CULTURA:  --  Rincón literario   -  Mercedes Toledo

 

 

 

Montañas de sencillos perfiles se definen sobre un cielo azul. Sus cimas se esconden tras las nubes de algodón que bajan caprichosas por sus faldas. El aroma a tierra húmeda perfuma el ambiente campestre. Cráteres apagados con sus grandes bocas orientadas hacia el lado opuesto del que soplara el viento en el momento en que escupieran su lava, inundan nuestro exótico, entrañable y hermoso paisaje.

Reflejos de arco iris tras la deseada lluvia que ha bañado nuestra secana pero fértil tierra. Alegría en el corazón del campesino. Aire de fiesta embarga el hogar. Chaparrón crepuscular. Por fin, el sol y la tierra, se juntan en un abrazo. Siembra de esperanza para los días venideros.

Lluvia de sueños en el alma del campo que agradece en su negro semblante, la esperanza de la cosecha deseada.

Inquebrantables surcos del arado adornan la preciada tierra y todos los aperos de labranza, en las rudas pero hábiles manos del campesino conejero, bailan una acompasada melodía de esfuerzo, tesón e ilusión.

En la brisa característica de nuestra tierra, el timple susurra acariciador. No quiere faltar a la cita: La lucha del hombre del campo por subsistir y conservar las tradiciones generación tras generación.