CULTURA:  --  Rincón literario   -  Mercedes Toledo

 

 

 

Así nos sentimos muchas veces; naufragando en nuestro propio llanto engendrado por el dolor que nos produce "ese alguien" en el que confiábamos y, que sin saber porqué, se distanció de nuestro lado.

Vivimos en un campo minado de envidia entre alambradas de rabia donde algunos queremos cultivar la esperanza de cambiar lo que está mal ante los ojos de tantos otros seres que desean la paz pero de pronto, todo vuelve a quebrarse, saltando por los aires nuestra cosecha de buenos propósitos, naufragando en un terremoto de nostalgia y llantos.

Sobrevivimos atónitos a lo que está sucediendo, porque nadie muere de pena aunque vaya dejando en el camino trocitos de corazón.

Mientras este sentimiento invade los corazones de muchísima gente, otros, satisfechos y felices con el dolor ajeno, maquinan en sus retorcidas mentes, otro espantoso acto porque este tipo de seres se alimentan, se sacian con el dolor ajeno, y se mofan del sufrimiento de todas esas familias rotas, de todos esos niños sin hogar, de todos esos padres a los que le arrebataron de sus brazos su más preciado tesoro, los más que querían...

Pienso que al carecer de escrúpulos y del mínimo ápice de sentimientos, no pueden incluirse entre los habitantes racionales del planeta porque sus actos terroristas los convierte, en seres despreciables, en bestias salvajes.

Los animales matan sólo para sobrevivir; el hombre, ése que creó Dios para cuidar y disfrutar de su gran obra, pisotea, maltrata y mata sólo y únicamente por placer y se vanagloria de sus hazañas porque su fanatismo y sus ansias de sangre les invade hasta las mismísimas entrañas, convirtiéndolos en bestias abominables.