INTERÉS > Fiesta de San Juan
Era tradicional y aún persiste dicha tradición de que la víspera de San Juan se hiciera hogueras en la mayoría de los barrios del pueblo. La fogata se hacía con todo lo quedaba inservible en los hogares, como: maderas, ropas viejas, cepas y varas de las podas de las parras que se guardaban para la ocasión. Todo se iban guardando a lo largo de los años para esta noche mágica, incluso con la ropa vieja se vestía a una figura de trapo que se hacía con forma humana y se ponía encima con todos los materiales acumulados para la ocasión y a las doce de la noche se encendía, quemando todo lo que nos estorbaba y los malos presagios que pudiera haber.
Se acostumbraba tanto niños y mayores a saltar sobre la hoguera aún en llamas, que suponía una gran diversión y atrevimiento para todos los acompañante y curiosos que iban de hoguera en hoguera y que se arremolinaban alrededor, admirando la valentía y el atrevimiento de los saltadores.
En la Noche de San Juan se realizaban rituales que hasta hoy sigue persistiendo tales como: poner en una palangana con agua una serio de plantas aromáticas: romero, sándalo, malvarrosa, malva fina, también pétalos de rosas si había. El agua debía de estar toda la noche al sereno y antes de salir el sol se recogía porque se consideraba bendita por la naturaleza y así cada miembro familiar iba cogiendo su parte y se lavaba la cara y seguidamente se rociaba todos los rincones de la casa, e incluso se iba a los corrales y se hacía lo mismo con los animales con el fin de protegerlos y de evitarles todo mal que pudiera suceder. Otra particularidad eran los maleficios, sobre todo el mal de ojos, aquellos que se les hacía a los niños. Señalar que en esta misma agua la moza ponía unos papelitos doblados con varios nombres entre ellos el del joven del cual se había enamorado. Al levantarse y al amanecer se coge un papel y con el nombre que salga se iba a la calle y si la persona que ve y corresponde con el nombre elegido hay certeza de que casará con alguien llamado así.
Otra creencia es la de asomarse al aljibe de la casa, tan bien al amanecer, si al abrir la puerta se reflejaba la imagen ya se daba por seguro que viviría todo el año. También se usaba poner tres papas debajo de la cama, una sin pelar, otra a medio pelar y la otra pelada, al levantarse y con los ojos cerrados se coge una de ellas si, toca la pelada seguro que se casará con un pobre, si tocaba la que estaba a medio la cosa no iba mal y si cogía la sin pelar, la suerte era segura.
Otra cosa que se solía hacer era formar con sal doce montoncitos al igual que los meses del año y dependiendo como amanecía, se predecía lluvia o no, si aparecía derretido ese mes era lluviosos, si se había deformado la lluvia era escasa y si permanecía tal como se había hecho, el resultado era seco total.
Entre otras de las creencias era la de derretir plomo en cualquier lata de conservas lo echaban en un vaso con agua y al amanecer miraban la figura que se les ocurría y ahí descubrían la profesión que iban a tener de mayores. Es decir, si les parecía descubrir un barco, seguro que iba para marino, si lo que veían era un coche pues para chofer. Lo mismo se solía hacer con una clara de huevos.
En las mañanas de San Juan, muy temprano y antes de salir el sol era el momento de curar las hernias de los niños que se les formaban por el esfuerzo de tanto llorar. Se hacía el ritual de la mimbrera con algún familiar que tuviera nombre bíblico como Ana, José, María e Isabel. Se cogía una vara de mimbre y se abría por la mitad y dos personas tiraban por ambos lados y se pasaba al niño desnudo tres veces entre la vara abierta, y mientras se iba rezando - te doy el niño roto y quebrado y tu me lo devuelves sano, después esta vara se vuelve a unir las dos partes y se amarra con un hilo, si se une y el árbol sigue creciendo el niño se curaba.
El día de la festividad de San Juan era y es tradicional de que la mayor parte de los vecinos del pueblo fueran de excursión a la Playa. Inicio de los baños en el mar, a partir de esa fecha ya empezaba las salidas a la playa, por ser Playa Honda la más cerca, los residentes desde muy temprano cogían ropa y comida y se dirigían caminando en burro o camello. Allí disfrutaban durante todo el día hasta casi el anochecer que se volvía caminando de nuevo al hogar cansados y acalorados, pero muy felices y contentos con lo acontecido.
Otra forma de celebrar tan señalada efeméride eran las excursiones a la zona de El Islote o Masdache para comer las primeras moras y hacer el tradicional asadero de piñas.
San Juan era una fiesta muy participativa y celebrada en toda la Isla. Sus orígenes son innumerables y reconocidos sus valores mágicos y simbólicos. La noche de San Juan tenía y tiene aún algo mágico dependiendo de estos rituales suponía: conseguir novio, vivir o morir ese año, mala o buena cosecha, año de lluvia o de sequía… esta festividad es una ocasión de esparcimiento y comunicación social para todos los vecinos.
Junio de 2000
ARCHIVO HISTÓRICO MUNICIPAL