Historia / Referencias históricas


 

Fuente: La Hoja del Municipio de Haría nº 381

Resulta que antes, hasta los años de 1.960, realmente no habían Bancos de Crédito en la isla de Lanzarote, empezando a aflorar primero el Banco Hispano Americano, y muchos recordarán aún a su Director Don Leopoldo Díaz con sus finas atenciones, como también a una buena gama de funcionarios que nos atendían amablemente.
 
 En Haría hacía de sucursal de Banco, el comerciante Don Antonio López Socas, y fueron muchos sus servicios de intermediación ante el ciudadano interesado.
 
 No digamos nada de la inmensidad de Bancos y Cajas de Ahorros, u otras Entidades de Crédito, que existen en Lanzarote actualmente, porque eso ya, como en todo el entorno canario, rebasa los límites que se habían previsto muchos años atrás.
 
 Pero lo que interesa en este artículo no es eso concretamente, sino hacerse una idea, o simplemente dar un repaso, a cómo funcionaban antiguamente los trámites de préstamos, cuando no se contaba con estas entidades bancarias que luego aparecieron.
 
 Antiguamente circulaba muy poco el dinero, y este preciado bien a nivel mercantil, se hallaba controlado por unos pocos más pudientes en cada pueblo o comarca, algunos de los cuales empleaban su dinero disponible en ir comprando más y más propiedades para aumentar su patrimonio particular. A esta gente se solía denominar de caciques, porque dominaban al sector menos pudiente o que no disponía de dinero para cubrir sus necesidades o culminar sus proyectos.
 
 Cuando una persona ansiaba comprarse algún “cachito de tierra”, y no tenía dinero para adquirirlo, lo primero que intentaba era darse un “viaje a las Américas”, donde se solía hacer algún dinero y regresaban al hogar y compraban lo proyectado, aunque algunos se quedaban en aquéllas tierras lejanas, formando otra familia paralela.
 
 También, muchas personas que no podían pagar sus obligaciones dinerarias o sus pagarés al fin, se iban a las Américas y algunos hasta tres o cuatro veces, y cumplir.
 
 Del municipio de Haría, que es lo que más conozco, pero que al tiempo es valedero para toda la isla por su similitud, vaya que en el pueblo de Haría, habían varios prestamistas fijos, que al tiempo hasta eran familiares, y se llegó a una dinastía de prestamistas, y así estaban al menos Don Lorenzo Perdomo Figueroa, luego su viuda Doña María Dolores Socas Clavijo, y le sucedieron sus hijos Doña Mercedes y Don Pedro Perdomo Socas. También Don Antonio López Fontes y Don Juan Betancor López, daban facilidades de dinero, pero más bien a cuenta de las mercancías que se facilitaban a través de su comercio en Haría, mas bien en forma de hipoteca.
 
 En Máguez estaban Don Andrés Bonilla Luz, Don Juan Perdomo Figueroa, y Don José-Manuel Feo Barreto, como los más importantes, aparte de algún otro de menor rango en este movimiento prestamista-prestatario.
 
 Eran muchas las personas que, habiendo intentado conseguir un crédito, de un prestamista local, no lo conseguían, porque los prestamistas prestaban pero con picardía de conseguir un buen interés, por encima del 8 por ciento, que era límite legal, y además asegurarse de que se iba a cobrar lo prestado, y para eso se llegaban a formalizar muchas hipotecas, bien privadas, o algunas públicas, pero algunos, desgraciadamente no pudieron levantar sus hipotecas, pasando las propiedades hipotecadas, al prestamista.

 

 

 


GREGORIO BARRETO VIÑOLY