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Fuente: Arquitectura popular de Lanzarote

Arquitectura de la cal:

Lanzarote es un territorio rico en cal, en especial en la zona de Janubio. No sólo ha producido cal para su consumo propio sino que la ha exportado, al contrario de lo que ocurrie­ra en Gran Canaria, donde la exportación estaba prohibida bajo pena de una cuantiosa multa, desarrollándose de ese modo un comercio basado en el intercambio de productos entre las islas del archipiélago canario. Para preparar la cal y hacerla apta para su uso en la construcción es necesario deshidratarla, quemándola en hornos de cal o caleras. Estos hornos son edificios de fábrica, de planta circular o cuadrangular y de volumen troncocónico, revestidos con barro. Se dividen en dos pisos: el piso superior corresponde a la cuba de carga donde se almacena el material que se ha de incinerar y presenta una sección semioval, en tanto que la planta inferior es el hornillo. Ambos pisos se separan por unas so­leras refractarias a modo de parrillas. La planta inferior presenta una boca por la que se prende fuego a las aulagas o matorrales —llega a alcanzar temperaturas de entre 800 y 1.000° C— y por donde se obtiene el producto tras una dilatada combustión de cinco o seis días.' Estas caleras se encuentran prácticamente por toda la isla.