INFORMACIÓN  --  Cementerio

 

 

En la iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación de Haría se localizan algunas referencias a las sepulturas en las capillas y altar mayor. En 1796, la hermandad del Santísimo,

"...pide que se le asignen algunas sepulturas en el presbiterio a cambio de mantenerlo con decencia"

El 6 de noviembre de 1798, el Cabildo acuerda que se le conceda cinco sepulcros de la capilla mayor a la citada hermandad.

En el testamento de Pedro Alejandro Barreto y su mujer Josefa María Ramírez, otorgado en 1798, se declara,

"...que durante nuestro matrimonio fabricamos a nuestra costa la capilla de Animas que se halla en la parroquia deste lugar en la que únicamente se nos han señalado dos sepulturas"

Blas Martín, como heredero de los constructores de la capilla del Santísimo Cristo, pide ser enterrado en la misma y así lo deja escrito en el poder dejado al licenciado Fernando Peraza y a su hermano Juan Perdomo.

El obispo García Jiménez concede licencia el 11 de octubre de 1708 a Marcial Umpiérrez e Isabel Ramírez, para que puedan construir sepulturas en el Altar dedicado a San Fernando en la iglesia de Haría.

El Eco del Comercio del 28 de septiembre de 1853, detalla la vista que hizo a Lanzarote el Subgobernador Rafael Muros, que pasó en Haría dos días,

"..visitando la Iglesia, y señalando el punto donde debe edificarse un Campo Santo, por hallarse el actual muy reducido, contiguo a la iglesia y el centro de la población; circunstancias todas perjudiciales a la salud pública..."

El nuevo cementerio de Haría, bendecido el día 27 de noviembre de 1860, se levantó en el lugar donde llaman Tinacho, en un terreno que donó Francisco Perdomo, segundo alcalde del pueblo de Haría.

El periódico "El Omnibus" del 3 de abril de 1861, publicaba una nota que decía que había sido sacada de "Crónica de Lanzarote", en ellas dice sobre el cementerio de Haría,

"Según nuestro corresponsal de Haría, parece que en aquel pueblo proyectan hacer algunas reformas en la Iglesia matriz, y tratan de construir un nuevo cementerio que corresponda al adelanto del pueblo"

La misma nota, señala que estas obras se debían al beneficiado de aquella Iglesia Emiliano Martínez de Escobar, que había sido nombrado cura ecónomo de Haría en 1860.

El periódico "El País", también se hace eco del cementerio de Haría, en su número correspondiente al 17 de enero de 1865 dice,

"Porque es triste, muy triste, contemplar el lugar donde descansan los restos de los que pagan el tributo al ser supremo, en un llano que sirve al mismo tiempo de pasto a toda clase de animales. Hace años que se principió a dar sepultura en aquel sitio, que aun se encuentra en el mismo estado que lo señaló el entonces alcalde y el venerable cura ecónomo Emiliano Martínez de Escobar. Ni siquiera un muro de piedra seca rodea aquel recinto de la muerte"

El mismo periódico señala con fecha 24 de febrero de 1865, que las autoridades de Haría han convocado a todos los vecinos para conseguir los medios para construir el nuevo cementerio, en mayo de 1867 se dice que,

"El cementerio está próximo a concluirse, gracias a la actividad y celo que nuestro alcalde desplega, a pesar de los cortos recursos con que cuenta para llevar a termino una obra harto costosa por si misma. Por ahora se están revocando los muros para seguir luego con el frontis que si llega a concluirse, conforme al diseño, será uno de los mejores de la provincia"

Desde la Parroquia de Haría envía José Peraza Barrios, una comunicación al Ayuntamiento en la que le dice,

"No habiendo lugar ya desocupado en este cementerio para dar sepultura eclesiástica a los cadáveres recurro a V. para que dando competente licencia se pueda proceder a la exhumanación de los que se hallen .........  debiendo antes levantarse la pared que por la trasera se halla caída para evitar por aquella parte la entrada, tanto a la familias como a los animales lo mismo que el destino donde se han de depositar, mando limpiar la parte que se destine, como la piedra amontonada y desimanada..."

En 1994, el Ayuntamiento de Haría, hace un llamamiento al Cabildo de Lanzarote y al Gobierno Canario, solicitándoles ayuda para la ampliación del cementerio, no sólo porque se había quedado pequeño sino que al descansar en el mismo los restos mortales de Cesar Manrique, era visitado por numerosas personas.

 

 

 

 

 


FRANCISCO HERNÁNDEZ DELGADO