HISTORIA / Alcohol metílico
Dña. Josefina Calvo Estrada (gallega) farmacéutica, casada en Haría con D. Segundo Barreto Paiz (Nuno) fue la primera en abrir en casa de sus suegros en Haría una farmacia en el año 1955, y al mismo tiempo ejercía como docente gratuitamente en la Academia hasta finales del año de 1960, que se traslada a la Coruña y abre una farmacia. La de Haría la traspasó a sus cuñados D. Pancho Armas Feo y Purita Barreto Paiz, que a su vez tuvieron que contratar a una farmacéutica para regentarla.
Este contrato se le hizo a Elisa Álvarez Obaya asturiana y nacida en Villaviciosa (Oviedo) en el año 1934 y que recién terminada su carrera aceptó venir a Lanzarote como una experiencia más en el año 1961.
Fue nombrada Inspectora Farmacéutica Municipal en el año 1962. Durante su estancia en Haría sucedieron casos muy importantes y una trascendencia a nivel nacional como es el descubrimiento del “ron metílico”.
Transcurría el año 1963 y el día 18 de febrero moría repentinamente D. Jesús Barreto Barreto, el día 1 de marzo lo hacía María Zerpa Álvarez y el 15 de marzo D. Santiago Betancort Méndez. Esto levantó en el pueblo las inquietudes y el desasosiego de que algo raro estaba pasando y que no pudiesen ser muertes naturales. Y también se quedaron ciegos D. Emiliano Brito Berriel y D. Ignacio Brito Quintero y pueden tener alguna relación por ingerir productos tóxicos.
A Elisa como a todos los habitantes también le estaba preocupando y sorprendiendo la situación que se vivía, y se hablaba siempre de lo mismo….en una de las visitas que hizo a casa de una familia amiga, surgió el comentario que en el año1914 aparecieron en las playas del norte de la isla varias barricas llenas de ron y que se habían producidos algunas muertes de aquellas personas que lo tomaron. Esto hizo despertar en la farmacéutica el interés que tenía por descubrir las causas de aquellas muertes y rápidamente se puso en contacto con inspector médico D. José Antonio Hernández Barreto (1960 al 1967) con el alcalde D. Juan Pablo de León Guerra y con el juzgado de instrucción de Arrecife.
Que Inmediatamente dieron la orden de retirar todos los garrafones que contenían ron. Elisa y la auxiliar de farmacia Andrea acompañadas de un guardia municipal fueron al bar Pepe Pérez Betancort, de la tienda de D. Emilio Rodríguez Pacheco y la de D. Salvador Borges Dorta de Máguez.
El día 17 de marzo Elisa realizó la primera prueba en un pequeño laboratorio que había en la farmacia y con los escasos medios de que disponía pudo comprobar que el ron contenido en los garrafones daban unos indicadores de metanol, y para salir de dudas envió muestras a la Jefatura de Sanidad de Las Palmas que confirmaron las conclusiones que ella había detectado. El día 21 de marzo elabora un informe en donde hace constar que el ron incautado contiene alcohol metílico, y que es el causante de los muertos y que está totalmente prohibida su venta. Esos garrafones se precintaron con lacre se puso el sello de la farmacia y se llevaron al Ayuntamiento para su custodia.
Elisa tuvo que luchar contra muchas dificultades por los impedimentos que le ponían para realizar su trabajo por la mala repercusión comercial que podían tener en su momento y por las consecuencias y represaría.
Pero ella tenía la conciencia muy tranquila y la satisfacción del deber profesional cumplido, y que con una actitud había actuado y colaborado para que la tragedia no se magnificara y evitar muchas muertes.
A finales del año 1963 fue trasladada a la inspección Farmacéutica de Las Palmas, en reconocimiento a su trabajo.
En el año de 1965 fue galardonada con la medalla de Carracido.
El día 19 de junio de 2016 el Ayuntamiento de Haría colocó una placa en reconocimiento póstumo en su memoria en la casa donde estaba la farmacia.
Murió en Las Palmas el día 26 de febrero 2010 a la edad de 76 años.
Ella decía: “que había nacido en Asturias pero que era Canarias de adopción”.