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Por Javier Cárdenas y
Chávarri y otros
fuente: Arquitectura popular
de Lanzarote
El agua fermenta en el interior
del aljibe donde se acumula.
Esta fermentación
da
origen a la cría de un parásito
llamado "saltón". Este insecto
resulta ser el mejor depurador
biológico del agua; cuando
desaparece el agua es potable."
Otro sistema de conservación
del agua es echar piedras de cal
viva, incluso agua salada, para
impedir su corrupción y
mantenerla pura y limpia. En
cualquier caso, antes de
consumir el agua se hacía pasar
por la destiladera, elemento
común en todas las islas
Canarias. Sobre un cuenco de
piedra porosa, la piedra de
destilar, se vierte el agua; la
filtración de la misma a través
de este cuenco la purifica y la
hace apta para el consumo. El
agua cae dentro de una vasija de
barro, denominada "bernegal",
que la mantiene fresca. Estos
dos elementos, cuenco y vasija,
están dentro de un mueble de
madera con puertas de celosía
con el fin de preservar el
interior de los rayos del sol y
permitir el paso del aire. Con
esta pequeña corriente de aire
se consigue refrescar el agua
que se guarda en el bernegal
gracias a la evaporación
superficial de la que se filtra
a través de los poros de la
vasija de barro. El conjunto de
mueble, piedra y bernegal es lo
que recibe el nombre de "destiladera".
Frecuentemente crece
en la piedra de destilar un
culantrillo, también llamado "helecho
de pozo" o "de Montpellier", que
preserva la humedad y evita la
evaporación del agua. Eduardo
Hernández-Pacheco observó
durante su visita a Lanzarote a
principios del siglo XX que «jamás
falta en la pared del patio, un
hueco que se abre en éste,
cerrado por fuera y por dentro
por celosías de madera pintadas
de verde, donde se coloca la
destiladera o piedra de filtrar,
tallada en forma de mortero, de
toba porosa y de grano fino. En
la concavidad de la destiladera,
se vierte el agua del aljibe,
que cae gota a gota filtrada y
fresca sobre panzuda vasija de
barro de forma artística. Sobre
la piedra húmeda arraiga un
helecho, el culantrillo (Adiantum
capillus-veneris),
envolviéndola con sus lustrosos
y negros tallitos y sus verdes
hojas cuneiformes. Este nicho
con la destiladera y su
tranquilo y monótono gotear,
nunca falta en Canarias, aún en
las casas más pobres»."
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