PREGONES > Pregones de Yé

 

 

Procedo de una familia humilde, y como toda, familia de la época, estaba compuesta de muchos hermanos, 6 en total.

Cuando era pequeña, tuvimos que emigrar del pueblo de Yé.

En esa época el trabajo era escaso por aquí. (¡Vaya parece que la crisis no es reciente!).

Mis recuerdos comienzan con mi padre trabajando en las salinas. Y así, nosotros pasábamos largas temporadas bajo risco.

El siguiente destino fue el pueblo de Tahiche, ya que se comenzó el muelle de los Mármoles en Arrecife y consiguió trabajo. El trayecto a pie era más corto, pues los medios de locomoción, en aquella época, eran pocos. El trabajo en el muelle llega a su fin, regresamos a Yé con una más en la familia, y mi padre tiene que emigrar a Villa Cisneros durante nueves meses por trabajo (¡qué vida tan dura!)

Al regresar, nos comunica que había conseguido trabajo en los tomateros en Gran Canaria, y allí nos dirigimos con lo puesto, donde permanecimos durante unos cuantos años y la familia aumentó (nacieron los hermanos pequeños).

En todo ese periodo, nunca nos olvidamos de nuestra isla ni de nuestro pueblo, Yé. Y siempre, que podíamos, volvíamos con ilusión.

Prueba de ello, es que mi familia comenzó a construir una pequeña casa en el barrio de Altavista. Cuando estaba casi terminada nos vinimos a vivir. Y yo. Por aquella época. Ya era una adolescente con 15 años, pero que a diferencia de hoy, no tenía ni teléfono móvil con wasap, ni ordenador para chatear, sino que nuestra única preocupación era trabajar para sacar adelante a la familia, puesto que mi herma y yo éramos las mayores.

Pero, como ya dije antes, aunque íbamos de aquí para allá mis recuerdos de Yé no se olvidan.

Tengo bien grabados los bailes que se hacían en el casino, pues vivíamos al lado. Recuerdo que las chicas iban a retocarse el maquillaje y los labios a mi casa.

Los carnavales, cuando todo el pueblo se ponían de fiesta y en todas las casas se hacían dulces y biscochones.... ¡uhm parece que todavía los huelo! 

También llegan a mi memoria las parrandas yendo por todas las casas tocando y en cada una de ellas se sacaba el vino y los pasteles. Nosotros éramos pequeños e íbamos detrás de ellos para poder pillar algún dulce. 

También me acuerdo de una comparsa de chicas más mayores. Si no mal recuerdo, creo que las llamaban "Las Aldeanas",

Las chinijas, como nosotras formamos otra a la cual la llamamos las "Fuentecitas". Juan José nos ensayaba porque él sabía cantar y bailar, hasta nos compuso una canción, eso sí que lo recuerdo bien, aunque haya olvidado la letra, pero no los trajes de papel de colores. Creo que no llegamos a la carretera con el traje limpio y sano.

Bueno, esos son recuerdos que me quedan de pequeña. 

Cuando llegué de Las Palmas a Altavista, tanto mi hermana Lolina como yo, empezamos a trabajar en la fábrica de pescado. Desde los primeros días conocí a la persona que iba a compartir mi vida y el padre de mis 3 hijos. Estoy hablando de Miguel, (que es, verdaderamente, la persona que debe estar hoy hablando aquí, y no yo).

Miguel no nació ni conocía Yé, pero desde un principio se enamoró de este pueblo. Nos gustaba venir. Empezamos a arreglar la casa, así todo los fines de semana nos veníamos con los niños. 

Un día me dice Miguel:

- Margarita ¿por qué no hacemos un baile por las fiestas de San Francisco Javier? , ya he hablado con varias personas y todas están dispuestas a colaborar. La idea me encantó, aunque tenía mis dudas. Pero lo vi tan entusiasmado que lo apoyé.

Se reunieron unos cuantos y empezaron a preparar todo lo necesario.

Como era de suponer los hombres necesitaban que las mujeres le echaran una mano. A mí me tocó ir a comprar los regalos de los niños, las telas para las cortinas y las banderas....y animaba a Rosa Nieves para que me ayudara, y para   confeccionar   las   banderitas,   muchas   mujeres jóvenes y mayores del pueblo.

De una manera u otra, todos nos implicamos y la fiesta se puso en marcha.

Recuerdo que mientras nosotras, las mujeres, hacíamos las banderas para decorar el recinto, los hombres colocaban palmas alrededor del patio del colegio para poder cobrar las entradas y así pagar los gastos de la orquesta, los regalos y el chocolate de fin de fiesta. Más adelante conseguimos que nos techaran el patio, ¿quién no recuerda el frío y, a veces, la lluvia que soportábamos en diciembre?

Pasaron los años y Miguel no cesaba en buscar patrocinadores comerciales para las fiestas de Yé que cada año iban saliendo mejores, con la ayuda de todos y todas.

Un día vino Barbarita de la Graciosa y me pregunta que si quería participar en una obra de teatro. No dudé ni un instante y contesté que sí, pero el que más entusiasmo que se puso fue Miguel, pensando siempre en las fiestas, en su organización y contenidos para pasar unos días alegres y unidos.

Barbarita se lo comenta a Juliana, Pura, Mª de los Ángeles y Carmen y nos pusimos manos a la obra y organizamos nuestro primer número para las fiestas.

Así surgió el grupo " Raíces y Ramas" que ni en nuestros mejores sueños pensábamos que iba a durar tantos años, pues ya llevamos 20.

Cada año, cuando llega agosto, nos reunimos el grupo para preparar la obra de teatro (cada una aporta su granito de arena) y comenzamos a ensayar, a coser y a buscar todo lo necesario para la misma.

Tengo que decir que nos hemos convertido a lo largo de los años en algo más que amigas, somos familia y los problemas o desasosiego de una nos atañe al resto. 

Bueno, no quiero terminar estas vivencias sin pensar que el propulsor de estas fiestas ya lleva 10 años ausente, pero yo soy creyente y sé que él está aquí con nosotros cada año y disfrutando muchísimo como siempre hacía y sé que está muy orgulloso que siempre nos reunamos todos los vecinos, que aunque vivimos en otros lugares no faltamos a la cita.

También estará orgulloso de ver que las personas de la comisión de fiesta trabajan con esmero y mucho esfuerzo para que estas fiestas sigan siendo una convivencia y un momento de encuentro de toda esta familia que se compone el pueblo de Yé. 

Para terminar me gustaría recordar unas palabras de César Manrique que tanto quiso a su tierra al igual que nosotros:

"no debemos desfallecer, hay que seguir adelante, estar vigilantes y mantener viva la conciencia crítica, pues el futuro nunca está conseguido, lo tenemos que hacer desde el presente. "

 

Gracias a todos y todas por estar hoy aquí

 

 

Felices fiestas de San Francisco Javier 2012