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Fuente: La Isla de Alegranza

 

(…) Del siguiente medianero que estuvo en Alegranza, Salvador Romero Álvarez, se tienen muchas más noticias. Ocupó este cargo después del tal Juan Páez durante más de veinte años, parte de cuyo tiempo fue dueño de la isla Santiago Verdugo Pestaña.

Tuvo con su esposa, Margarita García, nueve hijos, cuatro varones y cin­co hembras. Los nombres de los varones son Fernando, Pedro, Eusebio y Salvador, creo que de mayor a menor edad por este orden. Las hembras, por su parte, se llamaban Luisa, María, Isabel, Encarnación y Mercedes.

Fernando fue uno de los numerosos canarios que perecieron en el trági­co naufragio del buque Valbanera en cuba. A Mercedes, conocida por Mar­ta, la llegué a conocer un poco siendo yo muchacho durante una corta estancia que pasé en Alegranza con un compañero de profesión llamado Fernando Gutiérrez. Por cierto que el marido de Mercedes, llamado San­tiago Hernández Betancort, pereció ahogado estando trabajando de peón en unas obras que se realizaban en el faro el año 1916, al salir una noche a pescar, en compañía del torrero encargado, Alfredo Cabezas Martos, en el lugar del Caletón de Morro Alto, en la costa norte de la isla.

En tiempos en que Salvador Romero ejercía de medianero en Alegranza hubo vacas en la isla, y por supuesto algún camello con los que se llevaban a efecto los trabajos propios de estos animales en las labores agrícolas, así como burros que se usaban además como bestias de carga, animales usua­les en los cortijos lanzaroteños, de los que dispondrían también, con toda probabilidad, los demás medianeros.

Fue a poco de llegar a la isla Salvador Romero cuando, según me han contado viejos pescadores de La Graciosa, se hizo a fuerza de golpes de piqueta sobre la roca tobácea de que está constituida la montaña de La Caldera, el camino que comienza al pie del volcán por su lado sudeste y tras alcanzar el borde superior del cráter continúa descendiendo hacia su inte­rior y llega hasta su mismo fondo, camino que por su suficiente amplitud y no excesiva pendiente permitía fácilmente la subida incluso a camellos y vacas.

A Salvador Romero siguió, en 1924, su hijo Eusebio Romero García quien permaneció ejerciendo este cargo durante veintiún años después de haber vivido en la isla con su padre otra veintena de años, más un corto paréntesis en que hizo el servicio militar y otro periodo de tiempo no muy largo en que estuvo en Argentina como emigrante. Lo conocí bastante en mi infancia. Dejó el cargo de medianero en 1945.

Casó con Concha Luzardo, de cuyo matrimonio nacieron cinco hijos:  Sara, Eusebio (Tito), Nélida, Ester y Raúl, a quienes conocí muy bien por ser más o menos de nuestra edad, la de mis hermanos y mía, y coincidir viviendo en la isla varios años.

En tiempos de este medianero, según datos que tuvo la amabilidad de suministrarme él personalmente, ya mayor yo, en una visita que le hice en Haría, donde residía después de haberse retirado de Alegranza, se llegó a sobrepasar en la isla el número de cien cabras, pero sólo, me aclaró, cuando se daban varios años seguidos buenos de pasto. Lo normal era tener muchas menos reses, por lo general de cincuenta a setenta, más un par de decenas de ovejas.

Sustituyó a Eusebio Romero como medianero en 1945, después de haber permanecido con él durante un año aproximadamente con objeto ponerse al corriente de las tareas propias del cargo, Pedro Jordán, quien a su vez cesó en este puesto en 1957.

De su matrimonio con Petronila Armas tuvo nueve hijos, cuyos nombres son Manuel, Juana, Pedro (Perico), Paco, Nina, América, Carmen, Ángela y Andrés.

A Pedro Jordán siguió Antonio Niz Luzardo, de Máguez, quien entró en ese mismo año de 1957 y lo dejó en 1961.

Antonio Niz, tuvo en los años en que estuvo en la isla un ganado de cabras que oscilaba entre unas 50 y 60 cabezas, y se cogían entonces, como término medio, unas 7.000 crías de pardela. Su familia se componía de la esposa, María de León Dorta, y seis hijos, que de mayor a menor edad se llaman Nieves, Segunda, Antonio, Casto, Carmela y Matilde.

Ha sido el último medianero de Alegranza Cipriano Acosta Rodríguez vecino del pueblo de Ye, quien se posesionó del cargo en ese mismo año 1961 sustituyendo a Antonio Niz, cesando definitivamente a su vez, en 1970.(…)