TRADICIONES  / Tradiciones

 

 

Fuente: Curandería y cancionero lanzaroteños

 

 

Se celebraban en la sala de casas particulares, hoy tú, mañana yo. Como generalmente no cabían muchas personas, sólo entraban y se acomodaban las mujeres, mientras los hombres, que esperaban fuera, lo iban haciendo por turnos; y se valían del pañuelo, o en su defecto de un calcetín, enredado en la mano, para no manchar los trajes de las mujeres. En este sentido también ellas solían contribuir, cediéndoles gentilmente sus pañuelitos. Si alguno de los varones del exterior quería piropear, desdeñar, o confesar su amor a cualquier chica, solicitaba el permiso del «gobernador» -se denominaban «Bailes de Gobernadores»-del baile para cantar. Penetraba en la sala y, en cuclillas, dirigía su «decir» al son de las guitarras, timples y bandurrias. La aludida replicaba, en unos «decires» cuyas reliquias aún perduran en los más ancianos de muchos rincones isleños.

 

 

 

 

 

 

 
 

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