TRADICIONES  / Tradiciones

 

 

Fuente: Curandería y cancionero lanzaroteños

 

 

En Haría, los marineros de un barco hacia el Nuevo Continente, anclado en Arrieta -otros rezan que frente a Mala-, por falta de víveres, quisieron cambiar a un rico hacendado un Cristo de cuatro clavos. Dicen que el ricachón era militar. Dicen que habitaba, con su familia, un gran palacete -otros apuntan que ocurrió en Tabayesco. Unos cuantos alegan, incluso, que no fueron marineros faltos de grano para continuar el viaje, sino unos pescadores de Arrieta que hallaron al Crucificado, flotando. Lo cierto fue que querían cambiarlo por trigo, tanto, que el militar no tenía. Incrédulos los vendedores, acudieron al granero, y lo encontraron rebosante de grano. Un trigo hasta entonces inexistente. Pero es que el Cristo, llamado desde entonces «de las Aguas», quería quedarse en Haría, mareado de tanto navegar.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 
 

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