CULTURA:  --  Rincón literario   -  Mercedes Toledo

 

 

 

¡Marinero! Lo tuyo es horizonte y sal. Sol que te quema el alma, luna que te hace soñar. Entre las turquesas olas bordadas de espuma de plata, leyendas de mil amores alumbran tu despertar llenándote de nuevas fuerzas para poder continuar, ese trabajo durísimo de enfrentarte con la mar. Mas, cuando el día se arrastra hacia el ocaso, y el viento aumenta abofeteándote en la cara, un escalofrío recorre tu cuerpo y se abre ese silencio interior donde emergen los recuerdos de tu gente, depositando en esa nube que casi vuela en el inmenso cielo, un beso para los que te esperan en tu terruño amado, porque de pronto te da la sensación que la vida se esfuma como un lento espejismo, pero luego, todo vuelve a esa realidad solitaria e inmensa ”El Mar", que te convierte en peregrino de otros puertos donde la bruma parece detener el tiempo, ése que se hace interminable porque te aleja de tus seres queridos, aunque su fragancia salobre te embriague haciendo imposible tu existencia sin sentirla recorriendo tu desnudez.

Y es entonces cuando tu alma de lobo de mar se refugia en la estrella más lejana, sintiéndote de pronto en una contraposición de sentimientos, dejando a un lado la añoranza por tu tierra para colocarte en esa antesala de la gloria que algunos privilegiados como tú pueden alcanzar; Aquellos que anegan sus ojos de cielo y de mar.