PREGONES DE HARÍA > Índice
Dignísimas Autoridades, queridos convecinos: hace unos meses y en una comida en Órzola con nuestro buen amigo Pepe Torres (Iltmo. Sr. Alcalde de nuestro Pueblo), me comentó que fuera pensando en la posibilidad de ser yo el pregonero, de esta Fiesta de San Juan, en el Año 2001.
Por ello cuando hace escasamente un mes se me comunica que, si fuera posible, viera la posibilidad de que la lectura del Pregón fuera este mismo Año, me quedé un tanto desconcertado ante el escaso tiempo que tenía para elaborar dignamente un Pregón acorde con lo que se merece nuestro Pueblo, pero al mismo tiempo me sentí orgulloso de que se pensara en mí para este evento, máxime porque a pesar de llevar tantos años viviendo en Las Palmas y haberme realizado allí, tanto familiar como profesionalmente, me siento lanzaroteño hasta la médula y especialmente de este pueblo de Haría, al cual me siento profundamente ligado por lazos familiares y sentimentales.
Mis padres nacieron y vivieron aquí en Haría. Querían entrañablemente a nuestro Tierra y ellos hicieron que mis hermanos y yo también quisiéramos y amáramos este pueblo donde pasaron nuestros primeros años y al que, cada vez que había una oportunidad acudíamos, sobre todo en Navidad y Verano aprovechando las vacaciones.
Ante la premura de tiempo para preparar este Pregón, tuve que contactar con distintas personas que han colaborado desinteresadamente conmigo y lo han hecho con la máxima celeridad, para que este modesto pregonero pueda hacerlo lo mejor posible. Por ello quiero agradecer especialmente a D. Gregorio Barreto su magnífica aportación bibliográfica con respecto a la propia Fiesta, a su entorno y a lo que en nuestro Pueblo ha significado y significa. Gracias también a todos aquellos compañeros y amigos de los años juveniles que de una ú otra forma han participado en la elaboración de este Pregón y que aportando vivencias conjuntas me han retrotraído a épocas de la niñez y juventud.
En mis años juveniles había dos Fiestas grandes en Haría, la una era San Juan el día 24 de Junio y la otra el 30 de Agosto día de Santa Rosa. Ambas Fiestas eran importantes, no sólo en el Pueblo sino a nivel de toda la Isla.
Ambas se celebraban en verano, ambas tenían similar importancia y en ambas disfrutábamos todos los que allí estábamos y allí nos reuníamos durante los meses de verano.
Recuerdo ambas fiestas como hitos importantes dentro de la vida del pueblo. Nuestra vieja Iglesia preparada y adornada para la ocasión, la Misa magnificada y celebrada por nuestro recordado D. Juan Arocha, Párroco de este pueblo durante muchos años y que dejó profunda huella en nosotros y en todos los convecinos de la época, la plaza de tierra con los mismos árboles actuales y los bancos de madera donde en tantas y tantas ocasiones nos sentamos, donde hicimos buenos y grandes amigos y donde se inician nuestros primeros escarceos amorosos, esa plaza adornada especialmente para ese día tan singular, esa plaza que tras la función religiosa quedaba pequeña, ya que en ella se reunía prácticamente todo el pueblo para pasear, para hablar, para darle una especial significación a lo que ese día representaba para todos los que allí vivíamos.
En la tarde, en ocasiones jugábamos algún partido de Fútbol formando parte de un Equipo representativo del Pueblo (Antonio Betancort, Agustín Acosta, Chano, Adolfo Acuña, Nicolás Reyes, Pepín Betancort, Quino Melgarejo y tantos y tantos otros, que harían interminable esta lista) y jugábamos contra otro equipo, generalmente representando a otro pueblo de la Isla. Unas veces se ganaba y otras se perdía, pero siempre, siempre, con gran deportividad y un enorme deseo de pasarlo bien.
En otras ocasiones se celebra alguna luchada con representantes de otros pueblos ú otras Islas, aprovechando con frecuencia la llegada de equipos de lucha con motivo de éstas ú otras fiestas de la Isla.
Recuerdo con agrado los “Chiringuitos” y “Ventorrillos”, por llamarlos así familiarmente, montados en la carretera y en la parte superior de la plaza, que recorríamos uno a uno y con los cuales disfrutábamos, fundamentalmente en los primeros años, ya que en la juventud preferíamos frecuentar los bailes, ya fuera en la propia plaza del Pueblo, en “El Billar” de los hermanos Rodríguez Lasso (¿Quién no recuerda a Quiles, compañero de aquellos años, trabajador infatigable y sudoroso, corriendo de un lado a otro y sirviéndonos las copas que en esa época tomábamos, para entre risas y bailes aguantar en pié hasta el día siguiente?, ó en casa de Joaquín (en el “Bar Tres Hermanos”), nos sentimos a gusto con nuestras charlas, nuestras risas, nuestros bailes y nuestras bromas.
Sigo recordando el día de San Juan y revivo mentalmente este recuerdo como si retrocediéramos a aquellos años mozos en que empezábamos a vivir el inicio de la juventud, esa edad en que se exprime al máximo el jugo a la vida, en que el tiempo pasa muy lentamente, en que parece que nunca se va a hacer uno mayor, una bella época que jamás podríamos olvidar y por supuesto revivir y que siempre permanecerá en nuestro recuerdo.
Tradicionalmente y desde el Siglo XVII, con motivo de la creación de nuestra Parroquia, se celebra la Fiesta de Nuestra Señora de La Encarnación el día 25 de Marzo y esta fue durante muchos años la Fiesta más enraizada en nuestro Municipio, aunque es realmente la Fiesta de San Juan Bautista, cuyo origen se remonta a la construcción de la Ermita de San Juan, la que más implantación tendrá en la vida del Pueblo, quedando la Fiesta de Nuestra Señora de la Encarnación como Fiesta eminentemente religiosa.
Hace muchos años que la Fiesta de Santa Rosa se ha desplazado a Órzola, aunque durante la década de los 70 se celebraba tanto allí como en nuestro Pueblo de Haría y es en los 80 cuando deja de celebrarse la Fiesta de Santa Rosa en Haría y se potencia la de San Juan aquí, dándosele todo el esplendor que tiene en la actualidad, y asimismo también son muchos más años que ésos, los que llevo yo sin disfrutar ni vivir nuestra Fiesta de San Juan, por lo que me considero afortunado por el honor que para mí, hijo de este Pueblo, significa ser Pregonero de su Fiesta representativa y además por poder vivir de nuevo ese día de San Juan que tantos años hace celebrábamos y que con tanto cariño e ilusión recordamos.
Siempre se han celebrado Fiestas organizadas en los distintos Pueblos del Municipio (Haría, Máguez y Mala) especialmente en los Veranos. Y es a partir de los años 70, en que muchas familias marchaban a vivir a las playas en los meses de Verano (Arrieta, Órzola y Punta Mujeres), cuando algunas de estas Fiestas se van con éllos hacia sus destinos playeros y ello ha sido lo que ha motivado que algunas Fiestas ya no se celebren en Haría y que esta Fiesta de San Juan haya adquirido en los últimos años aun más relieve que en épocas precedentes.
Si nos remontamos a épocas anteriores a la década de los 60, nos encontramos con que en dichas Fiestas se celebran aquellos bailes que en su día se llamaban bailes de Timple y Guitarra y después fueron conocidos por bailes de Candil, asimismo y haciendo historia retrospectiva hubo una época en que existían dos Sociedades Recreativas llamadas, Casino de arriba y Casino de abajo ó Sociedad de los Ricos y Sociedad de los Pobres y ya en mi época, como dije anteriormente, fueron el Café de Aquilino (“El Billar”) y el Bar “Tres Hermanos”. Con posterioridad se creó la Sociedad de Cultura y Recreo “Amigos de Haría” que pasó luego a llamarse Centro Socio-Cultural “Tegala” y que administra, en la actualidad, nuestro Ayuntamiento.
Finalizo ya este Pregón de la Fiesta de San Juan Bautista del Municipio de Haría y lo hago porque sé, al igual que lo saben todos Vds., que los Pregones cuando son largos estigmatizan con el signo de la pesadez a quién actúa de pregonero y termino deseándoles a todos que tengan una Feliz Fiesta y agradecimiento, especialmente, al IItmo. Sr. Alcalde de nuestro Ayuntamiento, la deferencia que ha tenido conmigo encomendándome la confección y lectura de este Pregón, a todos Vds., convecinos de Haría, también por haber tenido la benevolencia y la paciencia de aguantarme y soportarme durante este tiempo en que los he tenido prisioneros de la lectura de este Pregón. Asimismo quiero agradecer la presencia en la lectura de este Pregón, de mi Esposa, de mis hermanos, de mis primos y amigos, de mi colega Urólogo Dr. Sáenz y la presencia de una buena amiga, la Dra. Blanca Fraguela, que fuera Directora-Gerente del Complejo Hospitalario Materno-Insular, durante mi primera etapa como Director Médico del Hospital Universitario Insular de Gran Canaria, gracias a todos.