Pocas palabras tenemos que añadir al luminoso escrito lleno de doctrina jurídica, que antecede a estas líneas.

Son verdaderamente presuntos presidiarios, los leoninos de Haría, que despojaron a dicho pueblo de bienes inmuebles que legítimamente le corresponden y los poseedores del Mal País que han cometido enormes delitos, previstos y penados por el Código.

La apropiación de bienes ajenos contra la voluntad de su dueño, que en este caso el pueblo de Haría, es siempre feo delito, ya pertenezcan aquellos al Estado, la provincia o al Municipio.

Y uno de los elementos que deben servir para la graduación de la gravedad del estilo, es sin duda alguna, la cuantía de lo sustraído, distraído o filtrado.

Dignos son por lo tanto, de comer el rancho del presidio, los que se han enriquecido a costa de los sacratísimos intereses populares, valiéndose de simulaciones y otros reprobados medios realizados entre las sombras de la más absoluta impunidad pues el caciquismo leonino, ha siendo siempre elefactotum de los chanchullos y de los negocios sucios, que se han llevado a cabo en esta isla. Es  necesario terminar con ese cáncer que corroe las cívicas virtudes y la moralidad administrativa de nuestros municipios, que viven sacrificados en aras de cualquier airado caciquismo.

Confiamos en que el pueblo de Haría ejercitando la acción criminal, llevará al banquillo de los delincuentes a los que por satisfacer desmedidas ambiciones de lucro y de medro personal, le despojaron descaradamente de una de sus más valiosas y legitimas propiedades; de uno de sus mas caros derechos posesorios.

Tenemos la convicción profunda de que nuestros Tribunales de Justicia, velando por el prestigio de la Ley, castigaran inexorablemente a los que sin andarse con remilgos monjiles, se han apoderado de lo que pertenece al acervo común, por medio de procedimientos que rechazan toda conciencia honrada, y que están en abierta oposición con los principios imprescriptibles del Derecho.

Mientras tanto los encargados de castigar las transgresiones de la Ley y de velar por la garantía de la propiedad ajena no emitan su fallo, nosotros pedimos en este folleto, que vayan a la barra los Concejales leoninos de Haría, juntamente con sus protegidos, los actuales poseedores del "Mal País" quienes dentro de breve tiempo se verán empapelados y no en papel de arrimo sino de oficio: Fimes Coronat Opus.