PERSONAJES /  Jordán Franchy /  Portada

 

 

Fuente: MIRADOR DE CANARIAS: NUMERO 26
Febrero-Marzo, 1942 Año III
TENERIFE

 

Un poeta lanzaroteño de profesión, Francisco Jordán Franchy, tiene forzosamente que ocupar en este número de nuestra revista lugar preponderante. Pudiéramos, para hablar de Jordán,  natural de Haría, desenfundar nuestros  recuerdos y poner a contribución la amistad que con él nos une. Sin embargo, preferimos recoger fragmentos de la conferencia radiofónica que el notable escritor señor Padrón Acosta dedicó a Francisco Jordán, dentro del ciclo de exaltación a los escritores canarios que desde hace ya años viene desarrollando semanalmente ante el micrófono del Radio Club Tenerife. ¡Ojalá el espacio nos permitiera recoger integra la extensa conferencia, toda ella de máximo interés, como salida del serbo elocuente, moderno y poético de Padrón Acosta!

"Desde niño le atraía el misterio del mar que decoraba con festones de espuma su isla. Aquella visión despertó en él la vocación de marino, y a ésta ha consagrado su vida y sus ideales.

Es un hombre de extrema modestia literaria. En una ocasión dijo a un periodista: "Mis Libros son montones de versos escritos al azar, ejecutados con la profusión de las naturalezas salvajes que producen por necesidad de producir".

Jordán ha publicado los siguientes libros:

"Espigas y amapolas" (1.913), "Tinerfe" (1.913), "Adelfas" y cardos" (1.914), "Olas que pasan" (1.929), "Campana de a bordo" (1.934) y "Versos de Retaguardia" (1.938). Tiene, además, inéditos, "La isla azul" y "Playa sonora"

Francisco Jordán continúa la tradición de los poetas canarios marinos: Ignacio Negrín (1.830-1.885), Diego Estévanez (1.842-1.866), Tomás Morales (1.885-1921) y  Saulo Torón (1.885).

La poesía marina vivida es numen de sus versos. Mitos marinos, paisajes de mar, mujeres transformadas por él en sirenas, crepúsculos vistos en alta mar, el afán y a inquietud de la vida marinera, han quedado cautivos en la red de sus versos. La inspiración es la aguja de marear de su lírica bitácora. En el azul piróscafo de su poesía ha hecho su viaje este lírico argonauta. Cascadas de líricas espumas bordan los  acantilados de sus versos, y entre los roquedales de sus estrofas surgen rosadas sirenas que iluminan de mito el mar de su poesía azul. Y entre auroras de corales y de madréporas, hunden en el océano sus siluetas los  monstruos marinos que no están en la carta de marear de sus versos. Y los crepúsculos, como abanicos de colores y de sedas, ponen su tornasol entre la música marina de sus estrofas.

"Sobre la planicie azul de los versos de Jordán dibújanse aves de mar y bergantines, crepúsculos y dársenas, yates y puertos, mares e islas, faros y rocas, piróscafos y turbonadas, naufragios y nereidas, gnomos y sirenas, olas y vientos, campanas y playas, auroras y espumas".

El conferenciasta hace luego un amplio estudio técnico de los libros del poeta, señalando diversos trabajos y temas. Al final de la disertación, Padrón Acosta dice:

Lástima grande es que él no ha cantado la fisonomía de su tierra: paisajes, tradiciones, montañas, crepúsculos. Fisonomía de Lanzarote, tierra que mereció de Agustín Espinosa el maravilloso libro  "Lancelot". Rasgos de paisajes austero, de abruptas soledades aparecen en alguna de sus poesías, acaso aprendidas en el paisaje de Lanzarote. La estampa "El dromedario", de su libro "Adelfa y cardos", es el recuerdo más fuerte que de su tierra acusan sus libros.

Que estas páginas, cordialmente escritas, le muevan a exaltar en sus futuros versos la fisonomía lírica de su isla, él que tantas virtudes poéticas atesora para ello. Que así su musa atlántica con colores (mediterráneos) se hará doblemente atlántica. Así su poesía no será solamente piróscafo, sino también roca parda, desnuda, abrasada, encendida, la cual si antaño fue hambre de piratas argelinos, hoy es macerada por la luz y por la sed. Lanzarote será para los ojos devoradores de Francisco Jordán prisma de crepúsculos, galopar de colores con escarchas de soles estivales. Su fantasía mediterránea hallará en los mares de su isla sirenas ilusorias que le abrirán el secreto de los crepúsculos de Lancelot, la caja de sorpresas de sus colores y la rosa de los vientos de las tonalidades. Y sobre la roca parda y abrasada la luz se quebrará en fantasmagoría de piedras preciosas, tesoro  lírico para un joyel de crepúsculos, tesoro que Jordán pondrá junto a su irreal bitácora de poeta del mar.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 
MÁS INFORMACIÓN


FRANCISCO JORDÁN FRANCHY

OBRAS COMPLETAS