- Hernández de Lorenzo Cid, Víctor -
Por Jesús Perdomo
Ramírez
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D. Víctor Hernández de Lorenzo Cid: Médico Rural de Haría (1916, 1924 y 1949)
Destacó como Médico en el Hospital del Buen Suceso de Madrid, en el "Instituto Oftálmico Nacional" y en el "Hospital Dieu" de Paris. Navegó como Médico de Emigración por América en los buques de la Compañía Transatlántica francesa.
Nace el 19 de abril de 1883 en Crespos (Ávila). Se licenció en la Facultad de Medicina de la Universidad de Salamanca en 1912. Hablaba correctamente el francés y portugués.
Pocas personas habrán sido tan sentidas en este pueblo de Haría como el médico Don Víctor Hernández de Lorenzo Cid. Su andadura por este municipio se inicia en 1916. Luego marcha y recorre muchos pueblos españoles, siempre por concurso de traslado como titular médico, e incluso cruza el Estrecho de Gibraltar. Se va a las ciudades de Tetuán y Tánger en el año 1923, durante la Guerra de África, para volver a sentir la llamada de Lanzarote por segunda vez.
Vuelve a sus andanzas y repite el mismo pueblo por donde se inició la medicina en Canarias: Hermigua.
Pasó por Tejeda donde estuvo en dos ocasiones. Allí fue alcalde de este municipio. Y en 1936 le dan la titularidad de Villa Carlos, pueblo cercano a Mahón en Menorca. Sale de Las Palmas de Gran Canaria dos días antes del levantamiento militar que originaria la Guerra Civil española. Pasa ésta en Mahón siendo capitán de la Armada y segundo Jefe de Sanidad de la Base Naval. Al terminar la guerra es depurado y represaliado por haber prestado su servicios al Gobierno de la República.
Posteriormente, vuelve de nuevo a La Gomera. Esta vez a Vallehermoso, y desde allí a Tegueste y Vilaflor en Tenerife. Su último traslado fue de Tegueste a Haría, en 1949, donde va por tercera vez, curiosamente, a la misma casa y despacho que ocupó treinta años antes y donde había fallecido su primera esposa.
La ilusión que tenía Don Víctor Hernández de Lorenzo Cid era depositar toda su confianza en su profesión medica familiar. Fue muy respetado por sus convecinos.
Su vida inquieta y andariega, terminó en Haría de Lanzarote el 16 de junio de 1953, a los 70 años de edad, cuando se encontraba tramitando su jubilación. Su cuerpo está sepultado en el cementerio de Haría.