PREGONES DE MÁGUEZ > Índice
Buenas noches a todas las personas asistentes.
Quiero dar las gracias a la directiva y a la Comisión de Fiestas de Santa Bárbara 2003 por el honor de elegirme pregonero de estas fiestas y como no, agradecerle a nuestro Alcalde su presencia en este acto.
La verdad es que en estas ocasiones te sientes orgulloso de ser de Máguez. He vivido los últimos pregones como los de Chanito, el de María Dolores y otros, pero el pregón que más me caló fue el de Gregorio Barreto, sin menospreciar a los demás. Fue un pregón lleno de historias y vivencias de Máguez.
Mis recuerdos sobre las fiestas de Santa Bárbara se remontan a mi infancia.
Creo que era la fiesta más arraigada en el sentir de nuestra gente y es de la cual voy a hablar hoy.
Esperábamos con ansiedad el 4 de diciembre. En todas las familias se palpitaba la llegada de las fiestas.
Las mujeres que iban al campo dejaban de hacerlo y preparaban la casa para recibir a las familias y amigos que nos visitaban. Se albeaban las casas con un trozo de piel de oveja y se llenaban los colchones con camisas de Millo o con lana, los que la tenían.
Se engalanaba la plaza y patio de la antigua ermita con palmeras, formando unos bonitos arcos.
Se improvisaba en habitaciones que daban a la plaza, pintorescos ventorrillos, donde abundaban nuestros ricos vinos, gaseosa y ron con miel, las bebidas de esa época.
Las familias por estas fiestas preparaban una suculenta comida de carne de gallina estofada y una rica sopa.
El pan se hacía en casa y, aprovechando el calor del horno, se hacían unos riquísimos mantecados.
Máguez se dividía en barrios: La Cancela, el Tefío, Las Casillas, Barrio de Abajo y otros, existiendo una rivalidad entre ellos, pero ojo, una rivalidad sana.
Los barrios se engalanaban y se disputaban el paso de la procesión, que solía ser muy larga y siempre por calles diferentes, reinaba un orden y una devoción impresionantes.
Máguez llegó a tener próximo al millar de habitantes, para descender de forma alarmante debido a la fuga de sus gentes a zonas costeras.
En “la fiesta profana”, como la llamaban los curas de entonces, o había bailes o había procesión pero no las dos cosas. En Máguez llegó a celebrarse en la sociedad votaciones para una cosa o la otra, eso lo que hacía era dividir al pueblo.
Los bailes en Máguez eran multitudinarios, nos visitaban de varios pueblos, siendo con las de San Bartolomé, las fiestas más apreciadas.
Máguez es un pueblo acogedor y laborioso. Yo le pediría a la juventud que busquemos y rescatemos nuestras costumbres para que Máguez siga siendo lo que antaño fue.
Un acontecimiento muy familiar era la descamisada de piñas que se hacía muy temprano o al atardecer con el fin de que la camisa de la piña estuviera "amorosa".
En la recogida de uvas intervenían todos los familiares y vecinos, había en Máguez varias bodegas. ¿Quién no tenía 2 o tres barriquitas del vino tan rico y apreciado en otras islas?
Las matanzas de cerdos eran muy originales. Se invitaban a familiares, vecinos y amigos, se hacían morcillas, chorizos, adobo y aquellos chicharrones tan ricos. Todo esto pasó a la historia. Entonces, durante meses se comía de las carnes y grasa del cochino: gracias que en aquellos tiempos no se conocía el colesterol.
INCIDENCIAS EN LA CULTURA DE MÁGUEZ.
Los mayores comentaban que no había maestros en Máguez, que había que ir a Haría. Más tarde en Tahoyo daban clases particulares Doña Guillermina y Doña Rafaela Viñoly Perdomo.
En el año 27-28 llegó a Máguez un maestro catalán, Don José Forna. La situación política de aquel entonces era turbulenta, además de maestro era un gran político, muy cariñoso y trabajador y en poco tiempo se ganó el aprecio y cariño de nuestra gente.
Varios maestros son recordados en Máguez, como son Don José Jaime López, Doña Gertrudis y Doña Tula, Las clases se daban en casa de Laurencio y Doña Rafaela Mesa donde era la tienda de Salvador. Otros maestros que no olvidaremos en Máguez, son Don Domingo Barreto, Doña Eloísa, Don Juan Valenciano, Don Víctor, Don Alejandro y un sinfín de educadores que dejaron un buen recuerdo en sus alumnos. Pero por fin recaló un maestro en Máguez: Don José Castillo Mendoza, que marcó un hito de cultura y educación nunca visto. Fue persona apreciada por padres y alumnos.
Con él se formaron Ginés Betancor, Dionisio, Mario Pérez, Jesús Rivera y otros, pero fue en el curso siguiente cuando empezó a dar fruto su trabajo formando a gente como Juan Niz, Manolo Figueroa, Gregorio Barreto, Félix, Rafael Rivera.
De esta promoción salieron dos grandes profesionales de la enseñanza, Don Chano Fernández y Eugenio Torres mientras otros como yo, por ejemplo, quedamos a mitad del camino, pero gracias a la formación que recibimos, cada uno de nosotros nos forjamos nuestro porvenir.
Estudiar en esa época era difícil, había que hacerlo en Arrecife, las comunicaciones eran escasas y la economía muy pobre.
Con la creación de una academia en Haría, promovida por Don Enrique Dorta y varios colaboradores como la farmacéutica Doña Josefina y otros, hasta que se creó el Colegio Libre de Enseñanza, que más tarde se convirtió en Sección Delegada del Instituto Blas Cabrera. Desde entonces era más fácil estudiar, saliendo en esa época maestros, médicos, arquitectos y una gran diversidad de profesiones.
TEATRO
Las primeras nociones que tengo de teatro en Máguez fue de un señor al que le decían "Don Perfume". De tarde en tarde, se hacía algún teatro de aficionados de Haría. Fue en el año 1956 cuando un grupo de soldados del Batallón de Arrecife hacían música y canto junto a una nieta de la Señora Leonor. En dichas actuaciones se hacían comedias, estando la gente tan a gusto que el espectáculo duraba hasta la madrugada. Intervenían las hermanas Camejo, Mari Carmen, Teresa Rodríguez, Antonia Acuña y otras. La última representación, se hizo en Guatiza con tan mala suerte que al regresar el 19 de marzo de 1956; él camión volcó a la altura del Barranco de Trujillo.
El primero en salir del camión fui yo y durante varios segundos no salía nadie más - a mi me parecieron horas. Empezó a salir la gente por su propio pie y como anécdota, mi madre salió abrazada a una lata de galletas donde iba la recaudación del teatro: 80 pesetas.
En la cabina del coche venía Manuel Rodríguez, que se fracturó un brazo, su hija María quería llevarlo a la carretera y él decía que si no encontraban su sombrero, no salía.
Más tarde llegó un grupo de chicas y chicos que hacían teatro de maravilla. En la actualidad, gracias a un grupo de mujeres, unas mayores y otras no tanto, han mantenido una tradición de años, a veces con muchas dificultades.
DEPORTES
Máguez ha sido un pueblo pionero en gran variedad de deportes, lucha canaria, fútbol, juego del palo y juego de bolas. Era asombroso como los jóvenes practicaban a la vez varios de estos deportes.
LUCHA CANARIA
Un gran entusiasta de la lucha canaria fue Don Juan Bautista de León que creó un equipo de lucha con el nombre de Rodríguez Perdomo, luchador que se escapa a mis recuerdos pero, si de oídas recuerdo a Don Manuel de León, al ya nombrado Juan Bautista, los hermanos Laurencio, Celedonio Figueroa, y los hermanos Feo Barreto.
Más tarde destacaron Don Pedro Luzardo, Don Sebastián Camelo y algunos más.
El Señor Bautista llegó a conseguir un equipo seguido por una gran afición y unos formidables luchadores. No solo bregaban en la isla, sino que hacían desplazamientos a otras. Destacamos luchadores como Pedro Perdomo, José Feo Reyes (el Artista), los hermanos Adolfo y Ginés, Julio Barreto, los hermanos Figueroa, los hermanos Niz y muchos más.
Decayendo el equipo de Máguez, se buscó un puntal fuera (para darle fuerza al equipo) y se trajo al 'Herreño', quedándose en Máguez como uno más de nosotros.
Más tarde apareció un gigante de la lucha canaria, Heraclio Niz, muy vinculado a Máguez, pues era sobrino de la maestra Doña Rafaela Mesa. Más tarde tuvimos un fenómeno de la lucha canaria, hijo de nuestro pueblo: Andrés Luzardo, que llegó a ser uno de los mejores luchadores del Archipiélago Canario.
FÚTBOL
Es increíble que un pueblo tan pequeño se creara hasta dos equipos de fútbol, la iniciativa y promoción del mismo las llevó a cabo Pancho el Cubano, había mucha rivalidad sana entre ambos porque toda la juventud era de uno u otro equipo.
JUEGO DEL PALO
El juego del Palo tuvo bastante arraigo en el pueblo, vino del pueblo de Tías de mano de Don Pedro Viñoly. Fueron los hermanos Feo Barreto quienes lo divulgaron, uno de los adelantados de este deporte fue Cristín Feo.
¿CÓMO NOS DIVERTÍAMOS?
En Máguez la Juventud nos divertíamos de una manera sana, hacíamos nuestros balones de trapo, lana y algodón, todo envuelto en un calcetín también viejo. Hacíamos cometas de cañas y el papel se lo pedíamos en la tienda de López, habiendo entre nosotros algunos mañosos para estos menesteres. Era muy tradicional hacer asaderos de piñas con queso tierno, siempre en la orilla del mar, como aquellas comidas que se hacían en “Los Jameos del Agua” cuando estaba en su entorno natural.
Como hay olorcito a sancocho que nos espera, doy por terminado el pregón. Les deseo a todos unas fiestas muy felices. Gracias a todos y a divertirse.