Historia / Referencias históricas

 

Fuente: La Hoja del Municipio de Haría nº 413
 

La sociedad va evolucionando de una forma constante y no se para, y valoremos que cuando se produce un cambio, éste va a venir normalmente a perjudicar al vecino de a pié, al contribuyente, al habitante del lugar rural, y encima a ponerle más pegas, someterle a más férreas normas, y al fin arrinconarle, hasta que llega el momento de que no puede moverse y para todo tiene que ir a pedir permisos a los Centros oficiales, y al fin digamos que en algunas cosas en vez de ir para adelante, vamos para atrás, con tanto recorte y tanta pega, pero hay que aceptarlo porque las leyes hay que cumplirlas.

Pero esta vez nos vamos a referir a la evolución habida en materia de pesca y de caza en nuestro entorno canario.

Si nos referimos a la caza, digamos que la pardela se cazaba antes en la isla de Lanzarote y en sus islotes del Norte, con bastante facilidad, aunque algo se vigilaba por los Agentes de la Autoridad, pero quedaba una cierta facilidad para moverse.

Se cazaba mucha pardela en los riscos del Norte de Lanzarote, en muchas zonas del Malpais, pero digamos que el grueso de la caza de pardelas estaba centrado en los islotes del Norte de Lanzarote y concretando digamos que el islote de Montaña Clara llegó a producir muchísimas pardelas, pero lo más grande en esta caza ha sido el islote de Alegranza, donde se llegaron a cazar en algunos años, hasta unas 12.000 pardelas.

Naturalmente que estas pardelas había que salarlas para poderlas mantener o aguarecer, ya que entonces no había hielo, y luego se veía vender por las Calles de nuestro Municipio de Haría y resto de la isla de Lanzarote, y ello se hacía con camellos o burros y la gente iba comprando, pero algunas de estas pardelas iban a venderse a Arrecife e incluso a Las Palmas.

Los últimos pardeleros casi profesionales, de este Municipio de Haría e islotes, fueron Don Manuel Ramírez Dorta, Don Tomás Ramírez Dorta, y Don Pancho Dorta Caraballo, todos de Órzola, ya fallecidos el primero y tercero.

La caza de conejos ha sido más generalizada y es mucha la gente que ha participado y participa en estas cacerías. Aunque llevaba consigo el correspondiente permiso, muchos lo gestionaban y lo obtenían. La caza de la perdiz ha sido de menos rango, pero también ha tenido su espacio.

En cuanto a la pesca digamos que pasa lo mismo, que antes la gente se iba a pescar o mariscar a donde quisiera y obtenían de nuestras ricas aguas, importantes cantidades de comida para sustentar la familia y hasta para la venta en algunos casos. Antes se utilizaba mucho la denominada "jarea", y aunque las dos formas eran sometidas al "jareado", digamos que las conocidas por jareas eran los pescados negros o azules, como la salema, y ya como pescado especial, aunque en realidad se vendía casi al mismo precio, teníamos la "vieja", que también era jareada, pero que tenía una mucho mejor calidad y aprecio, con poca diferencia de precio.

También teníamos los pejines, los gueldes, y las sardinas, además de los mariscos diversos. Antes, naturalmente que todas las carnes y todos los pescados, tenían que ser sometidos al salado, pues era imposible mantener estos alimentos de otro modo, ya que no habían medios de mantenerlos mediante el frío, como el hielo, ya que no lo había.