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Señoras, señores, buenas noches. Antes que nada, permitan que este pregonero muestre su gratitud a quienes se acordaron de él, de este simple comunicador, designándolo para pregonar las fiestas patronales de este pueblo. Un pueblo al que quiero, entre otras razones, porque lo he conocido de forma directa. Tan directa, como que fueron mis padres: Francisco Betancort Perdomo y Antonia Rodríguez González, hijos de este Valle, quienes me enseñaron a amarlo y quienes me dieron la oportunidad de compartir con la gente de aquí, viviendo en él una temporada, cuando todavía era un niño. Conocí este pueblo cuando todavía vivía de sus propios recursos, agrícolas casi en exclusividad, y conozco este pueblo en su progresiva incorporación al carro turístico por el que se ha apostado en la Isla de Lanzarote de un tiempo a esta parte.
De esta incorporación de Haría al carro de la modernidad que nos imponen los tiempos, quisiera hacer algunas consideraciones, exponer en alta voz, algunos razonamientos personales. Pero esto lo dejaré para el final, porque antes, creo que debo hacer mención, brevemente, a los aspectos tradicionales de la Festividad de San Juan Bautista, a las creencias populares de la noche mágica de San Juan.
Las noches como ésta, víspera de San Juan, coincide con la declinación mayor del Sol, con el Solsticio de Verano. Los pueblos (y entre ellos éste, faltaría más) se agrupan en torno al fuego, en un intento de simbolizar, con las hogueras, la renovación de la naturaleza y sus ciclos vitales: Cosechas, Salud, Amor…
El Agua y el Fuego, son los elementos simbólicos centrales de la noche de San Juan. El fuego simboliza la purificación, y el agua, juega el papel de limpiarlo todo.
Las creencias en torno a la noche mágica de San Juan, son muchas. Desde la moza que en edad de enamorar recurre a los papelitos en el agua para que ésta desvele el nombre de su futuro marido, o las papas o duraznos peladitos debajo de la cama, como dice la canción de Juan del Río Ayala, que dirán igualmente quién será su amor, hasta la esperanza del campesino, que intenta saber qué meses serán buenos de lluvia, poniendo al sereno 12 montoncitos de sal, o pasado por la creencia de que el que se baña en el mar a las 12 de la noche, y recibe 9 golpes de ola, queda purificado de sus enfermedades. Pero tiene que ser por San Juan, una noche como ésta, porque los baños en el mar antes de esta fecha, son muy malos. Hay un dicho popular que dice: “Hasta San Juan no te bañes, que te hace daño el agua”. Estos baños también sirven para los animales. Son muchos los pastores que llevan sus rebaños hasta el mar para, en el momento de amanecer, permitir que estos se bañen, en un intento de lograr medidas médico-preventivas.
Estas creencias y tradiciones, sin razón de ser desde hace ya bastantes años, señalaban el día 24 de Junio como fecha para iniciar las excursiones a la Playa. Una sábana, cuatro palos, y ya estaba construida una caseta, donde pasar un buen día de playa con la familia. Como es época de recolección de cosechas, la comida tenía un carácter especial donde destacaban sabrosos asaderos de piñas, y se permitía alguna que otra copilla de más. Algunos agradecían el baño en el mar porque así aligeraban la resaca, pero escuchaban aquella copla que dice: “En la mañana de San Juan, cuando la gente madruga, el que con vino se acuesta, con agua se desayuna”. Seguro que más de uno estará mañana pegado al bernegal, apagando las calderas, pero pensando aquello de “Que me quiten lo bailao”.
En fin, creamos o no en esta noche mágica, en estas tradiciones, lo cierto es que son fechas éstas guardadas con ansiedad para poner en marcha mil esperanzados vaticinios y conjuros, pero que la luz del alba viene a poner fin a sueños e ilusiones.
Unos sueños e ilusiones base de nuestra existencia, pero que la realidad nos obliga a poner los pies en el suelo, girar firme y afrontar el día a día. Un día a día del que sabe mucho el norteño. Por eso, por lo que sabe, ha de tener ojo avizor. Junio también es el mes de la modorra, época en la que nos da somnolencia. Nos dormimos en la flor de un berro. Ya lo dice la copla: ”En Abril, duerme el mozo ruin; En Mayo, duermen el mozo y el amo; Y por San Juan, todos los que en la casa están”.
Bien, pues aunque el pueblo es lo suficientemente maduro como para saber lo que quiere y a donde va, sin necesidad de que nadie venga a decirle lo que tiene que hacer, permítanme solo unos apuntes, a modo de simple reflexión: “No se duerman”. Y mucho menos “que les duerman”.
En esta isla, como ha ocurrido con otras, se ha apostado por vivir del fenómeno llamado turismo. Este Municipio, pionero en el desarrollo del sector, adaptando sus espacios naturales, quedó relegado (y en buena hora) cuando llegó la fiebre de las grandes urbanizaciones. Ahora, que ya han llenado de cemento “la vuelta abajo”, empiezan a poner los ojos en “la vuelta arriba”, concretamente en este Municipio de Haría, a donde por fortuna no ha llegado la masificación, y por lo tanto mantiene el sosiego y una calidad medioambiental de privilegio.
Y es aquí, en este punto, donde el Norteño, el ciudadano de Haría debe decidir su futuro. No solo del propio Municipio, sino del auténtico pulmón de la isla de Lanzarote. La isla, como saben, fue declarada por la UNESCO, en 1.993, Reserva de la Biosfera. Bueno, pues si ustedes se empeñan, Haría puede convertirse en la Reserva de esa Reserva, permítanme la redundancia. Las condiciones naturales del Municipio, son absolutamente favorables para ello. Las condiciones y decisiones futuras han de ponerlas los habitantes de este pueblo.
Las decisiones no hay que dejarlas solo en manos de los políticos. Hay que trabajar, codo a codo, con ellos, los representantes democráticamente elegidos, aportándoles ideas y posibles soluciones, pero dejándoles claro que no se debe ni puede hipotecar el futuro por caprichos o historias para no dormir.
Eso sí, hay que trabajar mucho. Los más jóvenes deben asumir esa responsabilidad, contando, en todo momento, con la gran experiencia de los menos jóvenes. Es mucho lo que está por hacer y mucho más el peligro que acecha al Norte. Se me antoja que habría que controlar e impedir que lleguen hasta aquí los especuladores de todo tipo. Sobre todo los especuladores del suelo, que como auténticas aves de rapiña, caen sobre su presa adquiriendo terrenos a muy bajo precio para parcelarios luego y llenarlos de cemento como ha ocurrido en casi toda la isla.
¿Cerrar la puerta al pregonero?...!De ninguna manera¡… Pero que el progreso sea como ustedes digan. Aquí, para ambiciones, las propias. El que llegue a Haría, debe de tener claro que le sobra el reloj; Que debe adaptarse a la idiosincrasia de sus habitantes; Que tiene que respetar su cultura (le guste más o menos); Y que el entorno se respeta igualmente o más, a como lo hace en su pueblo de origen. Esto, dicho así, puede parecer muy fuerte. Sobre todo a quienes entienden (erróneamente, claro) que al turismo hay que darle lo que pida porque para eso paga. Se equivocan, y hay que obligarles a cambiar, porque el turismo, tal y como está concebido en Canarias, además de ser nuestra mayor fuente de riqueza, es también el mayor peligro que tiene nuestra cultura. Baste el ejemplo que islas como Lanzarote y Fuerteventura soportan, permanentemente, una población foránea superior a la autóctona. Lanzarote, que no llega a tener CIEN MIL habitantes, soporta a más de CIENTO CINCUENTA MIL personas de fuera, entre turistas, y gente que, al amparo del maná que esto supone, recalan por la isla y se quedan. Unos a vivir y otros a malvivir o hacerlo del pillaje. Si son más habitantes los de fuera ¿no acaban con nuestra forma de ser?... Eso lo estamos comprobando de manera vertiginosa, y desde luego, si no le ponemos freno……
Haría, puede y debe convertirse en la conciencia de la isla de Lanzarote. Haría puede marcar la pauta de lo que supone acabar con tanto desatino y disparate promovido por DON DINERO, con la connivencia de algunos conejeros de ambiciones desmedidas, y demostrar que se puede vivir del turismo sin necesidad de hipotecar el futuro y recurrir a la destrucción paisajística y cultual.
En Haría hay muchas cosas por hacer, y lo tienen que hacer sus habitantes. Para eso, tienen que organizarse, exigir información a las instituciones para poder acogerse a las ayudas de todo tipo que existen para proyectos, ceración de cooperativas, ayudas agrícolas, etc. del dinero que viene de la Unión Europea (un maná que no durará siempre, y si no al tiempo), el Gobierno Canario aprobó en Abril del año pasado, en un Concejo de Gobierno precisamente celebrado aquí en Lanzarote, un decreto para subvencionar el mantenimiento de la Agricultura medio-ambiental de la isla de Lanzarote. Hasta ahora no ha llegado el dinero, porque, una vez más, las cosas no se han hecho correctamente, pero llegará. No se sabe cuándo, pero llegará. Pero la cuestión no es vivir de la subvención, vivir de la limosna, porque esto es un caramelo que te ponen en boca, y cuando empiezas a saborearlo, te lo quitan.
La cuestión es aprovechar estas subvenciones para recuperar el campo, las tareas agrícolas. Como dice la Carta aprobada en la Conferencia Mundial de Turismo Sostenible, celebrada precisamente en este Municipio, en Los Jameos del Agua, “el desarrollo debe fundamentarse en criterios de sostenibilidad, soportable ecológicamente a largo plazo, viable económicamente y aceptable socialmente. Evitar que se agoten los recursos, sin dejar de vivir de ellos, renovándolos normalmente”.
Los recursos y las posibilidades de este pueblo, son innumerables: Turismo rural, con reconversión de casonas en pequeños hoteles; Rutas campestres con burros y camellos; una buena organización en el amplio mundo de la artesanía, en la que se podría incluir la gastronomía tradicional; consolidar, en un tiempo no muy lejano, un vino de la zona norte, aprovechando la producción que ahora mismo se hace individualmente; ahora que el agua en Lanzarote no es un problema, aprovechar el potencial agrícola de Haría para recuperar un sector tan importante como éste, sobre todo en grano y frutales. Además, el agua de los pozos puede aprovecharse potabilizándola con pequeñas desaladoras, ó una colectiva. En fin, lo que ustedes quieran y más. Simplemente dos apuntes, y con ellos termino.
Los tunos, los sabrosos tunos de Lanzarote, pueden ser un potencial económico extraordinario. Además de la producción de la cochinilla, el Tuno, según estudios realizados hace ya algún tiempo, alivia la diabetes. Los Japoneses saben mucho de esto, pues las compran las pencas a Méjico, país éste donde la tunera se vende en los mercados, sin púas, preparados ya para comer, porque su sabor, según dicen, es muy parecido a la habichuela. Y sin necesidad de acudir tan lejos, Los Palmeros venden los tunos en Europa. Por ejemplo, en la Capital de Suecia, en Estocolmo, un kilo de tunos cuesta más caro que un kilo de plátanos. Y se consumen los tunos. Y Los Palmeros, calladitos, vendiendo un producto que no da mucho trabajo, y que prácticamente se ha desechado en esta y otras islas, donde abundan, y son más sabrosos. Es un apunte. Y otro:
Desde siempre escuché a mis padres hablar de las excelencias de las aguas del manantial del Chafariz, en Temisa, de la calidad de estas aguas, que incluso tenían propiedades digestivas. Ya Grorge Glass, hablando de la Fuente de Guza, en el Risco de Famara, destacaba este extremo. Pedí datos sobre el Chafariz, y el archivo viviente de este Municipio, Gregorio Barreto Viñoly, me apuntó, cosa que le agradezco, la existencia de un manantial principal que en su momento daba 6.000 litros diarios, además de fuentes conocidas como “El Chupadero” Las siete gotas”, y otros. Mis padres me hablaban de ello, sobre todo de “Las siete gotas”, y me decían que esta agua no se la daban a los animales, sobre todo a los camellos, porque se le erizaban los pelos y adelgazaban. Parece que les hacía hacer la digestión muy deprisa, y adelgazaban. Buen dato éste. ¿Se imaginan la producción de Agua “El Chafariz” (recuperando el nombre, claro) con el reclamo (habría que comprobar si es cierto) de “agua adelgazante”?... Las mujeres y todos los gordos del mundo la demandarán pagando lo que haga falta.
Concluyo, Señoras y Señores. Disculpen que en Fiestas les haya hablado de “trabajo”, pero ya se sabe. Las fiestas se acaban y la realidad continúa. Y la realidad ahora mismo es el divertimento. Por tanto, aparquemos cuestiones de trabajo y responsabilidades, y disfrutemos del jolgorio.
Felices Fiestas.