CULTURA:  --  Rincón literario

 

 

 

LOS JAMEOS DEL AGUA Y SU COSTA  WINDSURFISTA.

 

 

            El litoral de la zona de Los Jameos del Agua, desde que fuera descubierto por los surfistas, ha sido considerado como una de las mejores zonas de Canarias para la práctica del windsurfing en su modalidad más extrema y radical. Y digo ha sido, porque lo que era hasta hasta hace unos meses lugar de atracción internacional, regional y local, para la práctica de este espectacular deporte, ha sido vetado por los de siempre, por aquellos que han venido a enseñarnos como se debe conservar nuestra tierra isleña. Gran parte de nuestros jóvenes y ya no tan jóvenes, accedían con sus vehículos a esas  orillas del Nordeste de Lanzarote, con la sana y única intención de practicar su deporte favorito, no creo que molestaran a nadie, al contrario, desde la zona alta eran muchos los visitantes y turistas, los que contemplaban complacidos y atónitos el colorido espectáculo de sus saltos y piruetas sobre las olas. Además de no causar daño ecológico alguno, me consta que los grupos locales velaban por la limpieza de los lugares en los que establecían sus pequeños campamentos deportivos y de ocio.  Pero héteme aquí, que de buenas a primeras, una brillante cabeza pensante, al no tener en otra cosa en que entretenerse y haber prohibido ya todo lo prohibible, decide que el acceso a la zona por lo visto declarada de interés científico por otra o la misma  eminencia, fuese vetada a los vehículos de motor, con la amenaza y cumplimiento de sanciones que superan los 1500 euros.

De un plumazo, los mencionados deportistas de la tabla y la vela, se ven en la necesidad de acatar las injustas y peregrinas normas y si quieren seguir navegando, deben cargar como puedan con todo el material (tablas, velas, botavaras, mástiles, etc. etc.) y bajar desde los aparcamientos de Lo Jameos a través de un impracticable camino del que nunca y que - dicho sea de paso,-  el Cabildo Insular, que se supone era quien debía velar por el cuidado de los entornos de aquella singular atracción turística que son  Los Jameos del agua, nunca hizo el menor arreglo por adecentarlo y facilitar así el acceso a los dichos deportistas. Algunos de estos sufridos windsurfistas, aguzando el ingenio, se han fabricado unas especies de carritos hechos con ruedas de bicicleta y cuatro perfiles de acero para hacer más llevadera su carga material, y así, aminorar el cabreo, calmarlo y enfriarlo entre las olas y el viento ante semejante atropello y desvergüenza.

¿Qué daño pueden hacer al entorno una docena de vehículos  que accedan al lugar los fines de semana? ¿Acaso temen los prohibicionistas que se desplomen con su peso, los invisibles túneles volcánicos sumergidos? Al autor o autores de tan brillante idea, les diría que seguramente se han sentido obligados a semejante despropósito, para poder permanecer en las poltronas en las que deben estar bien arrejerados. Indiscutiblemente tienen que justificarse, dictando dictar estas barrabasadas para mantener sus estatus y supongo sus sueldazos u honorarios que cobran o han cobrado por estos atropellos contra una parte de la juventud y población de esta sufrida isla.

En el litoral de la isleta, en la zona denominada antes como El Rio, en el T. M. de Tinajo, donde en su orilla occidental se forma una derechita sabia, - según me cuentan en este caso los surferos, - había también un acceso de vehículos en las proximidades de la ribera de dicha isleta. Adquiere COSTAS la maravilla natural que es aquella zona e inmediatamente establece la consabida prohibición de acceder con vehículos a esa orilla precisamente, no a las demás. Para ello han rodeado la zona con preciosos cilindros de madera que impiden el paso de vehículos; para unas cosas tan ecológicos y para otras arboricidas recalcitrantes, pues son muchos los metros cúbicos de madera los allí empleados para más recochineo. Los dueños de los vehículos que practican esta modalidad, se ven obligados a dejarlos fuera del alcance de sus ojos, pero si a la vista rapiñera de los delincuentes revienta coches que impunemente estallan sus lunas para robar todo lo que encuentran en su interior. En la playa de San Juan, en el Municipio de Teguise, ocurre exactamente lo mismo. Creo que la compra millonaria por parte de Costas de la mencionada isleta, incluía entre otras sabias razones la salvaguarda del paso de aves migratorias que dicen que supone aquel desértico islote. Se ve que cuatro pajarracos que despistados pasan por allí, tienen más derecho que las personas. ¿Quién no ha visto los miles de flamencos y grullas retozando por el lodoso y mancillado lago adyacente? Surrealismo puro y duro.

En este aciago año, se ha consumado la prohibición de acampar en cualquier lugar de la isla. Desde ahora en adelante, las lapas, burgaos, y demás moluscos gasterópodos, sin olvidar alguna que otra polla de burro como ya dije en otra ocasión, tendrán la placida vida de sus soledades salvaguardadas por estos adalides de la prohibición.

En cuanto a nuestros políticos locales, ¿que podíamos decir de ellos? Creo que no merecen ser mencionados sino para decirles  que ellos; que estarían en el deber de preservar los intereses, derechos y obligaciones de las habitantes de la isla, - en este caso el de los deportistas y pacíficos campistas a los que me he referido,- les diría  - con la que está cayendo, -  que solo parece interesarles como pasar los cuatro o cinco añitos que les faltan para asegurarse una suculenta pensión vitalicia por los servicios prestados, y que se dejen de coñas marineras pues bastante trabajo han tenido arruinando todo lo que han tocado, y que en la isla, daba dinero a espuertas. (Léase INALSA, CACTS etc. etc.,)

 

 

Agustín Cabrera Perdomo, DNI 22890479M.

Windsurfista retirado y cronista cabreado.

 

 

Tinajo 23 de junio de 2013