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CANARIAS TURISTICAS
Nº 37 FECHA 6-11-1910
CANARÍAS ORIENTALES.- ISLA DE
LANZAROTE.
Sin duda es Lanzarote una de las
islas de mas extraño carácter de
este archipiélago. Es la más
importante después de Gran
Canarías.
En esta pintoresca isla el
paisaje es pródigo de verdor,
con árboles y saltos de agua y
una luz entonándolo que se
cierne en múltiples colores de
una sedante sugestión. En
Lanzarote el paisaje es vario,
cambiante á cada paso, huraño y
salvaje á trozos, lindamente
poético á ratos. Presenta un
carácter propiamente afrícano.
Grandes arenales que se corren á
lo largo de la isla, de costa á
costa, por donde pasan las
caravanas de camellos y se
retuestan al sol los rebaños de
cabras, ayudan á robustecer esta
impresión.
La naturaleza volcánica de la
isla da a ciertos parajes una
belleza hosca. Acentuando el
carácter árabe, las notas de
verdor las producen grupos de
palmeras sombreando los caseríos
blancos, con azoteas, bien
enjalbegadas; en las huertas las
higueras crecen y á las cercas
asoman las chumberas.
Arrecife es la capital de
Lanzarote y se la ha llamado por
algunos escritores, la Venecia
del Atlántico. En punto a
lienzos de mar pocas ciudades
marítimas los presentarán más
hermosos que Arrecife.
Fácilmente pudo hacerse de ella
una población como la reina del
Adriático. En las mareas fuertes
el mar inunda las calles de
Arrecife. Muchas casas, por la
parte trasera, abren sus puertas
sobre las aguas. Además, en los
islotes que se alzan frente a la
ribera, unidos por puentes,
donde se han construido el viejo
castillo de San Gabriel y varios
almacenes, pudo levantarse una
población al modo de Venecia.
Los pueblos de la isla cada uno
tiene su característica. Teguise,
antigua capital, presenta un
aspecto medieval, con su
castillo al fondo, sus viejos
caseríos y sus muchas iglesias y
conventos, asentada en un llano
medio estéril. Haría,
contemplada ha vista de pájaro
desde la altura del Malpaso,
produce una sensación extraña.
Es árabe el carácter de su
caserío y el sello del paisaje
en sus aledaños.
Al pié de las famosas Montañas
del Fuego, volcanes en activo
que mantienen en pié su trágica
amenaza de invadir otra vez con
lava hirviente la isla, y cerca
del hermoso lago salado de
Janubio, sitio extraño y muy
pintoresco, se asienta Yaiza, un
caserío, con las fachadas
enjalbegadas de varios colores,
entre la nota negra de la lava
petrificada y el tono verde de
las huertas de higueras y palmas.
Lanzarote carece de aguas
corrientes. Las lluvias se
recogen en algibes. Hay en
Teguise, punto céntrico de la
isla, el gran depósito que se
llama La Mareta, antigua
construcción cedida por los
marqueses de Santa Coloma.
Con lo dicho se supondrá que los
años de sequía son horribles. Se
padece hambre y lo que es peor
sed. Mueren los rebaños y los
camellos, bestias de labor para
todos los usos, en Lanzarote. No
escapa la gente al azote trágico
de los "años de hambre"; el
espectáculo de tanta miseria
espanta.
En torno a las costas de Levante
están las siete islas desiertas.
Las más importantes son
Alegranza, donde existe un faro
y varios cortijos, y la Graciosa,
hoy consagrada al pastoreo,
rancherias de pescadores, en
quiebra la Sociedad de
Pesquerias que fundaran allí,
años há, el marqués de Viluma y
el doctor Rubio.
El canal que separa a Lanzarote
de la graciosa se llama El Río.
Es el mejor puerto natural que
se conoce en Canarías. Indicado
para un puerto militar, y
abonando sus bondades todos los
informes técnicos, es lo cierto
que nada se ha hecho. Probable
es que, de realizarse el
proyecto, no será. El Río el
agraciado, mal que pese a sus
condiciones y a todas las
conveniencias estratégicas.
Lanzarote fue la primer isla
conquistada, incorporándose a la
Corona de Castilla. Aún existe
la Cueva de los Verdes,
residencia de los antiguos
aborígenes, y las ruinas de la
catedral del Rubicon, donde
estuvo establecido el primer
obispado de Canarias.
También Lanzarote es la isla más
próxima a España. Y con todas
estas circuntancias geográficas
é históricas se la ha tenido
siempre en olvido.
Luis Morote tiene varios
capítulos admirables sobre
Lanzarote, en su libro "La
tierra de los Guanartemes". En
unos de ellos, hablando de los
cultivos dice:
"Estamos frente a un campo
extraordinario. Al parecer este
es un árido desierto negro, en
el que no existe cultivo alguno
por mano del hombre, ni
vegetación espontánea por obra
de la naturaleza. ¿Qué se va a
criar en un terreno de lava?.
Corrió como inundación
desvastadora una ola de fuego y
el fuego se solidificó y formó
la tierra. Eso debió pasar
siglos y siglos hace. Y después
llovió arena sobre las capas de
brasas. Y durante muchos años y
muchos siglos, hubo ese doble
diluvio de lava y arena que,
andando el tiempo, convertiría
este suelo en un suelo único por
lo providente y feraz.
¿Pero cómo es eso? ¿Qué milagros
hace la arena? Yo creo que ante
el fenómeno quedarian derrotadas
todas las doctrinas agronómicas,
verdaderas en el orbe entero,
menos en este rincón del orbe.
La arena llovida durante años y
siglos, sobre la tierra, ha
creado un "humus" especial,
único, inapreciable. Esa arena
recubre las capas volcánicas del
terreno enterrando las simientes
ó las semillas y luego las
frutas y los frutos. Por eso no
hay sombra ni señal de
vegetación, hay un desierto
negro que tiene leguas, muchas
leguas. Debajo de la arena hay
tesoros, un vasto caudal; hay
cereales, viñas, tomates,
garbanzos, cebollas, ¿qué sé yo
cuántas cosas más?. A trechos
pugnan los frutos por atravesar
su envoltura, su negro sudario
que los sepulta a medio metro, a
uno, a dos metros debajo de la
superficie. Cuando en esa pugna
vencen los brotes de la vid,
salen triunfantes a la luz del
sol y enseñan sus racimos como
si allí hubieran caído del cielo.
Diríase aquí en esta tierra de
Lanzarote la Naturaleza se ha
querido vengar de la falta de
agua. Puesto que no hay riego ni
lluvia, seguirá germinando la
tierra, y sus capas de arena
transpirarán cual si estuvierán
embebidas del liquido elemento,
los poros de esa capa arénica,
trabajaban como vasos por donde
circula la fecundación del agua.
Todo es uno y lo mismo, todo es
materia en su suprema unidad.
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