CULTURA:  --  Rincón literario   -  Mercedes Toledo

 

 

Red de verdades inciertas en las que nos mecemos extraviados en el cansancio, en el tedio descorazonado de un día más, en la desilusión del abandono, en la tormenta de los sentimientos bajo el rumor del "viento" que nos acecha.

Se quebraron los sueños que nos dieron vida, las palabras que nos fraguaron, los senderos de nuestra infancia, los arquitectos de nuestras fantasías, los cuentos que nos rodearon de magia...

Ahora, dispersos, cargando con infinidad de responsabilidades y con el corazón roto demasiadas veces por los desengaños, no encontramos sentido a nuestra vida, no sabemos resolver el enigma, la salida de nuestro propio laberinto. Ya no suena la flauta como en el cuento de nuestra infancia entonando esa melodía que pueda salvarnos de este ladrón de risas, de esta desazón, de esta loca andadura que es nuestra propia vida.

Un día, abrimos la puerta, queriendo escapar de la niñez, y "el lobo de la vida" estaba allí acechándonos, devorando de un solo mordisco lo más hermoso, lo más puro: nuestra inocencia, para darnos a cambio lo que tanto ansiábamos, nuestra propia independencia. Y ahora, agotados por encontrar alivio a nuestros pesares, nos gustaría volver a los brazos de nuestra madre, a esos que nos protegieron, nos acunaron, nos guiaron y también nos liberaron de lo que hoy nos atormenta. Saber guiar "nuestro propio barco" que a veces navega contra corrientes, otras hace aguas en medio del vendaval de los sentimientos que nos golpean a babor y a estribor, sin que sepamos cómo salir del remolino que nos traga irremediablemente o que nos deja casi al borde de un abismo, donde se confunden los sentimientos y anula nuestra paciencia dejándonos en medio de esos vacíos de afecto que tanto nos duelen y que ellos, "nuestros pasajeros", podrían remediar con una simple sonrisa, con una conversación sincera, con una dulce caricia o, con un simple... ¡Te quiero!