PUEBLOS / Arrieta

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Fuente: El Norte Lanzarote 1994 nº 1


El descubrimiento de cerámicas aborígenes y de una necrópolis, desgraciadamente destruida por completo en la actualidad, confirma que en esta parte de la costa, al norte de Mala, hubo asentamientos de aborígenes. Este pueblo mari­nero debe su nombre al aventurero vasco don Juan de Arrieta Perdomo y Melián que en 1425 se casó con doña Luisa Margarita de Bethencourt, hija de Maciot y de la princesa Teguise. Antes de entrar en Arrieta se encuentra la playa de La Garita, galardonada con una bandera azul por la C.E.E., bordeada por un paseo marítimo en el que diariamente funciona un chiringuito con buen ambiente. En esta playa coinciden los surfistas de la zona y los bañistas amantes de limpias arenas y aguas cristalinas y los intrépidos pilotos de vuelo libre que volando llegan desde Mala para aterrizar sobre la arena.

A la entrada del pueblo, y en la rotonda del cruce con la carretera que lleva a Haría, está instalado el último juguete de viento creado por César Manrique. Se trata de una gigantesca y múltiple veleta roja que se balancea también con la fuerza del viento.

El pueblo hasta mediados de este siglo estuvo habitado, ocupado por familias de pescadores y desde entonces ha ido creciendo con la construcción de nuevas casas, donde pasan sus vacaciones muchos vecinos de Arrecife y de otros pueblos del interior de la isla. En todo el pueblo hay apartamentos para alquilar por días o sema­nas.

El pequeño puerto de Arrieta está lleno de encanto. Es el lugar preferido por los pescadores con caña que ante las miradas de los curiosos se abstraen en su paciente afición. Arrieta tiene fama por la calidad de sus restaurantes donde se pueden degustar todos los platos de la cocina canaria y especialmente pescados y mariscos frescos_ Comer o cenar en las terrazas de estos restaurantes que dan al mar, es un auténtico placer. Al final del pueblo, pasado el puertecito y separada de este por la pequeña playa de El Charcón, destaca una casa roja y azul con techumbre y chimeneas de madera que rompe totalmente con la igualdad arquitectónica de toda la isla. Esta extraña mansión, "casa Juanita", fue construida en 1919 por don Juan de León, natural de Haría, a su regreso de Argentina para que su hija Juanita, siguiendo el consejo de los médicos, pudiera vivir cerca del mar y así paliar las dolencias de su grave enfermedad pulmonar.