Geografía/ Malpaís de La Corona/  Datos interés

 

FUENTE: Lanzarote Reserva de la Biosfera

 

El Monumento Natural de La Corona se encuentra situado en el extremo nororiental de la isla de Lanzarote, ocupando una extensión de 2.280 ha. El accidente geográfico más destacado es el Volcán de La Corona que se eleva 250 m sobre la meseta de Guatifay.

El Volcán de La Corona, se inscribe en una fisura eruptiva que sigue claramente una de las directrices estructurales principales de la isla y del Archipiélago. Este sistema está constituido por una serie de edificios volcánicos: la Quemada de Orzola, el Volcán de La Corona y el conjunto La Cerca-Los Helechos.

La erupción que originó el volcán de La Corona debió ser grandiosa y es pec­tacular. Las lavas se lanzaron impetuosamente hacia el mar por la ladera orien­tal de la isla, creando una terraza de unos 18 kilómetros cuadrados, comprendidos entre Orzola y Arrieta. Esta gran superficie constituye hoy el Malpaís de La Corona.

El flujo persistente que en principio se deslizaba por la superficie fue fun­diendo los materiales de su cauce y construyendo un profundo canal. Una vez solidificada la cubierta o parte superior de la corriente, la lava siguió fluyendo por el interior dando origen a una de las formaciones más espectaculares: un tubo o canal subterráneo que ocupó toda la longitud de la corriente. Este canal subterráneo tiene una longitud de 6.100 metros y al vaciarse, por escurrimiento de la lava líquida, dio origen a una gruta de igual longitud. Una parte de esta gruta es conocida con el nombre de Cueva de los Verdes.

En algunos puntos la excesiva anchura motivó el colapso y hundimiento de la bóveda. Las depresiones así formadas, a veces de más de 20 metros de profundidad, reciben el nombre local de jameos y de ellas se encuentran unas veinte a lo largo del tubo. La posición de estos pozos va indicando en la superficie el recorrido del gran tubo volcánico, comúnmente denominado «Ruta de los hincos». Entre éstos destacan el Jameo Trasero, la Cueva de los Verdes (o Jameo de los Verdes), el Jameo de la Puerta Falsa, el Jameo Cumplido, el Jameo Redondo, el Jameo de la Gente, los Jameos de Arriba, el Jameo del Agua y el de los Lagos. En el fondo de los dos últimos, situados en la cercanía de la costa, se encuentran pequeñas lagunas, al estar el tubo volcánico parcialmente inundado de agua marina.

El conjunto del malpaís de La Corona aparece cubierto por formaciones sub-arbustivas, constituidas principalmente por plantas xerófilas, entre las que destacan las dos especies de Euphorbia típicas del piso basal canario, (Euphorbia balsamifera y Euphorbia obtusifolia), y Kleinia neriifolia. Las coladas están colonizadas por líquenes, tanto saxícolos como epifiticos. El alto recubrimiento vegetal resulta sorprendente, si se atiende a la relativa juventud del substrato, y es explicable sólo por las limitadas exigencias de las especies allí instaladas y a las condiciones de relativa humedad ambiental.

En el malpaís propiamente dicho, el grupo mejor representado son las aves. Es bastante fácil encontrar especies como el alcaudón, la curruca tomillera, el bisbita caminero, la perdiz moruna y la paloma bravía.

Reptiles comunes son el lagarto de Haría (Gallotia atlantica) y el perenquén (Tarentola argustimentalis). Entre los mamíferos se señalan el erizo moruno (Atelerix algirus), el ratón y el conejo común.

En el Jameo del Agua destaca la presencia de una especie de cangrejo ciego (Munidopsis polymorpha) totalmente adaptado a la vida en la oscuridad. Las últimas investigaciones en este espacio singular indican que en la parte subma­rina del tubo volcánico pueden haber más de treinta especies, de las que unos dos tercios son nuevas en el túnel y alrededor de la mitad, desconocidas para la ciencia.

En algunas zonas del litoral del malpaís la bajamar deja al descubierto una amplia zona intermareal, con charcos o piscinas naturales que pueden alcanzar los 200 m de longitud y 100 m de ancho, con profundidades inferiores a los 2,5 m. En este ambiente se refugia una gran cantidad de pequeños animales que sirven de comida a muchas especies de aves migratorias, de paso o invernantes, como la garza real (Ardea cinerea), los correlimos (Calidris sp.) o la garceta común (Egretta garzetta).