PUEBLOS:   Mala

 

 

 

Caminando

 

Si cerraras los ojos un momento y te pa­searas por la geografía insular y volvieras de nuevo a abrirlos en un pueblo norteño que, aunque diminuto, encierra muchas cosas...:

—Sus casas blancas, salpicadas acá y allá, rodeadas de un pequeño jardín...

—Sus moradores, unos hombres con ros­tro duro, curtido por el calor del sol, pero siem­pre con una sonrisa a flor de labios, hombres que, de jóvenes cogían la mina y la cuchara, no obstante asidos a la cultura, en sus casas no faltaba una buena revista, un buen libro, incluso la Biblia, cosa poco frecuente hasta ahora, y tan asidos a esa cultura que la supieron plasmar tan bien en sus hijos que pudie­ron ofrecer a la Sociedad grandes hombres y mujeres en variadas carreras (maestros, mé­dicos, licenciados, abogados, etc.).

En este año, Cultura y Esfuerzo Común se unen en estos mismos hombres, acumulan­do a su historial popular el logro recién alcanzado de la electrificación de su Pueblo, alcanzado gracias a su interés común. Su unión les ha resuelto el problema. Y ahí están: postes y cables son el testimonio: esconden el esfuerzo, interés, unión y decisión de un pueblo; des­aparece la oscuridad y viene la Luz que ilumina el camino, porque a decir verdad no es to­do sus calles alumbradas, antenas de TV., lavadoras, neveras... no, no es eso todo. Esta Luz ilumina el paso de un pueblo que anda con prisas, el futuro le entusiasma cada vez más, tiene en su mente e ilusión muchos proyectos, que los alcanza, que los tiene que al­canzar; una plaza, un polideportivo, un hogar juvenil, una biblioteca, una sociedad más am­plia, un parque infantil... sí, sí todo eso. El Pueblo es un caminante que sigue su camino. Y éste es el suyo. El acontecimiento que celebramos ahora es sólo un vaso de agua que apaga la sed, el caminante seguirá su camino, no sabemos hasta dónde llegará y cuándo, él no parará...

Mala, 20 de junio de 1974.

Sebastiana Perera