CULTURA:  --  Rincón literario   -  Mercedes Toledo

 

 

 

Si vuelvo la vista atrás, si busco en los recuerdos, si camino hacia aquella época entrañable.... Ahí estabas tú desbordando simpatía. Esta que te ha caracterizado hasta hoy, pues los años no han borrado de tu rostro la sonrisa de los tiempos mozos, ni de tu forma de ser, el deseo de provocar en los demás alegrías sin que faltara alguna lágrima furtiva.

El ser adolescente y madre a la vez, no fue un obstáculo para lograr la meta que te habías propuesto, pues mientras acunabas a tu "lindo muñeco", tus ojos maternales se deslizaban fugaces como el viento sobre las páginas de algún libro de todos aquellos que te habías propuesto leer para extraer de ellos su contenido y ampliar así tus conocimientos.

¡Cuántos buenos momentos pasamos juntas!

¡Cuántas horas sin levantar la cabeza de todos aquellos papeles que se apilaban a nuestro alrededor! ¿Recuerdas?

La olla al fuego que silbaba felizmente y el aroma del café recién colado perfumando la estancia para poder continuar aquellas interminables jornadas que se prolongaban hasta bien entrada la noche, mientras revoloteando con alas de mariposas multicolores, la ilusión, las ansias de superarnos, y los sueños que un día se hicieron realidad gracias a la tenacidad y el esfuerzo cotidiano.

Cuando "estas faenas culturales" las realizábamos en tu casa, tu madre, partícipe de nuestra gran voluntad, se acercaba sigilosa sin querer romper el encanto de nuestro aprendizaje, para invitarnos con ricos manjares que ella, como buena cocinera, preparaba ilusionada para deleitarnos por unos momentos y continuar con la tarea que nos habíamos propuesto. Más de una vez, vi como en sus ojos bailoteaba una sonrisa. Esa amistad perdida en el tiempo por circunstancias de la vida, ahora se reanuda después de un largo paréntesis donde no perdimos el contacto, pero sí el gozar de estos encuentros entrañables.

Esta afición que compartimos desde épocas de estudiantes, pero que las responsabilidades familiares y profesionales dejaron ancladas, medio dormidas, esperando un toque de magia, han vuelto a renacer y esto nos obliga a sacar a la luz todo lo que hemos escrito para nuestra intimidad y que personas como las que hoy nos acompañan, de almas sensibles como las nuestras valoran y acogen. De pronto, nos sentimos jóvenes y con deseos de seguir cultivando esto que llamamos poesía y deleitar así, muchos encuentros como el de hoy.

¿No es verdad querida amiga que con retazos de sueños, nostalgia de lo que se va, ansias de lo que vendrá sazonando todo ello con la fantasía, se pueden escribir lindos poemas?

Pues... ¿A qué esperamos?