 

(Don Jesús López Socas)

 

¡Haría!...del verbo hacer,
sin H y con M serías
el nombre de una  mujer;
pero al llamarte María
todo el mundo pensaría
que el verbo vas a perder…. 

 

    Otra poesía que le tengo especial cariño, pues me recuerda a mi tía Isabel, la mujer de Amadeo, que, incluso en su vejez cuando los recuerdos recientes le fallaban ella la recitaba de  corrido.

 (Poesía publicada  el 1904)

 

“Haría pénsil florido,
con cimbradoras palmeras,
con deliciosas praderas,
vergel de amor  escondido.
A tu regazo he venido
a ensanchar mi corazón,
ávido de la emoción
que causa todo lo hermoso,
mi rebelde inspiración.
Bella sultana dormida

                                      en lindo valle de amores,
                                       luciendo  ricos  primores
                                       y exuberante  de vida.

 

 No olvidemos  el pasado ya que en él, se asientan nuestras raíces.

 

     Nuestra forma de vida y recursos actuales los debemos a aquellos que desde tiempos remotos han trabajado sin descanso por el mantenimiento y desarrollo de nuestro pueblo, tanto en los aspectos materiales como culturales. Por lo que estamos obligados a rendir homenaje a tantas y tantas generaciones que nos precedieron y la forma de hacerlo es aportando nuestro esfuerzo  para aumentar el patrimonio que nos dejaron. 

   Haría se ha caracterizado por dar al país personas, preparadas en el campo del conocimiento.

La mejor biblioteca de Lanzarote ha estado en nuestro pueblo en el siglo XIX, el señor Enrique Luzardo Bethencourt, jefe del partido liberal, reunió una de las más completas colecciones de obras que había conocido la isla, fue importante también la biblioteca de Don Rafael Cortés Spinola, que la donó a la Parroquia; ellos tuvieron la inquietud por trasmitir la cultura en nuestro pueblo.

También hemos destacado en el mundo del deporte, es de justicia sentir orgullo por todo ello.

 No podemos vivir solo de  glorias pasadas,  tenemos que encontrar las razones para seguir escribiendo nuestra historia, como mínimo, a la altura de los que nos antecedieron. 

   Siento Haría  con nostalgia de lo que fue, ahora veo un pueblo de ancianos, de casas abandonadas y  algunas en  ruinas, de juventud  que tiene que emigrar por no encontrar como realizarse en él, y cada vez somos menos los que habitamos este hermoso oasis que fue cuna de riqueza  y cultura en otra época. 

   Tenemos que mirar al futuro con optimismo teniendo en cuenta la potencial  riqueza que tiene Haría, en la belleza de su paisaje, la tierra fértil para la agricultura, el agua de su subsuelo, la costa,  las salinas, el turismo sostenible,  etc.     

 Como decía César Manrique - “tenemos la obligación de difundir el  enseñar a ver”. Hay que  buscar los medios para que los jóvenes y no tan jóvenes se impliquen en la construcción de un futuro mejor para Haría, trabajando al mismo tiempo para hacer de este pueblo un modelo de paz, convivencia y tolerancia. 

   Muchas personas  se ha ido alejando de la naturaleza y han perdido el contacto con el medio. En nuestra isla la educación ambiental es una necesidad prioritaria por lo que hoy, más que nunca, es fundamental concienciar a nuestra gente y de forma especial  desde la escuela de la importancia de no contaminar. 

   Agredir al medio natural es agredirnos a nosotros mismos. 

    Por respeto a la memoria de nuestros abuelos y continuando  el trabajo de César Manrique, es misión de cada uno trabajar por un desarrollo sostenible donde el cuidado de nuestro entorno sea una prioridad.

 

    Es responsabilidad de los poderes públicos gestionar adecuadamente los recursos económicos para la promoción social, económica, cultural y medio ambiental con la finalidad  que  Haría siga progresando en estos aspectos. 

     Mi deseo es que los jóvenes pronto  sean los protagonistas del pregón de estas fiestas; eso sería, entre otros, un síntoma de su compromiso con el pueblo y su futuro. 

    Antes de acabar  quería agradecer  a Miguel y Pablo -mi marido y mi hijo- por su apoyo incondicional y por darme el empujoncito que me faltaba para decidirme aceptar este reto. 

   Para terminar: “Hago saber, con la venia de las autoridades, que quedan invitadas todas las personas  sean  del municipio o foráneos, a disfrutar de la  fiesta de San Juan en paz y armonía. Arrojemos a las hogueras  todo lo negativo que nos oprime y que el fuego nos purifique y nos llene de nuevas ilusiones.  

¡VIVA SAN JUAN!  ¡VIVA HARÍA! ¡FELICES FIESTAS!

 

Muchas gracias. 

 

 

 

 


CARMEN BAILÓN MEDINA

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