Historia / Referencias históricas

 

          

            Hay que recordar que antiguamente, la mayoría de las casas agrícolas, tenían una era propia, aunque en muchos casos no tenían, y ocupaban para necesidades perentorias, una era de un familiar o de un vecino, pero lo más cercano posible a su propia casa, y ahora ya hay muy pocas eras en uso, aunque físicamente se vea que ahí están, pero muchas han desaparecido totalmente y hasta han edificado encima de ellas.

            Las eras eran de muy distinto tamaño, y normalmente respondía a las necesidades de trilla del dueño, pudiendo variar desde unos 100 metros cuadrados, hasta unos 500, e incluso más, y estas eras fueron destinadas a muy distintos usos, aunque el principal era el de la trilla de las muchas sementeras que se recogían en este Municipio.

            Estas eran fueron hechas especialmente para llevar a cabo en ellas las trillas de  las muchas sementeras que se recogían antes, como garbanzos, arbejas, lentejas, judías, chícharos, habas y otras que hubiere, para lo cual se formaba una cobra con los animales de la casa, de familiares y vecinos, especial burros, y solían ayudarse unos a otros.

            Pero estas eras se aprovechaban para recoger el agua de lluvia que se producía en las mismas, y para ello, se hacía un aljibe acorde con la superficie de la era, y a veces  se cotejaba además, otro aljibe más pequeño, para aprovechar el agua más limpia para destinarla a beber las personas de la casa y a veces de algunos familiares y vecinos.

            Normalmente también, todas las casas tenían una o dos aljibes y hasta tres, pero el agua no era del todo buena, aunque casi siempre sí que lo era, porque es que estos aljibes se nutrían del agua de lluvia que circulaba por las calles o caminos, en tiempos de lluvia, y se criaban bichos, que se mataban fácilmente con piedra de cal, luego lejía.

            Pero muchas eras fueron utilizadas como campos de lucha o terreros, lo que se hacía por las noches de algunos domingos normalmente, utilizando la luz que se obtenía de meterle fuego a unas cuantas gavillas de ahulaga, para lo que había una persona encargada de mantener la llama encendida, aunque había bastante ahulaga a mano, y eso se llevaba a cabo en eras de Máguez, de Haría y también algunas veces, de Mala, cuando hubo luchadores del pueblo a finales del siglo XIX y principios del XX.

            Además estos espacios se dedicaron a hacer bailes y verbenas en ellas, en especial en los tiempos de verano, porque los locales cerrados eran sofocantes.

            Los bailes se hacían antes en locales que aportaban algunos vecinos del pueblo, cogiéndose para ello una habitación grande o almacén, y se celebraban los domingos, los cuales pasaron a partir de los años de 1920, a unas eras aparentes, en verano.

            A veces, los cabecillas del pueblo, se disputaban el protagonismo de los bailes, y llegaban incluso al pleito, y referente de ello fue un baile que se hizo por la Fiesta de Santa Rosa parece que en el año 1953, en una era de Herederos de Don José Ramírez del Castillo, con disputas entre el Médico Don Víctor García de León y el industrial Don Joaquín Rodríguez Villalba. También en Máguez, se hizo una  verbena en la era de Don Pablo Barreto Feo, en años de 1950,  aparte de algunas otras ocasiones, estando en Máguez la Sociedad Casino de Máguez y el local de Don José María Feo Barreto.