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Andrés Luzardo Barreto, nació en Máguez en 1935. Hombre íntimamente relacionado con nuestro deporte vernáculo de la Lucha Canaria, ha sido todo un claro exponente de lo que significa este deporte para los Canarios.
Además de excelente luchador, en Andrés Luzardo, encontramos a un hombre afable, cordial y noble. Amigo de ayudar y embajador de esta tierra en Tenerife, lugar en el que reside desde hace varios años. Hoy, este Municipio quiere tributarle el galardón HARÍA 99. Un premio al Pollo de Máguez, que está enjuiciado por su indudable aportación en dos parcelas: la deportividad y la humana.
Desde el punto de vista deportivo, Andrés lo ha sido todo el mundo de la Lucha Canaria, en él se dieron todas las condiciones para que forme parte merecidamente del libro de oro de la historia de nuestro deporte autóctono.
En Lanzarote lo consiguió todo, después de iniciarse muy joven en el pueblo que lo vio nacer, muy pronto se descubrió su talento y sus innatas condiciones físicas para que llegase a lo más alto de la lucha canaria, militó en las filas del Máguez, conjuntó que lo destapó ante el público como figura indiscutible del equipo, con el que logró importantes éxitos deportivos.
Con posterioridad, y de la mano de Heraclio Niz (Pollo de Arrecife) y Gregorio Barreto, llegó a los equipos gran canarios de Adargoma y Kruger, donde demostró sobradamente su valía con bregador. Más tarde arriba a Tenerife, isla en la que despuntó con brillantes, allí hizo al Santa Cruz, equipo capitalino, nueve veces campeón absoluto en todas las competiciones en las que participó.
Bregó y ganó a los más grandes de lucha por aquel entonces, en la retina de nuestra memoria están agarradas como las que mantuvo con Matoso. Se enfrentó y resultó victorioso ante equipos como al Hespérides y el Valle Guerra, los más grandes de aquella época.
En definitiva, el Pollo de Máguez es y será toda una institución a la que habrá que hacer referencia cuando se hable de Lucha Canaria.
Pero en Andrés Luzardo también se da una condición humana digna de mención, es sin lugar a dudas el mejor embajador que tiene nuestro municipio y nuestra Isla en Tenerife.
En su propia casa acoge a los vecinos, localiza a personas, e incluso se encarga de gestionar citaciones con médicos, abogados, etc.
Por todas estas razones hoy nuestro municipio premia al Pollo de Máguez, un galardón merecido, con el que se hace justicia a un hombre y a un luchador.