CULTURA:  --  Rincón literario   -  Mercedes Toledo

 

 

 

...Parece que fue ayer cuando con mano temblorosa, el corazón en un puño y lágrimas incontenibles, escribí unas letras de despedida a nuestra inolvidable compañera María Dolores Caraballo que en paz descanse. Con la sencillez de mis palabras pero desde lo más profundo de mi corazón, hice referencia a su vida, su lucha y su entereza de espíritu ante un hecho tan trágico como es la muerte ocasionada por esta terrible enfermedad que azota nuestra sociedad y que cada día nos arrebata de nuestro lado a los seres queridos sin que nosotros podamos hacer nada para evitarlo.

No han pasado diez meses y volvemos a sufrir otra terrible pérdida; la tuya querida Evangelina, que nos dejaste sin darnos tiempo a hacernos a la idea de no verte de nuevo entre nosotros, pues en los altos y bajos propios de esta enfermedad, nos diste la esperanza de tu recuperación, pero en un abrir y cerrar de ojos, esta esperanza se esfumó y nos quedamos impotentes ante la triste realidad que te arrancó de nuestro lado dejándonos a cambio este vacío al que tendremos que acostumbrarnos. De pronto acuden a mi cabeza tantos recuerdos de nuestra labor cotidiana, de nuestras entabladas tertulias tomando el café mañanero, que me parece imposible que esto sea cierto.

Otro nombre cruza por mis pensamientos. El de la no menos querida Amada Morales que precisamente en estos días cumplió su primer aniversario. ¡Cómo pasa el tiempo! Se nos va la vida y de pronto nos encontramos con el ocaso, a veces sin haber visto cómo salía el sol en nuestro peregrinar.

Todos sabíamos que estabas enferma, pero la esperanza de que sanaras fue tanta que no vimos la triste realidad.

Tu mayor ilusión era incorporarte al trabajo para impartir tus clases y no viste hasta el final, cómo se debilitaba tu cuerpo y las fuerzas te abandonaban.

La ilusión, como bien sabemos, es el motor de la vida y del amor y tú la tuviste hasta que tus ojos se cerraron para siempre en el más dulce de los sueños que te transportaban a ese otro mundo celestial...

Muchas horas dedicaste a la enseñanza, las mejores de tu vida; muchos se beneficiaron de tus conocimientos y dedicación plena a la difícil tarea de enseñar; muchos te lloran ahora y te recordarán siempre.

Nosotros, tus compañeros de profesión y de colegio, que vivimos de cerca tu terrible enfermedad, y que veíamos cómo se apagaba tu vida pero no tus ansias de cura ni tu espíritu, te lloramos, te acompañamos hasta el triste final, mientras coronas multicolores ataviadas de cintas con un último mensaje de cariño, cubrían la caja que albergaba tu cuerpo tras la lucha y vencido por la muerte. Te acompañamos hasta tu última morada y allí te dijimos hasta siempre, pues el amor como bien lo sabes querida amiga es más fuerte que el olvido.

Me pregunto entre el dolor de tu pérdida y la esperanza de la Resurrección, si mientras llega ese momento para todos, no estarás ya programando ahí, en el cielo con estas dos compañeras que te habrán salida al encuentro para impartir los conocimientos y completar así esta labor que debido a una muerte temprana, quedó truncada aquí en la tierra.

Soñar es bonito y con este sueño para nosotros pero no imposible para el Creador, vemos como el cielo se surca por el fulgor del relámpago que brilló el día que naciste y que hoy te lleva ante Él. Que descanses en paz querida amiga.