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FUENTE:
Geografía de Canarias
Editorial Interinsular Canaria
Este municipio, situado en la
zona Norte de Lanzarote, ocupa
una superficie de 107,4 km2. Sus
límites coinciden con la zona
costera, excepto por el Sur, que
lo hace con el término de
Teguise siguiendo una línea que
cruza la isla de Oeste a Este,
cuyo comienzo se encuentra en la
playa de Famara, y que asciende
hasta El Castillejo, de 621 m,
de altura y próximo a las Peñas
del Chache, para descender por
el lomo de Los Linderos y
finalizar en la costa Este,
cerca del Charco del Palo.
El
término abarca parte del macizo
de Famara y todo el macizo de
Guatifay, con los valles
abiertos en el mismo, además de
las áreas de volcanismo reciente
que han ensanchado la isla por
el Este, y la terraza costera
oriental. En su territorio se
encuentra el punto culminante de
Lanzarote, las Peñas del Chache
(670 m.), el bello estratovolcán
del Monte Corona, del que surgió
un extenso malpaís. Lo
accidentado del terrero, sus
vistas panorámicas y tubos
volcánicos, han hecho de este
municipio una ruta turística de
gran importancia.
La costa es muy irregular; en la
vertiente Norte y Noroeste, al
pie del macizo de
Famara-Guatifay, se alternan las
zonas acantiladas con las
pequeñas plataformas; en cambio,
la costa Este es relativamente
baja desde la playa de La
Cantería hasta el Morro Lajero,
situado al Sur de la playa de La
Garita Arrieta; por otra parte,
la costa de Mala presenta un
pequeño acantilado.
Este municipio norteño es el más
favorecido de la isla por las
condiciones climáticas; su
orientación y el relieve que
presenta el macizo de Famara -
Guatifay, a pesar de que su
altura no es suficiente para
establecer una barrera efectiva
a los vientos alisios, elevan
las precipitaciones de esta zona
por encima de las que recibe el
resto de Lanzarote. Este hecho
se refleja en la vegetación:
pinos y acacias de repoblación
forestal en la cabecera del
valle de Malpaso en la montaña
de Aganada, aunque la principal
manifestación arbórea del
término es el palmeral del valle
de Haría.
Su actividad económica principal
es la agricultura, dominada por
los cultivos de leguminosas,
las papas, los cereales, las
viñas, el millo, los ajos, la
cochinilla y la cebolla, éstas
de reciente introducción, pues
eran exclusivas de la zona Sur.
Todos estos cultivos se realizan
en enarenados. Los yacimientos
de arena con los que se
construye están en Máguez (Montaña
Faja) y en el valle de Haría.
La propiedad de la tierra está
dividida en pequeñas parcelas,
separadas por muros de piedra.
El minifundismo resulta de las
continuas divisiones ocasionadas
por las herencias, lo que, unido
a las características de los
enarenados, dificulta la
mecanización del campo. Los
aperos de labranza más «modernos»
son el llamado diablo, especie
de rastrillo con el que se
extraen las papas de la tierra,
sin necesidad de cavar, y la
tanganilla, utilizada para
plantar leguminosas y cereales.
Este instrumento puede ser
tirado tanto por un animal como
por el hombre.
El término municipal de Haría
cuenta con algunos atractivos
turísticos, como el Mirador del
Río, la Cueva de los Verdes, los
Jameos del Agua, la urbanización
de Los Alemanes (Mala) y la
urbanización del Charco del
Palo. En estos centros trabaja
principalmente la población
residente en el municipio.
El municipio de Haría alcanzó su
mayor número de habitantes en la
década de los cuarenta; a partir
de entonces sus efectivos
demográficos se han ido
reduciendo censo tras censo. La
pérdida de población agrícola
está en estrecha relación con el
abandono del campo y la búsqueda
de mejores retribuciones en los
sectores de la construcción;
industria y turismo.
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