CULTURA:  --  Rincón literario   -  Mercedes Toledo

 

 

 

Siempre he considerado que mi lucha constante y mi gran voluntad por poner todo mi empeño en lo que me he propuesto hacer, han sido y serán las "dos virtudes" que me definen como ser humano. Ellas me han guiado en este largo aprendizaje fortaleciendo mi espíritu y mi carácter, además de cultivar mi mente.

Mi madre, siempre que habla de mí, lo dice y yo, guiada por mi instinto de hija lo acepto orgullosa pues... ¿Quién me conoce mejor que ella?

Otra cosa también he descubierto con los años y es que en toda esta tarea que es la vida, donde los problemas, los sentimientos, las dificultades, los desengaños son casi cotidianos sintiéndonos impotentes para aceptarlos o resolverlos, yo he echado mano de ese "bastón “fuerte e indispensable como una pértiga para apoyarme cuando las fuerzas me han fallado y montar con ella, la esperanza, una respuesta futura que en el presente no tiene explicación y también para probarme a mí misma, la profundidad y la firmeza de mis principios y sentimientos que he cultivado con orgullo a lo largo de mi vida , y no caer así en un hueco profundo donde las grietas del desamor me han obligado a trazar otros caminos o desvíos que me han abierto otras puertas cuando otras se me cerraron. Así he evitado precipitarme en ese vacío, oscilando como un péndulo para alcanzar la otra orilla: la de la esperanza a la que nos agarramos con firmeza los seres humanos pues es lo único que nos mantiene vivos ante las catástrofes, el horror, el dolor y las cosas a las que no encontramos la respuesta ni el motivo para que éstas existiesen.

Ha sido también el coraje de continuar hacia delante el que me ha hecho ver que la vida, a pesar de todo es bonita, porque en verdad es un camino de rosas donde no faltan las espinas que te hacen dudar o desfallecer, pero nunca caer.

A veces pienso, que nuestro destino está escrito en algún lugar desde el momento de nuestro nacimiento y que a pesar de los pesares, continuaremos aquí haciendo lo que podamos para sobrellevarla con las carencias que nos acompañan cada día en esta loca andadura, pues aún nos queda que recorrer lo más arduo del camino. También me da por creer que sólo partiremos a ese otro lugar prometido, cuando nuestro espíritu esté preparado para volar, razón por la que ante la muerte irremediable de nuestros seres queridos , semejantes o las grandes catástrofes que sufre nuestro planeta, continuamos aquí a pesar del dolor y el llanto que anega nuestros corazones.

Esto es lo que me dicta mi mente y me da una razón de ser y lo que el eco de la esperanza repite como un cántico multiplicándose hasta lo infinito dentro de todo mi ser.