CULTURA:  --  Rincón literario   -  Mercedes Toledo

 

 

 

Tus ojos se cerraron y los dos trocitos de cielo que iluminaban tu cara, dejaron de emitir su eterna sonrisa. Tu amor por Lanzarote te cautivó y en esta isla que fue tu segunda patria, viviste años de felicidad en este "pequeño paraíso" como tú solías decir con tu expresiva cara rebosante de alegría.

Tu gran corazón, tu amor por los tuyos y por los que te conocíamos, te abrieron las puertas de ese lugar al que vamos después de nuestro paso por la vida... Ya no estás entre nosotros por desgracia para todos, pero tu recuerdo permanecerá siempre en nuestros corazones que hoy lloran tu ausencia. Aquí, en esta tierra que te enamoró y en la que decidiste vivir los últimos veinte y tantos años de tu vida, sembraste cariño, dulzura, simpatía...que es lo que permanece inquebrantable, pues nuestro envoltorio físico torna al polvo.

Así te recordaré siempre: con el pelo de plata, tu eterna sonrisa y los dos rayos de luz que iluminaban tu dulce semblante.

A veces, cuando el silencio y la quietud de la noche me embargan, de pronto mis oídos se llenan de esas melodías que solías tocar al atardecer en tu terraza con tu viejo acordeón y que la brisa arrastra hasta mí, sintiéndote tan cerca, tan viva, tan dulce haciéndome creer por unos hermosos instantes que todo ha sido un mal sueño y que no te has ido, pero al incorporarme veo que no estás , que todo fue una dulce ilusión que al abrir los ojos desaparece como un espejismo. Sólo me consuela el saber que tu espíritu habita entre los que te conocíamos porque los seres queridos no se van del todo; permanecen en nuestros corazones porque ni el tiempo puede arrebatarnos lo que tú sembraste con tu buen hacer en esta pequeña isla donde reposas hasta ese momento prometido por el Supremo.