Geografía/ Malpaís de La Corona/  Datos interés


FUENTE: Lanzarote y los Majos


 

Un modelo de asentamiento diferente es el que se produce en los límites de los viejos malpaíses de la isla o en el interior de los mismos. En estas unidades geomorfológicas, constituidas por extensas coladas de lava escoriácea, crece en abundancia el pasto para el ganado, al ser rocas volcánicas de series antiguas, muy meteorizadas por la humedad, que facilitan el crecimiento de distintas especies vegetales. El aprovechamiento estacional de estos recursos, en relación con el pastoreo, exigiría la construcción de refugios de ocupación temporal, que se han conservado hasta la actualidad con una reutilización sistemática.

En el Malpaís de La Corona, al Norte de la isla, se encuentran agrupamientos de pequeños tubos lávicos y cuevas naturales calificados como "poblados". Los más importantes, el de Tornajos, las Tegalas y el del Régulo, se localizan en las proximidades de la Cueva de los Verdes, en la que también se han hallado restos materiales prehistóricos. La tipología de estos asentamientos es bastante similar: cinco o seis tubos lávicos de poca profundidad, con pequeños muros interiores y exteriores en algunos casos. Las reducidas dimensiones de muchos de estos recintos considerados como viviendas, descartan tal posibilidad, debiendo identificarse con toriles, rediles y otras dependencias relacionadas con el ganado.

Se trata de un modelo de asentamiento escasamente acondicionado para la habitabilidad y ubicado en un terreno agreste y difícil para el desarrollo de la vida cotidiana. Por tanto, no debió tener un carácter de habitación permanente, sino que ha de entenderse como un conjunto de refugios temporales, relacionados con el pastoreo estacional que se practicó en los antiguos malpaíses, y dependientes e los poblados del Valle de Haría. También pueden haber sido utilizados como lugares para resguardarse de las constantes incursiones que los navegantes europeos efectúan en Lanzarote desde el siglo XIV. La dificultad para la localización de estas oquedades naturales y de circulación sobre un territorio escabroso, permitiría escapar de la captura a una población poco numerosa y mal equipada frente a una cultura tecnológicamente superior:

Y entró Gadifer en el país y puso gran diligencia en buscar canarios, pero no lo logró, porque todavía desconocía el país.

(Le Canarien, 1965:24)

Este papel lo siguió desempeñando la Cueva de los Verdes y, en general, todo el Malpaís de La Corona en los siglos posteriores a la Conquista, ante las frecuentes entradas de los piratas berberiscos procedentes de las costas saharianas.

En el Valle de Haría no existen testimonios de un poblamiento aborigen, pero su riqueza ecológica y sus recursos hídricos permiten suponer la localización de asentamientos permanentes. Posiblemente, como fenómeno similar al de Teguise, estos se hallan bajo las ac­tuales construcciones urbanas.

Por último, las amplias llanuras de la mitad meridional de la isla aún no han ofrecido hallazgos de interés en relación con un modelo de asentamiento específicamente prehistórico. Únicamente existe una referencia de R. Verneau a un conjunto de cuevas utilizadas por los primitivos lanzaroteños en la Degollada de Femés. En la misma área se ha documentado el yacimiento de, Las Casillas, todavía sin estudiar. Las condiciones ecológicas de esta comarca son poco favorables para el asentamiento humano, con escasez de agua y vegetación y suelos poco fértiles para el cultivo. Su utilización está vinculada al pastoreo y en época histórica se convirtió en dehesa. Por ello, sólo cabe esperar el hallazgo de pequeñas construcciones empleadas como corrales o para refugio de pastores.