PERSONAJES  >  Agustín Acosta

 

 

Se fue la voz del pueblo

 

 Por Saro

 

Se fue Don Agustín como lo   llamaba por el respeto que siempre sentí por él, ese señor al que siempre admiré, desde pequeña cuando lo escuchaba a través de su emisora de radio.

Se fue y nos dejó huérfanos a los muchos activistas y grupos sociales que de­nunciábamos muchos temas que estaban mal a través de su voz y de su medio de comunicación.

Se fue ese señor que sabia tanto del mundo político de la isla de Lanzarote que era capaz de predecir quién podía ganar, perder o pactar, y casi nunca se equi­vocaba.

Fueron tantos años lidiando con los políticos, muchos de los cuales llevan casi desde que empezó la política en Lanzarote (no es exagerar) porque no parecen querer soltar los sillones y de una manera u otra aparecen en la lista cada vez que tenemos elecciones.

Por eso Don Agustín los conocía y sabía de qué pata cojeaba cada uno de ellos. Estos días nos sentimos desprotegidos; él era el único que destapaba las cosas malas que estaban haciendo los políticos de la Isla y por todo esto la gente pre­gunta que quién nos dirá tan claro como él las cosas que están haciendo mal nuestros políticos.

¿A quién podremos llamar por las mañanas para denunciar las injusticias que se cometen en esta isla de Lanzarote?

La radio de Don Agustín Acosta ha sido durante muchos años la única que nos dejó a los vecinos de esta Isla, pobres o ricos, poder exponer nuestras opiniones. Tenía sus micrófonos abiertos para todos.

Por todo esto Don Agustín, donde quiera que esté, gracias por darme la opor­tunidad de conocerlo, de haber podido compartir con usted los temas que me preocupaban de esta nuestra isla, gracias por dejar que el sueño que tenía desde pequeña se hiciera realidad: el de poder hablar desde su emisora de radio a toda la isla de Lanzarote.

Como hacía Paca Duque, a la que tanto admiré.

Se nos fue Paca y ahora usted, pero los dos estarán en nuestros recuerdos. "Doña Saro. ¿Con quién te peleaste hoy?". Esa fue casi siempre su frase cuando comenzaba su entrevista y con sus palabras me hacía sentir una más de los que usted entrevistaba sin ser menos que ninguno de ellos.

Gracias Don Agustín.

 

 

 

 

 

 

 

 


AGUSTÍN  ACOSTA  CRUZ