CULTURA:  --  Rincón literario   -  Mercedes Toledo

 

 

 

...Hacía calor. Era una de esas noches de verano que no puedes dormir y molesta de estar en la cama, se te ocurre salir a la terraza a tomar una bocanada de aire fresco para ver si así puedes conciliar el sueño. De pronto elevas la mirada al cielo y descubres la belleza de la hermosa luna que parece observarte y la imaginación comienza su andadura....

En el hondo silencio de la noche, una "hermosa reina" pasea expectante sobre un lecho de silenciosas estrellas, derramando su suave luz entre suspiros acariciadores de la brisa que fabrica en mis sueños, hilos de plata para tejer el mañana...ése que no sé si llegará. Coqueta, cual mujer enamorada, se maquilla con destellos dorados y se mira majestuosa su hermosa y radiante cara, en un inmenso espejo de plata que se borda de blanca espuma, mientras pasea plácidamente observando todo lo que acaece bajo su hechicero resplandor.

A veces, en sus largos paseos, acompaña al caminante perdido iluminándole el camino que ha de guiar sus pasos hacia el lugar de su búsqueda; otras, al madrugador campesino que a lomos de su manso burro, parte hacia el encuentro con su madre tierra que le proporcionará el sustento de los suyos. También es fiel compañera y confidente del marino, que en alta mar sueña con abrazar a su gente bajo los destellos de su mágica luz y... ¡Qué maravilloso! poder hablar de amor, de promesas, suspirando al unísono bajo su cautivadora luz que da al momento ese toque de magia que perpetuaremos en lo más profundo de nuestro ser.

Mientras, la voz silenciosa^ casi tímida del mar, lame dulcemente el calor que el sol del día depositó en la dorada arena....esa preciosa arena que de pequeña me cautivó. El olor a mar sacia mis pulmones y me renueva mientras el suave ir y venir de las olas, acarician el basalto en este remanso de paz y sosiego.

El fresco de la noche rompe el hechizo de la contemplación y, esta reflexión que por unos preciosos momentos invade mis pensamientos, hicieron experimentar en mí, una relajación y una paz inexplicables.

Volví a la cama serena, tranquila, sintiendo algo nuevo dentro de mi mente soñadora y... plácidamente cerré mis ojos cansados hasta el amanecer.