Historia / Referencias históricas
El tiempo va borrando las huellas del paso del hombre por las distintas etapas de la vida y de los distintos fueros y referencias costumbristas, deportivas y de otro tipo, y conviene recordar que hasta en los años de 1940, aún se llegó a practicar el juego de pelotamano en el Municipio de Haría, y aún hay algunas pocas personas que lo recuerdan.
Parece que este deporte de pelotamano, era similar al que se ha practicado y se practica en el país vasco, y así se le llama pelota vasca y pelotaris a sus ejercitantes, y no se sabe la razón por la que existe esta similitud en la práctica de este deporte, con un territorio tan alejado como el vasco, al que nada nos une visiblemente, pero lo cierto es que se practicó especialmente antes de la guerra civil, y se sabe que se practicaba mucho en los pueblos de Haría y de Máguez, y se sabe también que se organizaban enfrentamientos de gentes del Municipio de Haría, con otras de las zonas de Tiagua y de la Vegueta al menos, y ellos igualmente recalaban por aquí para completar los compromisos, y lo que se recuerda ahora por algunos, en los que se encuentra este narrador, que llegó a presenciar su última etapa, es un esfuerzo de restauración que se le quiso dar en los años de 1940, trayendo varios jugadores de Haría, como Don Pablo Cabrera Rivera, que era un Maestro, y Don Andrés Betancor Bonilla, botador, y otros, para entusiasmar la afición en Máguez, y darle un impulso, pero este deporte ya estaba agotándose en todo el Municipio, y este intento sólo valió para jugar unos cuatro o cinco partidos más, y volvió a decaer, perdiéndose las ganas de la juventud que podía sacarlo del olvido, y la indiferencia volvió a dominar la situación, perdiéndose el poquito entusiasmo que quedaba.
Hay que tener en cuenta que la pelota con la que se practicaba este juego o deporte era demasiado dura y por ello algunos se ponían guantes en una mano y algunos en las dos, porque llegaban hasta a hincharse las manos, siendo hechas de goma de coches, maciza, endorada con cuero y parte de lana y terminadas por un zapatero con cuero, y su tamaño era similar al que tienen las pelotitas que saltan mucho, que se ven frecuentes.
Puede decirse que de Haría tenemos muy pocos nombres, y así el de Pablo Cabrera Rivera, muy conocedor de este juego y hacía pelotas, y también Lázaro Socas Clavijo, y Andrés Betancor Bonilla, y de Máguez, se sabe de hermanos Rafael, Manuel y Sano Feo Perdomo, de José María Feo y de José Feo, de Nemesio Acosta García, de hermanos Tomás y Juan Acuña Peraza, Pablo de León Figuera, de Pedro Luzardo Cabrera, Ambrosio y Pablo Torres Martín, Pablo y Martin Peraza Fernández, Celedonio Figueroa Fernández, hermanos Benjamín y Jesús Barreto Barreto, de Juan Callero Acosta, y otros.
También es conveniente saber de los sitios en que se practicaba este deporte, que requería, un espacio en Calle en que hubiera dos topes formados por filas de casas seguidas, para que las pelotas no salieran fuera, aunque a veces había que pedir permiso a algún vecino.
En este deporte había un punto que se llamaba bote, formado por una piedra viva o lisa en el suelo, de donde se votaba y había los llamados botadores para lanzarlas.
En Haría se jugaba en la Calle de San Juan y en Máguez, en especial en la Plaza de Máguez, al sur de Don Juan Bautista y a veces también, de Don Juan Bautista para el Norte, y también delante de las casas de Marcelino Ramírez y Fernando Socas.
Se recuerda de ver a viejitos presenciando este deporte, recordando sus tiempos, como Don Manuel Feo Perdomo en los años de 1940, y otros.
La puntuación de los ganadores se situaba por 30 y raya, 15 y raya, y otros términos.