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Sr. Alcalde, concejales del Ayuntamiento de Haría, Presidente y Junta Directiva del Centro Democrático de  Máguez, vecinos/as, amigos/as.

   Por encargo del Alcalde-Presidente del Ayuntamiento de Haría, y  el Presidente del Centro Democrático de Máguez, he aceptado ser pregonero de las Fiestas de Santa Bárbara, patrona de nuestro pueblo.

   Como vecino de este pueblo pretendo ofrecerles mis vivencias desde mi infancia, deteniéndome en aquellos recuerdos, que más han marcado mi vida entre ustedes.

    Pretendo darles a conocer mis recuerdos, destacando las diferencias de un Máguez de antes a otro más cercano, y que a la vez sirva de recordatorio entre los más jóvenes las diferencias entre un Máguez del ayer y de hoy.

   Las primeras letras las aprendí en la escuela pública de este pueblo, contribuyeron a ello, D. Juan Viera Palmés “el coreano”, D. Cristóbal, pero el que me dejó más huella fue D. Alejandro Olbés Palma(fallecido hace pocos años en Corralejo).

   Los bancos-pupitres eran de madera donde nos sentábamos cinco alumnos, en el tablero en unos orificios colocábamos el tintero, y debajo colocábamos: libro de grado Medio, una libreta para todo y pizarra y pizarrín ¡cúanta diferencia con el material actual! ¡se imaginan los problemas de disciplina hoy!

    Los recreos eran en plena calle, donde no habían problemas con la circulación, y nos entreteníamos jugando, según la estación del año, al boliche, al trompo, la tángana, la piola, al fincho, huevo, araña o caña, y una pelota hecha de un calcetín, relleno con trapos viejos.

  Por las tardes después de salir de la escuela, en las casillas o en los cascajos nos divertíamos con unos carros de madera, donde lo subíamos a lo más alto de la cuesta y bajábamos la pendiente. Entre los mejores puedo citar a los de Marcial Barreto Viñoly y Tomás Niz Luzardo.

    Con D. Alejandro realicé una experiencia de ver un eclipse desde la Montaña de los Llanos, para esto nos ahumó unos trozos de cristal para utilizarlos como protector de la vista.

    También recuerdo que en una visita de la Srta. Inpectora Dª Cándida Cadena Campos  lo  felicitó  por la preparación de sus alumnos, y por ello realizamos una de excursión a Órzola.

    En vacaciones de verano asistía a las clases particulares de Eloísa Barreto Viñoly.

    Para seguir completando mis estudios asistí a la Academia de Haría fundada por el cura D. Enrique Dorta Alfonso, le acompañaban en su labor docente D. Domingo Barreto, Salvador Pérez, Domingo Pérez, Aída Reyes y Carlos Betancort ya fallecido.

   Al decaer la Academia de Haría por diferentes motivos, continué mis estudios en Máguez con el matrimonio formado por Clarisa Curbelo y Ginés Espino.

    Y finalizó mi formación en Arrecife en la Academia formada por Pepe Espino y Marcial López Toribio, en lo alto del Salón Rosa, hoy bajos del Banco de Bilbao, componían el equipo de profesores: el veterinario José Leiva Moreno, y los Tenientes de infantería del Batallón de Lanzarote: José Borges Cristelli y Miguel García Pastor.

    Los estudios de Magisterio, debido a la economía de nuestros padres no daban para enviarnos a las Escuela del Magisterio de Las Palmas, pero en Junio y Septiembre venían de Las Palmas de Gran Canaria a Arrecife, donde nos examinaban en el Instituto de Agustín Espinosa hoy, un tribunal de la Escuela del Magisterio “López Botas”, financiado en parte por el Cabildo Insular de Lanzarote y aportación económica de nuestros padres. 

    ECONOMÍA de MÁGUEZ

    Las gentes de este pueblo han sido consideradas, por el resto de la isla, como personas muy trabajadoras y responsables.

    Su principal actividad económica era la agricultura artesana, desde muy temprano los propietarios y peones preparaban: animales, semillas, aperos, etc., necesarios para un día duro de trabajo y empezar la labor a la salida del sol.

    Los terrenos se recubrieron de arena, para mayor fertilidad, y eso suponía una dificultad para realizar las labores agrícolas: surcar, plantar con plantón.

   Además destacaban otras labores tan duras y esforzadas como: arrancar, lo que se hacía en las primeras horas matutinas, mientras la sementera estaba “amorosa”, y cuando se ponía “bronca” se continuaba el día, recolectando “papas”.

    A las dificultades anteriores hay que añadirles, el que para ir y venir a la finca era necesario ir caminando, unos pocos podían permitirse ir a lomos de algún animal.

    El agricultor se ayudaba del camello y el burro para   las duras tareas agrícolas Para  realizar  algunas de  ellas  se  formaban  las  llamadas   “camelladas”.

     La trilla se realizaba en la era (además servía de recogida de agua), con animales, especialmente burros unidos por el cuello con una soga, a este conjunto se le llamaba “cobra”, o trillar con cobra. Los vecinos eran muy solidarios y se prestaban los animales para esta labor agrícola. Pero el trigo tenía características diferentes porque además de separar el grano de la paja, se continuaba con el trillo para trocear más los tallos y lo pudieran comer mejor los animales. Además era todo un espectáculo esta actividad, porque encima de este apero, subíamos todos los niños, y en aquella época era como hoy en San Ginés “los cochitos chocones”.

   Era habitual en las fechas de recolección, que algunos niños se acercaban al camello que conducía la sementera a su casa y te decían ¿una ramita? Y si era en la época de la vendimia ¿un racimito?.

    En aquella época era fácil vender los productos, porque los intermediarios te llegaban por la era cuando las trillabas y de aquí para el consumidor, se comentaba en Arrecife que las papas buenas se las comían ellos y las embichadas los campesinos.

   Destacados compradores fueron: Miguel Martínez “Miguelito”, y su acompañante fiel Álvaro Montenegro. Entre otros muchos. El último que recuerdo  fue  a  Celestino.

 Uno de los graves problemas de la agricultura es la desaparición de los intermediarios.

Dos  por  otra  parte fue  el  desarrollo  turístico  que  a  partir de  la  segunda  mitad  de  la  década  de  los  60  adquirió  la  isla.

   Como destacados camelleros puedo recordar a Juan Zerpa, Rafael Curbelo, y Eugenio Socas Jordán.

    También recuerdo con alegría por haberla visto muchas veces, al pasar por delante de mi casa, a Bárbara Torres conduciendo sus mercancías en sus dos burros.   

    La plantación de palmeras tuvo dos épocas: la primera para poder cultivar mejor, al absorber el agua de la finca y segunda, por economía, una fila de palmeras producía más, que plantada de arbejas o sea un duro por palmera. La poda se realizaba en Junio anualmente

     El agua fue un líquido muy importante en épocas anteriores, por su escasez, se recogía de las azoteas de las casas, de la calle haciendo un “talabardón”, pasando primero por la “culadera” donde se depositaba la arena arrastrada por el agua.

    Por lo anterior, lo primero que se hacía cuando se decidía construir una casa era el aljibe, que servía para saciar la sed de las personas y animales.

   La escasez de agua en algunos años había que traerla en animales, con barricas o barriles desde el Chafariz, o las fuentes de Gayo, en ambos lugares fue necesario guardar cola, se iba por la tarde y se regresaba de madrugada.               

OFICIOS E INDUSTRIAS

 

  GANADERÍA.- Era muy habitual que cada familia tuviera un pequeño ganado de cabras en las gañanías de su casa, para completar su alimentación, al producirle carne, leche o queso, éste producto contribuyó a mejorar la situación socioeconómica, cuando los intermediarios: Miguel Torres, Antonio y Vicente, los exportaban a Gran Canaria.

   El más importante ganado fue el de Santiago Barreto, pastoreado por varios vecinos de este pueblo como: Jorge Olivero Perdomo, Rafael Niz.

    Otro de los ganados de cabras fue el de Pablo Torres, y el de su hijo Angelito.

     También poseyó un importante ganado Ambrosio Luzardo Viñoly.

     Y finalmente cuando regresó de Gran Canaria, Floro, vino acompañado de un ganado, pero antes había emigrado al tomate al sur de esa isla con su familia en los años 50 motivado por la crisis agrícola de esta isla y esperando mejorar su situación económica.

   La decadencia de algunos ganaderos fue consecuencia de la presión de medio ambiente, y además por las exigencias sanitarias.

   CARPINTERÍAS.- Este oficio manual exigía bastante esfuerzo, a diferencia de hoy, que se ayudan con máquinas de todo tipo.

   Dentro de la especialidad destacaba Manuel Sicilia en la fabricación de todo tipo de muebles del hogar y además en puertas y ventanas. Juan Perdomo como acreditado tonelero.

   También destacaron los hermanos Juan, Pablo y Rafael Curbelo Rivera.  

   ZAPATERÍAS.- Los más destacados fueron: Juan Rafael Betancort, Juan Pepe Acosta, José María García y Damián. Y anteriormente Celestino Doreste.

   ALBAÑILES.- Conocidos en épocas anteriores como pedreros o mamposteros, nombramos a Pedro Bonilla, Pancho Bonilla, Juan Curbelo, Juan Torres, Pepe Dorta y Benjamín Niz

    La construcción en esta época ofrecía bastantes dificultades, algunos peones subían las pesadas piedras a hombros por una escalera o rampa construida al efecto.

Amasar la cal y el barro se hacía en piladas y se mezclaba con una pala.

   BARBERÍAS.- Completaban su semana laboral los Domingos, ya que el resto de la semana ejercían otras profesiones, recuerdo a Juan  Curbelo en un local donde ejercía de zapatero José María García, Juan Torres, Pepe Acosta, Manuel Hernández “Relevo” y Zenón Betancort cerca de aquí en el local que fue antes la zapatería de Juan Pepe Acosta.

   TIENDAS.- Las llamaban nuestros abuelos “lonjas o loja”, podemos citar varias funcionando a la vez en el pueblo.

    Podemos citar las de los siguientes vecinos: Salvador Borges, Celestino Doreste, Gregorio Martín Doreste “el cojo”, que una vez que marchó a Arrecife, fue ocupado su puesto y local por Francisca  Dorta  Dorta, en la casa propiedad de mi vecino Pedro Niz. Además Juan Villalba, Emilia, Juan Cejudo, y vagamente recuerdo la de Marta. El cangrejo después pasó a Manuel Lasso.

   Salvador y Celestino eran los comerciantes que cuando se impuso el racionamiento de alimentos, controlaban las cartillas de los vecinos para productos básicos, circunstancia económica que finalizó en 1.952.

   PANADERÍAS.- Por motivos económicos cada pueblo producía su pan y se hacía de forma artesanal y se cocía con “leña” de aulagas, bobos, tabaibas, varas de parras, etc, recolectadas en el Malpaís entre Peñaredonda y los Jameos, entre ellos recuerdo a Pablo Torres Martín, Juan Borges y Pepe Acosta ¡se imaginan si hoy siguiéramos así lo que dirían los ecologistas y los vecinos por los humos!

   Recuerdo ir a rebuscar entre la “leña” de tabaibas, la sabia solidificada, que para nosotros fueron los primeros chicles.

   Está en mi mente las panaderías de Chano Camejo y Pedro Pérez “el cangrejo”, que una vez terminada la jornada, algunos vecinos acudían las vísperas de las fiestas principales del pueblo a hornear sus dulces.

MOLINAS .-    La “molina de Ventura” fue la más conocida y entre sus trabajadores podemos citar a: Segundo Betancort Lorenzo, Calixto Betancort, Orencio Acuña y Gregorio Figuera “el momo”.

   En mi casa funcionó dos años la molina fundada por mi tío Cristín, Celestino Doreste y Heraclio Oliva Ramírez. El  molinero   fue  Eugenio  Hernández  Núñez

   También estableció negocio de molienda, Rafael Morín, pero para moler hojas de Tuneras “penca seca”, por poco tiempo.

   TRANSPORTES.- Los medios de transportes fueran mixtos, llevaban mercancías variadas, cerdos, cabras, gallinas, etc, colocadas en la parte trasera, un poco más adelante y cerca del chófer viajaban las personas, oyendo no sólo el ruido de los animales, los incómodos asientos, sumados con los vaivenes por las carreteras de tierra.

   Entre los transportes mixtos destacó: el de Juan González.

    También Celestino Doreste, Luis Martín, Antonio Doreste, Calixto y Juan el canario, chófer de Andrés Figuera y Ambrosio Viñoly.

   También tuvieron camiones de carga: Pedro Martín, y Pepe Hernández.

   El chófer también ejercía de peón.

     En los años de escasez de alimentos, recuerdo ver por el pueblo algún camión del Batallón de Infantería de Arrecife, acompañados de mandos y soldados de dicho establecimiento militar, ¡que pagaba al contado!.

  Como chófer destacado en  el  servicio  de  guaguas Gildez,  nombro a Nicolás Curbelo, que  por  sus  virtudes,   y en reconocimiento de sus méritos  el  Excmo.  Ayuntamiento  de  Haría    ha rotulado  en  el  pueblo   una  calle con  su  nombre : “ Nicolás  el  de  la  Guagua”

   Por estos años adquirió gran importancia los camiones areneros, dadas las ayudas económicas del Iryda, recuerdo a: Sebastián Fernández, Feliciano Betancort Romero y Marcial Barreto Viñoly y Marcelino Ramírez.

   COMADRONAS.- Hoy es fácil la llegada de un hijo/a a una familia, pero antes era muy diferente, ya que en cada pueblo habían mujeres experimentadas para la asistencia a madres parturientas, que llamábamos “parteras” y que colaboraban los primeros días con la madre.

   La más destacada partera fue Seña Juana, la mujer de Seño Teófilo  y  Encarnación  Jordán  Romero

 CURANDERAS.-  Ayudaban a sus vecinos, en las dolencias físicas, dando masajes con un trozo de joroba de camello.

   Otros curaban con rezos transmitidas verbalmente por sus antepasados.

   Los enfermos según las circunstancias, se les ponían una “cataplasma” de moralillo y, además mantener un régimen alimenticio especial.

   Nos ayudaron con sus esfuerzos a mitigar el mal: Guadalupe Rodríguez Acosta, María Villalba, Salvador Borges Torres, el lamparón, Gonzalo Morales Paz, “esconches, etc”, Pedro Bonilla, el pomo, Guadalupe Pérez de León y María Jesús Rodríguez.

  RECADERAS.- Antes fue diferente a la actualidad, hoy lo solucionamos con las autopistas de la información, tales como el internet, feisbuk, Wasack, Aifon o Tuiter.

   Hace años los medios fueron más precarios y nos ayudaban unas personas conocidas como “recaderas”(en el buen sentido), que iban de casa en casa dando noticias de los acontecimientos familiares y sociales.

    Me viene a la mente las recaderas: Frasca Olivero Perdomo, y Pilar.

ARTESANÍA.- Gran parte del pueblo los elaboraba para practicar la agricultura.

    Antes fue muy habitual que el oficio fuera casi en exclusiva para las mujeres, que se quedaban en casa, por la división del trabajo, ya que el hombre trabajaba en el campo.

   Trabajando en sus casas contribuían a aumentar sus ingresos al hogar.

    Recuerdo a mi abuela Catalina, que fue experta haciendo “empleita” bien para quesos, esteras o ceretos para guardar los higos porretos. Y los pírganos los cesteros los convertían en cestos,  cestas  y cestones.

    CESTEROS.-  Recuerdo en casa de mi abuelo José María a Valentín “el Machorro”  y  a  Eulogio    Concepción.

HERRERÍAS.- La economía de la época se valía del esfuerzo de estos hombres del carbón, del martillo o de la fragua para construir piezas necesarias para cultivar el campo, tales como, plantones, rastrillas, escardillas, etc.

   Destacaron los hijos de la Maestra Doña Pepa: Rafael y Ginés, pero el más importante fue “Maestro Fermín”, te soldaba un plato de pisa, te preparaba un plantón, además reparaba la mecánica de un coche o una máquina de coser.

    Aunque no herrero pero sí mecánico destacamos a Marcial Barreto Viñoly, que lo mismo que arreglaba un camión, te reparaba un reloj.

   Juan Yanes conocido como el “latonero y lañador”.

    CORTE Y CONFECCIÓN.- Hoy es fácil ir a una boutique de ropa y elegir las prendas más adecuadas a nuestro físico, y salir con ellas puestas, pero antes fue diferente.

   En aquella época se “estrenaba” por las fiestas patronales, a veces el segundo día.

    Destacó: Margarita Borges Dorta.

   Mis recuerdos giran en especial a mi madre Joaquina Feo Barreto y sus alumnas, especializada en ropa de hombre, al igual que Encarnación de León; Guadalupe Rodríguez Acosta y Erevista Curbelo en trajes de mujer y más tarde Pepe el Sastre.

   ALBEADORES

        También enjalbegadores, tenían su mayor trabajo en las vísperas de las fiestas patronales, destaco a Pepe “Pinilla” de Haría y Bernabé Betancort. 

  ESCRIBANO  o AMANUENSE

    Destaca el vecino y funcionario recaudador del Ayuntamiento de Haría, Marcial Barreto Figueroa, que fue el escribano de todos los acuerdos de los vecinos del Municipio, tales como compra-ventas, contratos, etc.,  era  conocido  como  el  notario  de  Máguez.  Siguiendo  su  actividad su hijo Gregorio.

VIDA SOCIAL.

Fue un gran acontecimiento familiar la “matanza del cochino”, ya que era una de las pocas veces que toda la familia más cercana se reunía, además de colaborar en el despiece, salazón y la elaboración de chorizos, morcillas, chicharros, etc. Y los más pequeños nos divertíamos un rato con la vejiga del cerdo, utilizándola como balón de fútbol.

   Fue costumbre de los vecinos del pueblo reunirse en “cabildo” en plena calle, para hablar principalmente de los problemas de la agricultura, etc, en las esquinas de Juan Bautista, mi abuelo José María, el cangrejo, Marcial Barreto Figueroa, etc. Los domingos se jugaba  a  la  lotería, al siete y media,  a  la  brisca, etc,  delante de las casas de Clotilde, Candelaria  y    Anita,  que  vivía  cerca  de  mi  casa.

   Los vecinos se preocupaban de aumentar sus conocimientos, asistiendo por las noches, después de la dura jornada campesina, a clases particulares, impartidas por Gregorio “el cojo”  y Domingo Barreto. 

     Recuerdo con nostalgia que en mi pueblo había cuatro escuelas públicas.

    Existió la rondalla “los tuneros” formada por: Pancho el cubano”, Marcial Barreto, Calixto  Betancort, Pablo Betancort y Pancho Socas,  entre  otros,  que actuaban principalmente en Navidad.

   Y varios componentes de este grupo  formaron  un  trio,   que daban serenatas a las jóvenes del pueblo.

    Aparte existió un rancho de pascuas formados por personas mayores.

    Fue algo habitual los paseos a Tahoyo, no sólo para comer moras, sino para hacer noviazgos.       

DEPORTES

    Máguez fue ejemplo en la práctica de algunos deportes.

    Se utilizó para fútbol una finca agrícola(primero en Las Macebas propiedad de Lola Toledo (un bebedero aterrazado) y después la de Pepe Curbelo, a la salida del pueblo en la Vega de Máguez, (hoy  propiedad  de  Domingo  Valenciano  del  Castillo) , quitaron las arenas y las colocaron en los extremos del terreno, donde se sentaban los espectadores, que contribuían  con  las  aportaciones  económicas   recogida por las señoritas Victoria Luzardo Barreto, Mari Carmen Betancort y Olga Borges, en una camiseta del club,   y los beneficios de la cantina instalada en el campo, pagaban todos sus gastos.

   En exclusiva los partidos de fútbol fueron con el equipo de Haría, hasta que éstos tuvieron campo, entonces en lugar de ser todo en Máguez, se alternó con Haría. Este resurgimiento ocasionó que el cine de Antonio Mesa en Haría, desapareciera, lo mismo que la lucha.

   Apareció en Máguez el club del mismo nombre, donde Francisco Hernández Figueroa “ Pancho el Cubano”, lo fue todo: Presidente, entrenador y capitán y más tarde surgió el Cometa, cuyo presidente fue Rafael Morín y capitaneado por Juanono Luzardo. Que al marcharse ambos del pueblo, produjo la desaparición del fútbol.

    Destacados del Máguez: Vicente Peraza, Andrés Luzardo, Severo Villalba, Andrés Brito, Pancho Socas, Rafael Rivera, y del Cometa: Zenón Perdomo Betancort, Damián, y Tomás Torres, y como portero Eugenio González Betancort “el macho de Erásima”.  

   También recuerdo que D. Enrique Dorta formó con los niños de catequesis, varios equipos de fútbol, que el mismo arbitraba.

   La lucha fue casi en exclusiva entre los equipos de Máguez-Arrecife y algunas con Tao, en este pueblo se luchó en las eras de trilla de los propietarios de Juanito Perdomo, y mis abuelos Rafael y José María.

    El entusiasta fue el vecino Juan Bautista de León, que fundó el equipo “Los Sanjuaneros”, formado por jóvenes de Haría, Máguez y La Graciosa.

   Entre los luchadores más destacados de esa época cito a Pepito Feo, Pedro Perdomo “porromo,  Higinio y Pepe  Niz, Carlos Figuera  y  Chano  Rivera.

  Como los de Máguez luchaban contra el resto de la isla, en un tiempo se reforzaron con Román Betancort y más tarde con Manuel González Armas “el herreño”.

   Años más tarde surgió el más destacado de nuestro pueblo: Andrés Luzardo Barreto “Pollo de Máguez”, que destacó en Las Palmas en el Adargoma, más tarde en el club de luchas Santa Cruz de Tenerife. Hace unos años se le ha rendido el debido reconocimiento por parte del Ayuntamiento de Haría, rotulando la calle de Cuatro  Esquinas por la de su nombre y apellidos, incluyendo también el apellido luchístico, además fue la calle de su nacimiento.

   Posteriormente destacaron bien en solitario con el equipo de Máguez y más tarde con la fusión con los de Haría en el Club Unión Norte: Rafael Hernández, Celedonio Figueroa “el artista”, Jesús y Ángel   Viñoly,  Pancho Curbelo “cámara lenta”, Pepe Martín “camurria”, Juan Domingo Villalba, Crisóstomo Perdomo y otros muchos.

     ¡Ah en aquella época no hubo subvenciones del Ayuntamiento, Cabildo o esponsos de casas comerciales! Y además se llenaban los recintos deportivos

FESTEJOS

  En  las  fiestas  Patronales  de  San  Pedro, Santa  Bárbara. El  baile  era  la  principal  diversión.  Se  anunciaban colocando en la azotea de este local la bandera española.

  En las fiestas patronales venía la guardia civil, el presidente, procuraban llevarse a estas autoridades al “sobrao”, donde les invitaba  con bebida, para que el baile se aguantara más allá de las dos de la mañana.

  En  dichos  días  había  Vermut  bailable   En  las vísperas tenían lugar el  engalanamiento  de  la  plaza  colocando   banderitas de papel. 

     Además, el baile fue el encuentro de los jóvenes, donde tenían lugar los noviazgos,

En  la  Sociedad desde  el  “cuarto  de  los  viejos”  el vocal de turno o los socios más antiguos si  veía  alguna  inmoralidad,  les   llamaban la atención .  Las jóvenes con novio fuera del pueblo se limitaban a sentarse y ver bailar o miraban a los bailadores a través de la ventana de la Plaza.

   El baile podía ser un fracaso si alguien moría en el pueblo o fuera de él, si afectaba a muchos vecinos, también recuerdo finalizar el acto porque a medio baile llegaba la noticia de que moría un vecino.

    Una exigencia para entrar a la pista de baile, era necesario llevar corbata.

   En las fiestas patronales se instalaban varios ventorrillos en la plaza. Pero de siempre existieron varias cantinas de: José “el bonito”, Pedro Borges, Juan Villalba, José Domingo Rodríguez  y  también  se  instalaba  varias  ruletas  (entre  ella   recuerdo  la  de  Pepe  el  Cojo).

    También recuerdo algunos pleitos, que tenían lugar en la plaza, pero que no afectaban al baile y lo primero que preguntaban los mayores al día siguiente, si hubo algún pleito, porque las gentes de esa edad consideraban que las fiestas sin pleitos no eran fiestas divertidas.

   Por San Pedro  a  partir  del  año  59,  cuando  se  construyo  la  verbena  dichos  bailes  se  celebraban  en  ella.

   Los que nos  alegraban las veladas musicales de bailes fueron: Pancho el Cubano a la batería, luego Aquilino Rodríguez, al Saxo, por Fermín Borges, en el que alternaron Castillo y el trompeta, Benito Artiles, al piano, Juan Cejudo. En  algunas  fiestas  también  nos  deleitaron  doña  Luz  con  las  vocalistas  Solita  Ojeda  o  Tere  Robayna.

  Después vinieron los vecinos de Teguise: Soto, Olegario y Antonio.  

  Y más tarde la orquesta de Tilo.

 También  recuerdo  que  en  las  fiestas  de  carnaval  a  señor  Teófilo con  su  caballito  recorriendo   las  calles  del  pueblo.

  El cine lo protagonizó la familia Rodríguez Toledo: Paco o Luciano, con su cinema “Olaya”, sesiones que tenían lugar los Domingos por las tardes, porque después había que preparar el salón para el baile de la tarde y noche. Alguna vez me quedé a media película por avería del motor que alimentaba el proyector ¡y en esa época no te devolvían el importe de las entradas!

   En nuestro pueblo hubo desde siempre una gran inquietud por el teatro, entre los más destacados encuentro a Pancho el cubano, Amelia Torres y Eloísa Barreto.

ACTOS RELIGIOSOS

   En las fiestas patronales de Santa Bárbara y San Pedro, el acto más importante era la función y procesión de las imágenes respectivas, por las principales calles del pueblo.

   En mayo se rezaba el Santo Rosario  y  las Novenas. Los escolares recitaban versos o loas a María, y se adornaba el altar con abundantes flores. 

   Un día a la semana el cura daba catequesis a los niños que se preparaban para recibir la primera comunión.

   En noviembre los “tercios” se dedicaban a las almas de los difuntos y se rezaba el Santo Rosario y se ofrecían plegarias por su salvación.

   Esta labor fue desarrollada en nuestro pueblo por el coadjutor de la parroquia de Haría, D. Enrique Dorta Afonso.

   Y por último  se  introdujo la veneración a la imagen de la Virgen de Fátima. En una época se celebraba en Mayo una función y procesión por las calles principales de este pueblo. Desaparecida a su marcha a Las Palmas como canónigo de la Catedral

PRESIDENTE DE LA SOCIEDAD

  No puedo olvidarme de los años que estuve en este centro como secretario, vocal, además de ocupar el puesto de presidente durante cinco años, siendo además el primer presidente elegido por la norma que sigue actualmente en vigor.

   Reconvertimos este local modificando la pared que separaba el salón de la verbena, abriendo portalones y techando la antigua verbena y la convertimos en este magnífico salón, por lo que deseo agradecerles el esfuerzo realizado a los socios, directivos. Quiero  mencionar  en especial a Jesús de León, Juan Pablo, Antonio Sicilia, José Rodríguez y Urbano y sus compañeros. Y además a Zenón Luzardo y Nicasio Romero “casillo”, José Domingo Rodríguez y José María Hernández.

   FEDERICO DORESTE  BETANCORT.-  Es el personaje más famoso de este pueblo.  Nació   en Máguez  en 1.886, pero pasó parte de su vida en el faro de la isla de Lobos hasta los 17 años, donde su padre ocupaba el puesto de farero.

    Después estudia en Gran Canaria en el Colegio “San Agustín”, más tarde se titula como maestro en la Escuela Normal y ejerce como docente en la isla de La Palma.

    Marcha a Madrid y obtiene en la Escuela Superior de Magisterio el título de profesor, pero su actividad docente la realiza en Barcelona.

   En  la  Segunda República es nombrado Director General de Instrucción Pública, lo que años más tarde  fue depurado   en  tiempos  de  la  guerra  civil  española ,  lo  que  le  ocasiono su  muerte , a los 63 años  de  edad  en  1.948.

   FINAL.- Por último espero que mis vivencias lo hayan transportado a todos a un Máguez más solidario, esperando además que hayan disfrutado de mis recuerdos y puedan comparar la vida de antes con la actual ¡aportando las duras condiciones de los trabajos de los hombres y mujeres de antes con las fáciles comodidades actuales, pero quizás hoy los trabajos no requieren gran esfuerzo físico, pero la presión social es mayor! 

   ¡También pido las disculpas oportunas por los olvidos involuntarios, que haya podido tener y a los que no he mencionado por ser más jóvenes en su profesión, algo inherente a la condición humana!

    Igualmente espero, que con los recuerdos que yo he vivido, con la dureza del trabajo de los hombres y mujeres del ayer, pueda contribuir en estos momentos de crisis a una reflexión, que nos proyecte un Máguez mejor para el mañana.

    Y hago punto final con la frase, que desde la Edad Media, todos los pregoneros decían: que empiecen las fiestas de nuestra patrona Santa Bárbara.

·        Gracias a todos

Máguez  a  30  de  noviembre  2012