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Feliciano  Betancor  Curbelo: Abuelo  de  Canarias  a  los  98  años  de  edad.

 

Fuente: Diario  de  Las  Palmas

Lunes  18  de noviembre de  1974

 

EL "ABUELO DE LA  PROVINCIA" ESTUVO  EN LA GUERRA DE CUBA

 

El "abuelo de la provincia" es de Haría, Lanzarote. A pesar  de sus 99 años —uno más de los que se le han señalado—conserva una vivacidad asombrosa; la vista en perfectas condiciones, e! oído mejor aún y la memoria... bueno, por lo de la memoria baste decirles que se acordaba de los nombres de los jefes que tuvo durante la guerra de Cuba, porque don Feliciano estuvo por allá; en las trincheras de la isla caribeña.

 

--Tres años estuve en la guerra como soldado raso. Cuando acabó la guerra nos llevaron a Vigo y luego a nuestras provincias. Después he  vuelto  dos  veces  a  América, a  trabajar,  pero  a  Buenos  Aires,  dos  años  la  primera  vez,  un  año  la  segunda….  También  volví  a  Cuba  a  trabajar una  vez  después  de  la  guerra.

 

Es viudo. Ha tenido cinco hijos, el mayor de los cuales, tiene 73 años. Nietos andan por el mundo una porrada y bisnietos... bisnietos, los cuenta de memoria, unos 30 ó 40. Ya no le falta mucho para tener tataranietos. Procede de una familia cuyos miembros han vivido largos años.

 

—Mi abuela murió a los 98 años.

 

—¿Qué vida hace usted todos los días, don Feliciano? ,

 

—Me levanto a la salida del  sol y me voy a dar un paseo a una finca que tenemos a unos dos kilómetros del pueblo; recojo alfalfa para la comida de las cabras y la traigo a casa. Luego voy al pueblo, almuerzo, la siesta... esto es lo que hago todos los días.

 

Interviene su hija menor, que le acompaña: "Hasta los 95 años iba en burro todos, los días a unas fincas que tenemos a unos 12 kilómetros, pero le tuvimos que decir que el burro se había muerto porque temíamos  que algún día se cayera".

 

—¿Y se lo creyó —interviene mi compañero .Juan Gregorio

 

— ¡Qué va!

 

 —¿Ha tenido alguna vez enfermedades graves?

 

--Cuando estuve en la guerra de Cuba me dio la viruela; pero después ya no he vuelto a tener ninguna enfermedad grave.

 

De nuevo interviene su hijo: "Sólo le han puesto una inyección en su vida, y porque le engañaron”.

 

Su vicio es fumar en pipa, y parece que lo hace con bastante frecuencia, aunque no se traga el humo. La pena que tenía cuando estuve hablando, con él era que se  había dejado la pipa en Haría.

 

—Los médicos nunca me han dicho que deje de fumar.

 

Le pregunté qué le parecían los jóvenes de hoy: "La forma de vivir de la juventud de hoy no me gusta, mucho roce". Pero al pillín sí que le gustaban más las mujeres de hoy que las de ayer "porque están más nuevas".

Simpático abuelo el de la provincia de Las Palmas de  este año.

 

 

 

 


FELICIANO BETANCOR CURBELO