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FUENTE: PATRIMONIO HISTÓRICO DE CANARIAS

Dibujo. J. de León, Perera, 1990

 

Los trabajos arqueológicos emprendidos en Lanzarote en los últimos años han permitido el descubrimiento de estaciones con manifestaciones rupestres.

De ellas destacan, por su alcance y novedad, los caracteres alfabéticos y las siluetas de pies, posibilitando la articulación de hipótesis de trabajo en consonancia con los nuevos hallazgos. Además de sus propias peculiaridades insulares, las claras correspondencias técnicas, estilísticas y de contenido emparentan los elementos rupestres lanzaroteños con la vecina isla de Fuerteventura, con la que mantiene similitudes notables.

Entre los motivos geométricos complejos uno de los más llamativos es el presente en la Peña de María Herrera (Haría) realizado con la técnica de picado o percusión directa

 

Las expresiones rupestres de Lanzarote se encuentran en soportes rocosos localizados en promontorios, paredes de barranco, llanos, peñas elevadas, en el ámbito de algunos poblados y en contextos arqueológicos específicos diferenciados. Su característica geoló­gica corresponde a rocas basálticas, como los materiales fonolíticos, y los enclaves de toba volcánica. En ocasiones, estos últimos emplazamientos coinciden con grabados situados en rocas anexas y con canalillos, cazoletas y orificios tallados en la superficie tobácea. Ocasionalmente, se hallan bloques singularizados con inscripciones que detectan la presencia de estelas propiciatorias o votivas relacionadas con el entorno de poblados notables, como Zonzamas,

Las técnicas empleadas para la ejecución de los motivos rupestres de Lanzarote son, en síntesis, la incisa fina y gruesa, y de picado denso y alterno.

La técnica incisa puede ser fina y profunda, remarcando una sección apuntada o surcos más o menos gruesos. Su anchura y profundidad acaba confiriéndole una apariencia en forma de acanaladura semejante a una "U". En los casos anotados la sección resultante tiene relación con la intensidad de su aplicación. La abrasión detectada en dichas acanala­duras contribuyó a dotarlas de cierto ensanchamiento, empleando una reiterada frotación de la superficie en que se encuentran los grabados. La apariencia de estos motivos rupestres revela el empleo de ins­trumentos líticos, con filos aguzados, como la fonolita y la obsidiana. En el caso de las frotaciones pudieron emplearse rocas porosas.

La técnica de picado fue utilizada para configurar las inscripciones y rellenar su interior. Por tanto, puede ser alterna si se aplica de forma intermitente, y densa, cuando ocupa buena parte del trazado del motivo representado.

Esta técnica parece haberse producido con instrumentos duros, utilizados mediante una percusión directa o indirecta sobre la superficie donde se pretendía grabar.

Finalmente, los motivos realizados en la toba volcánica parecen reflejar, como en otros casos del Archipiélago Canario, procesos más complejos que combinan la percusión, la incisión y el rebaje de las superficies.